Siguen las repercusiones por el reportaje publicado por The Clinic, donde varias mujeres y hombres acusan a Fernando Villegas (69) de acoso sexual y maltrato laboral, además de comentarios impropios.
En el artículo que contó con más de 30 entrevistas, varias anónimas, las víctimas relatan comportamientos inadmisibles que habría tenido el comentarista de Tolerancia Cero a lo largo de toda su carrera.
Una de las primeras consecuencias que debió enfrentar el periodista, fue la suspensión de sus funciones en Radio Agricultura. Tal como publicó BioBioChile, la emisora decidió por apartar momentáneamente de los micrófonos al locutor de tres programas: Las cosas por su nombre, Dos para las cinco y Todas las noches son viernes.
Tras este intenso lunes, Villegas rompió el silencio en Las Últimas Noticias, donde aseguró que el artículo sólo se basaba en rumores antiguos.
“El reportaje es tan charcha, tan malo y tan poco sustantivo periodísticamente, basado en rumores de 20 años atrás que no vale la pena comentarlo. Hay que dejar que los rumores caigan por su propia falta de peso”, dijo sin profundizar más en el tema
Recordemos que algunas de las acusaciones, realizadas en su mayoría por maquilladoras que trabajaron con él, incluyen tocaciones, insultos, comentarios impúdicos, entre otros.
“Sé de compañeras (…) que le tenían miedo y me pedían a mí que lo maquillara”, testificó una las trabajadoras de manera anónima, quien aseguró que frenó el comportamiento de Villegas hacia ella cuando él “le miró el trasero y le dijo una grosería”.
Por su parte, Polo Ramírez, quien trabajó con él en el pasado, afirmó a LUN que no le sorprendían las denuncias. “Lo que me sorprende es que tan tarde se ventilaran estos tratos evidentes”, dijo.
“En Radio Duna, donde trabajó él, vi a dos personas que eran parte del equipo de la radio que se sentían muy incómodas por el acercamiento que él tenía hacia ellas”, agregó.
“En distintas circunstancias, me comentaban que cuando él llegaba a la radio se sentían violentadas por la forma en que él las saludaba, cómo se acercaba y cómo se refería a ellas”, relató y añadió que cuando la jefatura se enteró de la situación, conversaron con el escritor quien cambió su actitud.