Cuando comenzó el estallido social a mediados de octubre, la actriz María Paz Grandjean sufrió en carne propia los enfrentamientos y resultó herida por un balín.
Mientras salía del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) la intérprete recibió el impacto, situación que dio a conocer la cuenta oficial del recinto, aclarando que se encontraba en buenas condiciones.
Cuando iba pasando por el hotel Crowne Plaza, vio que había un carros de Carabineros y un piquete de funcionarios. En ese momento, el carro lanzaaguas pasó por ese lugar, mientras transitaba un grupo de personas, en el que se encontraba María Paz.
“Vi que dos escolares eran golpeados por carabineros, y muchos los defendimos. Me moví para ver mejor, crucé la calle Ramón Corvalán y me quedé en la esquina con Alameda”, narró a Culto.
Luego, identificó a un carabinero, que no sabía si era hombre o mujer, al que vio “apuntándome a la cabeza, de frente. Ya habían disparado bombas lacrimógenas, no pensé que iba a disparar algo más”.
Junto a lo anterior recordó que “ladeé la cabeza para verle la cara, y ahí sentí el impacto en mi rostro. Vi cuando me disparó, y creo que quiso dispararme a la boca o al ojo derecho, pero como alcancé a correrme no entró, sino que me quemó y alcanzó a rozarme la mejilla. Pero me agarré la mandíbula y noté que estaba deforme, y botando sangre por afuera y dentro de la boca. Quedé paralizada”, agregó.
La auxiliaron y fue al Cesfam que se ubica cerca de su casa. Cuando llegó a su hogar, se cambió ropa y se miró en el espejo y ahí “supe que era grave”.
Posteriormente una amiga la llevó al SAPU de Ñuñoa, donde contó que si bien la atendieron rápido, fue de forma precaria. “‘¿Tiene el ojo derecho?’, ‘verifique con su lengua si tiene todos los dientes’, me decían. Yo ni siquiera podía abrir la boca. Tampoco me sacaron un balín ni nada. El médico dijo que lo que me habían disparado no entró. Solo me había rozado, pero ahí surgió la duda de con qué me habían disparado. Yo dije un balín porque eso me dijeron en la calle, pero algunos médicos, incluido mi hermano, que es cirujano infantil, piensan que por la expansión de la herida se trató de una bala”, recordó.
María Paz quedó con una fractura en la mandíbula “y me tomó el ojo. No pude abrirlo en varios días. Hasta hoy tengo también un quiste grande en la cara, que sigue deforme. Lo peor fue salir de la posta y ver que había muchos cabros jóvenes heridos como yo. Eso me dolió muchísimo”.
Constató lesiones y prepara querella
“Al séptimo día me pude parar y salir, y fui al Colegio Médico porque ahí estaban haciendo los peritajes para el Instituto Nacional de Derechos Humanos, donde aún no logran establecer si fue bala o balín. Me hice exámenes, radiografías y un TAC, y ahora está toda mi carpeta y la denuncia en manos del INDH”, contó Grandjean.
Añadió que está reuniendo testigos para iniciar una querella. “Llevan dos días diciéndome desde el INDH que van a contactarme para hacerla, pero ya me contactó otro abogado. Sé que puedo hacerlo también mediante Sidarte y Chileactores, de quienes he recibido mucho apoyo”.
Finalmente, y recordando lo que le pasó a su colega, Alejandro Goic, enfatizó que “desde que tengo uso de razón que nunca he visto que la violencia haya empezado por los encapuchados. Desde los 80 he visto que el vandalismo empieza en Carabineros y es lo que he vivido. Yo soy hija de la dictadura, y antes, después de las marchas, venía lo que mi papá llama ‘el silencio de la muerte’, porque mataban gente. La historia ha vuelto a repetirse, pero ya no pueden ocultarla. Lo que pido es justicia y saber quién me disparó, con qué y por qué, ni siquiera una sentencia. Necesito saber la verdad”.