La travesía comenzó varios años atrás, cuando expertos en concursos de Miss Universo le escribieron que se presente, que no pierda la oportunidad. Le hablaron en 2017, 2018 y 2019, hasta que en 2020, el último año en que su edad calzaba para concursar, decidió decir que sí.

Daniela Nicolás (28), la actriz oriunda de Copiapó, no logró triunfar. Tampoco quedó entre las 21 seleccionadas de la semifinal, como todo Chile esperaba. La corona quedó en manos -o en la cabeza, mejor dicho- de la mexicana Andrea Meza (26). No obstante, el cariño y el orgullo de haber logrado representar a sus tierras, dice, fue su mayor premio.

Sobre todo por los esfuerzos, que no fueron menores: revela a BioBioChile que en medio del Miss Chile, el concurso que ganó y que la llevó a la instancia internacional, su hermana estuvo en la UCI y su sobrina recién nacida corría grandes riesgos; su enfermedad autoinmune y la artritis la dejaban recurrentemente inmovilizada en cama; y fue sometida a una operación de útero dos semanas antes de partir. Y por si fuera poco: la pandemia de covid-19 entre medio.

Una Miss en construcción

Un mes ha pasado desde la final en que Nicolás pisó el escenario del Seminole Hard Rock Hotel & Casino ese 16 de mayo. Se enfrentó a otras 73 candidatas de todo el mundo, aunque nunca fue un enfrentamiento. En redes, de hecho, mientras estaba en el hotel de concentración, donde ya no podía tener contacto con sus acompañantes, solía compartir Lives de Instagram con sus compañeras latinas.

– ¿Cómo recuerdas todo lo que pasó?

“Es una experiencia que no se me va a olvidar nunca. No sólo los 10 días que duró el concurso, sino todo lo que pasó para llegar ahí”.

Cuenta entre risas que, en un cuaderno, está anotando todas las anécdotas. De dulce y agraz tuvo en el certamen. Más de dulce, eso sí.

– ¿Tanto así?

“Fue tanto que, cuando pisé el hotel del Miss Universo, me dije ‘ya, estoy lista, gané’. Te juro que pensé que ni siquiera iba a llegar. Fue súper intenso, una locura, pero inolvidable”.

Partió el 4 de mayo rumbo a Estados Unidos. Al estado de Florida, específicamente. En esas tierras, en medio de la pandemia de covid-19, se realizaría el evento. Antes de subir al avión, compartió en una fotografía con su equipo, entre los que se encontraba su hermana Francisca y su amigo de toda la vida y confidente, el fotógrafo Matías Montenegro.

Él recuerda con BioBioChile que todo fue un constante correr e incertidumbre. Lograron salir de Chile sólo con un permiso para representar al país. “Por ahí no hubo problemas, porque así como un deportista puede salir, o como los Oscar con El Agente Topo, esto fue lo mismo”, dice.

El problema, sí, fue el financiamiento: “Cada uno se pagó los pasajes. Llegando allá trabajamos con una agencia y con canjes, pero apoyo más allá de eso no hubo. Sí fue costeado por nosotros todo el proceso, y por la familia, claro (…) siempre hay menos apoyo porque se mira a huevo todo esto”.

El camino fue largo…

El Miss Universo llegó después de ganar el Miss Chile. Recuerda que cuando le escribieron y le dijeron que, por edad, sería su último año, pensó que si no tomaba la opción se arrepentiría toda su vida. Actriz de oficio, cuenta que con la crisis sanitaria “laboralmente era muy difícil encontrar trabajo, más en teleseries porque las producciones estaban paradísimas”.

– Con la pandemia entonces…

“Como era de riesgo, me fui a la casa de mis papás -desde Santiago- a Copiapó con mis hermanos. En eso, justo salió un cupo en Copiapó para participar y dije ‘ya voy"”.

– ¿Qué te dijeron?

“Mi papá se puso a reír. Me dijo ‘Dani, pero tú no eres el estereotipo de Miss que uno se imagina’. Yo le dije que por eso mismo quería participar, no quería ser la típica Miss. Ahí estuvieron todos conmigo. Así empezó el concurso para Miss Chile”.

Ganó el concurso. En la conversación, se apura en aclarar que “jamás la cosa estuvo arreglada, tenía las mismas posibilidades de ganar o perder que cualquier otra. Por eso tuve que trabajar duro para ganar”.

– ¿Por qué la aclaración?

“Muchos dicen que estuvo arreglado porque salía en la tele. Te mueres la cantidad de mensajes que me llegan diciendo eso. Jamás fue así. Yo trabajé sin parar. Partí en Copiapó con clases en linea de pasarela. Después tuve que viajar a Santiago. En esa misma época nacía mi sobrina y mi hermana casi se murió en el parto. Era súper agobiante todo. Mi sobrina prematura, mi hermana estaba en la UCI y yo mientras tenía que grabar videos para el Miss Chile”.

Para ella, afirma, nunca fue un camino recto. Siempre, pero siempre, un drama tras otro. Más en agosto pasado, cuando ocurrió el problema más grave que, por cierto, fue completamente superado.

– ¿Qué le pasó a tu hermana?

“Era su primera guagua, mi primera sobrina y mi ahijada que ya tiene nueve meses. A mi hermana le vino una colestasis con una preeclampsia. Mi sobrina nació de siete meses con mi hermana en la UCI, en plena cuarentena, entonces no podíamos ir a verla. Estábamos todos en la casa sin saber nada, sin poder ir a verla, sin conocer a la guagua”.

En el intertanto, la vida seguía. Desde el Miss Chile le pedían participar en actividades y, una de ellas, era grabar un video de pasarela, mismas que a veces la dejaban en la clínica por los dolores.

– ¿Cómo viviste eso?

“Por ejemplo, cuando tuve que grabar el video oficial del Miss Chile, que era de pasarela, cinco días antes empecé con una crisis de artritis que no me dejaba moverme. Yo me decía ‘cómo iba a hacer pasarela si no puedo caminar’. El día antes de enviar el video fue cuando me sentí mejor, después de tratamientos”.

… e intenso

La fecha de vuelo estaba programada para abril, pero las restricciones de viaje por la crisis sanitaria obligaron a aplazar el viaje. Con eso, también, todo el cronograma.

“Después de que gané y me empecé a preparar para el Miss Universo, empezó la locura. Tuve que cambiar el pasaje como cuatro veces porque en abril cerraron las fronteras, entonces no sabíamos nada. En mayo vuelven a cerrar las fronteras. Yo estaba en el doctor y mi teléfono se llenó de mensajes de amigos que me avisaban que se cerraban las fronteras. Yo estaba como ‘¿habrá hora para el psicólogo? me paso del doctor al psicólogo, no quiero más guerra"”, cuenta.

Dos semanas antes de irse, agrega luego, fue sometida a una compleja cirugía que la obligó, además, a irse “llena de analgésicos”. La causante: su patología denominada enfermedad indiferenciada del tejido conectivo.

– ¿Por qué fue?

“Porque mi enfermedad autoinmune me afecta muchos órganos, la vejiga, útero, todo. Entonces me tuvieron que hacer una operación del útero dos semanas antes… la operación no salió muy bien porque mi cuerpo me ataca, rechazaba la operación. El dolor era atroz. Fue una locura, pero creo que lo logré”.

La enfermedad indiferenciada del tejido conectivo, una dolorosa patología que también se presenta con manchas en la piel, inflamación en las articulaciones y, a veces, poca movilidad de algunas extremidades, fue su bandera de lucha en el evento.

– ¿Por qué decidiste hablar de tu enfermedad?

“Llevo hartos años tratando de hablar. A mí me diagnosticaron en 2016, después de estar casi un año sin diagnóstico (…) cuando traté de buscar lugares donde entender mi enfermedad, no existía nada. Después me di cuenta que no era sólo la mía, sino que casi todas. Fue súper duro, al principio, conmigo. Como son enfermedades invisibles, se sienten pero no se ven, todo el mundo piensa que estás exagerando”.

– Entiendo…

“No era así. Al final eso me empezó a afectar (…) era tener problemas en el trabajo, con la pareja, la familia que quiere ayudar pero no entiende nada. Vivir en esa angustia todo el rato es atroz. Y para uno como paciente, es súper difícil porque te pasas los dolores solo, los días malos, solo. Tu familia se empieza a frustrar porque no saben cómo ayudar y prefieres quedarte callado para no frustrarte. Un círculo vicioso que es un desastre”.

– Dijiste que hablarlo no era victimizarse…

“Hay una delgada línea entre que la gente entienda que estoy mostrando o haciéndome la víctima. Era súper difícil cómo abordarlo (…) Pero fui al Miss Universo sin trato especial, como una más. Me preparé como una más, probablemente (…) Nunca me mostré como una persona que necesitara un trato especial o diferenciado”.

Top 21 sin Daniela

Después de todos los esfuerzos y promisorias presentaciones en las pruebas preliminares y de trajes típicos, Nicolás no logró quedar en el Top 21.

Montenegro afirma que “fue chocante, porque se tenía pensado que era favorita, la habían utilizado para hartas cosas de Telemundo, para entrevistas. El mismo Miss Universo la había escogido para sponsors y cosas que, en general, a Chile no llaman”.

“Nunca vamos a decir que estábamos seguros de que iba a quedar, pero era una gran posibilidad e incluso sus mismas compañeras se lo decían”, rememora. Él estaba transmitiendo en vivo en Instagram cuando todo ocurrió. Nombraron a la 20, mientras la 21 era sólo por votaciones, y ya sabían que no habían logrado entrar.

En un grupo de WhatsApp, cuenta el fotógrafo, Daniela se apuró en escribir que estaba bien tras la decisión del jurado. “Nos dijo ‘creo que debería haber quedado, pero estoy bien, estoy contenta, no se preocupen’. Yo también quedé calladito, pero le dije que si esto no pasó, seguro vas a agarrar algo mejor”, recuerda.

Pero Nicolás era la protagonista. Ella estaba sobre el escenario, entre las otras mujeres que ansiaban tomar uno de los 21 lugares para seguir en competencia. “Me preparé muchísimo para poder entrar a ese top, fue más de un año intenso, pero sentía que todo el mundo estaba más enojado y triste que yo cuando no clasifiqué, porque sé que di lo mejor de mí”, dice.

– ¿Cuál es el análisis?

“Hay muchos factores que pueden haber influido, desde mi entrevista personal y mi preliminar que puede que no le haya gustado al jurado. Y es problemente la respuesta a la pregunta. También puede influir el peso de banda, porque somos un país en que no se apoya a las Miss, entonces si fuera mi negocio, obviamente yo buscaría personas mucho más comerciales con lo que estoy vendiendo”.

– Sumando y restando…

“Si ponemos las cosas en suma y resta, dejamos a Chile tan bien parado sin haber tenido ni siquiera una clasificación. Eso para mí vale muchísimo más que haber clasificado y haber pasado sin pena ni gloria en las casas de la gente”.

– Dijiste en algún momento que tú no habías perdido el Miss Universo, que el Miss Universo te perdió a ti…

“Sí, lo dije porque en medio de la final me metí al teléfono y había muchos memes que decían eso. Y dije ‘sí, es verdad’. Jamás fue desde la base de que nuestra Miss Universo actual no se lo merece (…) a lo que iba con ese mensaje era que, mucho más de que si ganaba o no, en el fondo, se perdieron a alguien que tenía un mensaje muy bueno que entregar a la sociedad. No haberme dado la posibilidad de haber llegado a ese Top 5 y haber hablado tantas cosas que tenía para decir. En el fondo, se lo perdieron”.

– También dijiste que ‘todos sabíamos que debimos haber quedado en el Top 21’

“Obvio que sí. Es algo que tienen que decir todas con sus países. Imagínate, la final del Miss Universo el 16 de mayo de 2021. El mismo día de una de las elecciones más importantes en los últimos 30 años en nuestro país y fui Trending Topic número 1 -en Twitter-. Yo decía ‘wow’. Era un día que iba a cambiar, probablemente, la historia de nuestro país, y tenía a Chile pendiente de la final del Miss Universo. Qué heavy“.

Para ella, “muchas cosas indicaban que sí, debí haber quedado. En algún minuto lo pensé, dije que sí iba a clasificar. Pero lamentablemente no se pudo”. Aclara, en todo caso, que más que un mensaje “egocéntrico”, buscaba darle ánimo a sus seguidores que cuestionaban al concurso.

“En el fondo, las cosas son así y celebremos con lo que hay. Vivimos una linda experiencia, lo disfrutamos todos. Para mí, desde lo personal, eso vale muchísimo más que una clasificación o una corona”, cierra.