Una de las dos acusadoras de Harvey Weinstein contó llorando el viernes en su juicio en Nueva York que por “miedo” mantuvo durante años una relación con el productor de Hollywood, tras haber sido violada.
Jessica Mann, de 34 años, relató con la voz quebrada y a veces interrumpida por lágrimas cómo cuando buscaba empleo como actriz en Los Angeles, y vivía en su coche porque no tenía dinero para el alquiler, fue agredida sexualmente por el acusado en dos oportunidades.
Y contó luego que fue violada el 18 de marzo de 2013 en un hotel de Manhattan, luego de que el acusado se inyectara en el pene un medicamento para mantener la erección.
Mann, que tuvo una infancia difícil en una granja lechera del estado de Washington, es la tercera mujer que testifica ante el jurado de la corte penal estatal de Manhattan que el acusado la violó.
La defensa mantiene que Mann y Weinstein tenían “una relación cariñosa” y tienen decenas de mensajes entre ambos.
Durante su testimonio, Mann intentó explicar por qué continuó la relación, aunque no siempre con éxito.
Dijo que creía que “venerar” a Weinstein y masajear “su frágil ego” le ayudaría, porque “pensaba que si (el productor) sentía rechazo, eso dispararía su ira”.
“Tenía mucho miedo” del acusado, afirmó, y “estaba preocupada por proteger al actor con el cual estaba saliendo (…) que era bastante conocido”.
Al relatar su violación, Mann dijo que estaba alojada en un hotel de Manhattan, y que el productor alquiló allí una habitación pese a sus ruegos.
“Entré en pánico (…) Yo sabía lo que estaba tratando de hacer”, dijo.
Luego Weinstein la llevó hasta la habitación y allí “con voz de sargento, cortante y enojada” le ordenó que se desvistiese y la penetró.
Después, en el baño, la testigo dijo que vio en la basura una jeringa con un medicamento para mantener la erección. Dijo que no le contó a nadie lo sucedido porque le daba “tanta vergüenza”.
“Yo lo veía como veía a mi padre (…) Mi padre tenía una ira similar”, explicó. Pero cuando lo conoció, sintió que recibía “una bendición de Dios” porque era maravilloso para su carrera.
Weinstein, de traje gris, entró en la abarrotada sala de la corte penal estatal de Manhattan encorvado, caminando con la ayuda de un andador. Mascó chicle, tomó notas y negó con la cabeza algunas veces.
Aunque más de 80 mujeres le han denunciado por acoso, agresión sexual o violación, solo fue inculpado de la violación de Mann en 2013 y de la agresión sexual de la exasistente de producción Mimi Haleyi en 2006, ya que la mayoría de los delitos prescribieron.
Weinstein, de 67 años, se declara inocente. Si es hallado culpable enfrenta una pena máxima de cadena perpetua.