El Festival de Viña del Mar tiene más de 60 años de historia, en la cual han pasado cientos de artistas de renombre internacional y también aquellos que estaban comenzando a hacerse un nombre en la industria.

La mayoría de ellos siempre han sido recibidos con algarabía y bastante cariño por la Ciudad Jardín, la cual los acoge y agasaja durante su estadía, ya que son parte de uno de los shows más importantes a nivel latinoamericano.

Si bien muchos corresponden a estas muestras de cariño y se relacionan con el público de forma cercana y amena, nunca han faltado quienes no se apegan a esta norma y suelen verse algo más apáticos ante el resto.

En todo este tiempo han sido varias las veces en que artistas de talla mundial han dejado críticas por su pésimo carácter y mal comportamiento dentro del evento. Porque en Viña la premisa es clara: no sólo se necesita un buen show, sino que un “feeling” especial con el público.

Es por eso que en BioBioChile recordamos a los artistas que, en su tiempo, habrían sido dignos ganadores del “Premio Limón”, aquel que se le entrega siempre al más “pesado del grupo”.

Luis Miguel

Luis Miguel fue el “plato fuerte” durante la versión 2012 del festival. El “Sol de México” llegaba precedido de una carrera exitosa que había construido en varias décadas, en base a sus temas juveniles, de romance y boleros.

No obstante, sabido es que el intérprete mexicano no es un dotado de carisma en sus apariciones en público, por lo que es raro verlo relajado a la hora de mostrarse ante los medios de comunicación.

Durante esa versión Luis Miguel no cambió nada de aquello. Llegó a Chile, se trasladó hacia Viña del Mar, realizó su show y horas más tarde tomó un avión que lo llevó hasta Argentina, donde continuaba su gira por Sudamerica. Acercamientos con sus fans no hubo.

Captura

Si bien el “Sol” no tuvo una actitud mala con sus seguidores durante el concierto en la Quinta Vergara, en la hora y media que actuó se le notó en demasía su enfado por la calidad de sonido que había en el anfiteatro.

Sin ir más lejos, sólo en el comienzo tuvo que interrumpir parte del repertorio para que sus propios técnicos ayudaran al equipo del evento a solucionar los desperfectos. Aquellos fueron los únicos minutos en los que el cantante interactuó con el público.

Si bien la calidad del sonido mejoró tras ese parón, el artista continuó mostrándose ofuscado hacia los sonidistas, lo que se demostraba en los gestos que les dedicaba, los cuales fueron captados por las cámaras.

El “Sol de México” cautivó a su publico por la excelente presentación de aquella noche, más no por su simpatía.

Enrique Iglesias

Enrique Iglesias, hijo de Julio Iglesias, llegó a Viña del Mar en el 2000, durante el peak de popularidad de su incipiente carrera, lo que le valía comparaciones con su propio padre, quien había conquistado al “Monstruo” en los 80.

El español, que en ese entonces tenía 23 años, se mostró bastante correcto y amable con sus fans en la previa a su show. Dio algunas entrevistas y demostró que era un personaje muy carismático.

Su espectáculo en la Quinta Vergara también había conquistado a la fanaticada que había llegado hasta las graderías. Todo estaba resultando a la perfección, hasta que el español se “dejó llevar” y dio vida a uno de los escándalos más bullados que ha tenido el festival: el famoso “Gaviotazo”.

Así es, porque, luego de recibir la Gaviota de Plata de parte de los animadores, Iglesias no halló nada mejor que lanzar este premio hacia el público. Un gesto que dejó perpleja a todos quienes estaban en el lugar a esa hora y a la propia Cecilia Bolocco, quien intentó solucionar la situación, aunque sin mayor éxito.

Fue así como, en cosa de segundos, todos los vítores y alabanzas se convirtieron en sendas pifias hacia el español, quien recién ahí supo la proporción del error que había cometido. Sin ir más lejos, la Gaviota dio en el rostro de una mujer que estaba en la platea, quien debió recibir asistencia médica.

Puede decirse que, tras ese evento, la relación entre Enrique y Chile se quebró de cierta forma. Si bien el cantante ha realizado más conciertos en nuestro país, nunca volvió a Viña.

Morrissey

El cantante inglés Morrissey fue uno de los destacados que hubo en la versión 2012 del festival. Si bien su show fue muy alabado por la afición, su actitud tras bambalinas e insólitas exigencias dejaron un sabor amargo.

En ese entonces, el exintegrante de la banda The Smiths dio más que hablar por sus extravagancias ante la organización que por su calidad musical, la cual no estuvo nunca en discusión.

De esta forma, aquella noche Morrissey exigió que no se exhibiera o vendiera carne en la Quinta Vergara, a lo que se sumó la petición de que nadie debía estar en los corredores del recinto cuando él se dirigiera a la pista y que ninguna persona podía mirarlo a la cara.

Archivo | Agencia UNO

Una vez arriba, el británico además exigió que el animador chileno Cristián Sánchez dejara su asiento en el jurado de la competición. ¿La razón? no le había gustado un gesto que el comunicador había realizado a una de las cámaras.

En conclusión, aquel fue un show que podría haber sido memorable en la historia de Viña del Mar, pero se deterioró por las actitudes del artista.

Adam Levine y Maroon 5

Maroon 5 fue el gran crédito anglo que tuvo la última versión de Viña. La banda tenía cerca de 20 años de historia y se había presentado en Chile años antes. No obstante, la experiencia para Adam Levine y sus músicos en suelo nacional fue caótica, y lo hicieron notar sobre el escenario.

Durante el concierto, que se extendió por una hora y 15 minutos, al vocalista se le vio derechamente hastiado, derrochando mal humor y con una actitud bastante antipática. Sin ir más lejos, su despedida contó con un simple: “Nos vemos mañana en Santiago”.

Al día siguiente se dieron a conocer mayores detalles de la estadía de Levine en Viña del Mar. Al parecer, la “mala onda” inició cuando los músicos supieron que el show sería transmitido a todo el país por televisión, situación que nos les pareció.

Junto con eso se revelaron videos que mostraron la salida tras bambalinas de la banda en la Quinta Vergara, en la cual se escucha claramente cuando Levine trata a Viña como una “ciudad de mierda”.

Las críticas a aquel show fueron tan lejos que llegaron a los medios en Estados Unidos, donde sitios como TMZ, People o Fox relataron lo que había vivido la banda de California en suelo chileno.

Todo eso obligó al cantante a realizar una especie de disculpa pública a través de sus redes sociales, de las cuales sólo se desprendió que “le gustaba dar el máximo en sus shows”.

The Police

Era 1982 y en Chile se comenzaba a vivir una profunda crisis económica. Pese a esto, la organización decidió llevar a cabo el Festival de Viña del Mar, con algunas figuras internacionales de renombre.

Por esos años era difícil traer a artistas de origen anglo, debido a que la mayoría se rehusaba a venir por estar en contra del régimen de Augusto Pinochet. No obstante, una banda de jóvenes ingleses llamados The Police dijeron “sí” al certamen, por lo que se presentaron en dos jornadas.

El grupo estaba compuesto por Sting (voz y bajo), Andy Summers (guitarra) y Stewart Copeland (batería), tres ingleses que se consideraban como irreverentes y cuyas personalidades no cayeron del todo bien entre la afición chilena.

Archivo

De acuerdo a los medios de la época, los músicos de The Police se mostraron bastante desagradados e incluso desafiantes con los medios de comunicación, a quienes solían responder sus preguntas con monosílabos o “frases hechas”.

A eso se sumó que, de acuerdo a los periodistas de esos años, los tres solían realizar “espectáculos decadentes” al interior del bar del Hotel O’Higgins.

“Somos así, nos sentimos rebeldes en este mundo, tratamos de no actuar y ser siempre muy naturales”, declaró Summers en una entrevista.

Finalmente, los ingleses dejaron Chile y a su público con una sensación agridulce, ya que su buen show también fue opacado con sus actitudes.