
VER RESUMEN
Herramienta desarrollada por BioBioChile
La industria del entretenimiento de Corea del Sur, reconocida por su éxito global, ha sido el escenario de tragedias que revelan las duras presiones enfrentadas por sus jóvenes artistas. El reciente caso de la actriz Kim Sae-ron, quien fue hallada muerta en su casa, se suma a la lista de suicidios que incluye a figuras como Kim Jong-hyun, destacado vocalista de SHINee. La maquinaria de formación en canto, baile y actuación a la que se someten estos artistas conlleva un control exhaustivo de las agencias de talento y normas estrictas que afectan su salud mental. La cultura de fans obsesivos, contratos abusivos y la presión por mantener un estándar de vida público impecable contribuyen a un ambiente tóxico que ha llevado a la crisis de salud mental en Corea del Sur, donde el suicidio es un grave problema. La falta de conciencia sobre la importancia de la salud mental en la sociedad coreana y la competitividad extrema en un entorno de escasez laboral agudizan esta crisis, generando pérdidas económicas y un futuro incierto para los jóvenes.
Corea del Sur es reconocida por ser una máquina generadora de jóvenes artistas que logran llegar a todos los rincones del mundo a través de la música y los doramas o teleseries que tienen fanáticos en todas partes.
Pese a la popularidad que adquieren estos jóvenes, a nivel nacional e internacional, las presiones que sostienen los han hecho llegar al extremo del suicidio.
Recientemente, se supo que encontraron muerta en su casa a la actriz Kim Sae-ron y hasta el momento no se encontraron señales de que una tercera persona haya ingresado a su casa, por lo que se especula que también podría haberse quitado la vida.
Pero, por qué pasa esto. La realidad es que la industria del entretenimiento en Corea del Sur es cosa sería para los artistas que viven en verdaderos ejércitos de formación, donde cualquier error les puede quitar los años de esfuerzo para llegar donde están.
Viven en una serie de reglas estrictas, además de sostener una vida socialmente aceptable, por lo que la presión los lleva a extremos, buenos y a veces muy malos.
Los suicidios de jóvenes artistas de Corea del Sur
En 2017 sorprendió al mundo la muerte de Kim Jong-hyun, la estrella del K-pop y vocalista de SHINee se suicidó a los 27 años causando impacto en los miles de fans que lo seguían.
“Estoy roto por dentro. La tristeza que me ha estado devorando lentamente finalmente me ha tragado entero. No he podido superarlo. (…) Me odiaba a mí mismo. Me agarraba a los recuerdos que se desvanecían y gritaba para despertar. No había respuesta. Si no puedo respirar, es mejor acabar”, fueron las palabras que dejó escritas a su amiga Nain9.
La presión que vivía lo terminó devorando. En ese momento comenzó a salir a la luz los problemas de la maquinaria que existe en la industria del K-pop y cómo afecta a sus miembros, consignó Infobae.
Esto porque ingresar a esta industria no es fácil y por sobre todo no es gratis para su salud mental. Paran años preparándose en canto, baile, actuación, idiomas, con dietas específicas e incluso programación de las cirugías estéticas que deberían tener para poder llegar al estándar coreano.
En ese proceso, pierden su identidad y esto termina afectando a tal punto que para cuando se vuelven famosos, las restricciones a su vida se vuelven aún peor.
Según explica BBC, el “exhaustivo control de las agencias de talentos y la intensa cultura de los fans son dos de los principales detonantes del masivo estrés que enfrentan las estrellas coreanas”.
Además, existían contratos abusivos, a los que llamaban “contratos de esclavos”, de larga duración, donde tenían control sobre sus horarios y compensaciones económicas.

El peligro de las redes sociales
Para los jóvenes artistas de Corea del Sur ser famosos implica tener un trabajo demandante, fama, pero también lidiar con las redes sociales y la extrema actividad que sostienen los fans.
El fanatismo es tan alto que prestan atención a cualquier movimiento de sus artistas favoritos, si estos cambian su peinado, son vistos en alguna parte o el like que dieron en cualquier red social, siempre están expuestos socialmente.
Por ende, la industria los obliga a mantener un alto estándar de vida pública, donde acciones como conducir ebrio puede terminar inmediatamente con la carrera de un artista.
“En comparación con otros países, Corea del Sur tiene un estándar moral muy estricto para las celebridades”, asegura el crítico de cultura pop coreana Ha Jae-kun a BBC.
Añade, “Si una celebridad se comporta solo un poco diferente de lo que se percibe como ‘decente’, el público la ataca. Y es difícil para una estrella ignorar este tipo de agresión, debido a la alta presión social que proviene de un arraigado colectivismo”.
El control llega a ser tan alto que incluso deben esconder si tienen pareja, porque por contrato muchos deben mantenerse siempre solteros, para no afectar a sus fans.
La crisis de la salud mental en Corea del Sur
Una de las razones por las que la salud mental en los artistas de Corea del Sur es tan precaria, pese a que se preparan en todos los ámbitos para ser grandes estrellas, se debe a la cultura del país.
La salud mental es un problema tabú en su sociedad, lo que impide que las personas se traten y esto decanta en cifras preocupantes.
Según explica un artículo de Harvard Internacional Review, Corea del Sur sostiene la raza más alta de suicidio de todos los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Según explica, “El 95% por ciento de los surcoreanos afirman estar estresados, con tasas asombrosas de depresión entre los ancianos. El resultado es una epidemia nacional alarmante que solo ha empeorado anualmente durante los últimos 20 años. Cada día, casi 40 surcoreanos se suicidan”.
Pese a estas cifras, la concientización sobre la importancia de la salud mental es casi nula. Sólo un 20% de los ciudadanos buscan atención en esta área cuando están deprimidos y se estima que el 75% de los ancianos surcoreanos creen que la depresión es un signo de debilidad.
Una cultura competitiva que no ayuda
Con estos antecedentes sociales, la vida para los jóvenes es compleja, sobre todo cuando viven en una cultura competitiva y estresante.
A esto se suma que trabajo escasea y los mismos problemas de salud mental en los jóvenes llevó a que casi el 40% de estos dejara de buscar trabajo. Añadida a esta crisis está el aumento en el consumo de alcohol.
Todo esto decanta en que el país viva una crisis en la productividad, lo que según explica el artículo de HIR, hay pérdidas de 4 mil millones de dólares cada año.
Pero también, explica que: “La crisis de salud mental del país también ha contribuido a un intenso sentimiento de estrés y cinismo entre los jóvenes del país, muchos de los cuales suelen decir que se sienten desilusionados con el futuro, lo que impulsa mayores tasas de emigración y polarización política”.
Sin embargo, si no existen medidas relevantes a nivel cultural y social, es complejo que cambie en algo la situación de los artistas de Corea del Sur.