Tom Glynn-Carney, el actor detrás del rey Aegon II Targaryen en Casa del Dragón, abordó no sólo el odio que genera su personaje en la serie precuela de Juego de Tronos.
La segunda temporada de la serie, que se estrenó este domingo, ya causa polémicas y su personaje está en el centro de la “Danza de Dragones”.
En una conferencia en la que participó BioBioChile, también se refirió a las comparaciones que se hacen de su personaje con Joffrey Lannister, y respondió a la pregunta que todo Westeros se está haciendo: ¿hay algo que a la audiencia le pueda gustar sobre su personaje?
Durante esta temporada, adelanta el intérprete, a Aegon “lo vemos ponerse en los zapatos del rey y llevar esta nueva piel con tanto entusiasmo y orgullo como puede en este momento. Hay una ligereza en él, creo, al principio. Aporta un poco de alivio en su enfoque bastante despreocupado a lo que es en realidad un gran momento crucial en la historia”.
Sin embargo, pronto todo cambia y “le vemos en todo tipo de estados diferentes. Si piensas en el espectro emocional, él está en cada uno de sus ángulos. En todos sus extremos, yendo y viniendo, y yendo y viniendo. Así que es agotador interpretarlo, pero muy divertido”.
“En actuación, creo que es importante tener un punto de partida cuando conoces los resultados finales. Empezar a un cierto ritmo y poder mantenerlo es siempre algo complicado, pero esa fue siempre mi intención y la de los guionistas con Aegon esta temporada, tener a este huracán de personaje atravesando de golpe lo que sea que se encontrara”, relató.
“Realmente no hay mucho término medio con Aegon. Creo que siente profundamente, todo a un nivel celular. Y eso puede ser tan peligroso, si no más, que alguien que no siente nada, creo, porque se acumula, es lava burbujeante bajo la superficie y él es realmente malo para mantener eso contenido”.
“Desesperado por ser amado”
En este sentido, opinó que el suyo “es un personaje multidimensional. No creo que sea pura oscuridad y veneno. Al fin y al cabo, es un niño mimado que se ha criado en un mundo en el que su nombre y su linaje le han librado de muchos problemas”.
“Esta vez hay una vulnerabilidad en él que realmente quería poner en primer plano para dar contexto a sus decisiones y a la forma en que ha llevado su vida anteriormente. Está plagado de inseguridades, de odio a sí mismo y remordimientos. Al fin y al cabo, está desesperado por ser amado, y creo que en él encontramos esa especie de niño roto”, sostuvo.
Su desafío, en este sentido, considera que “es y ha sido aportarle algo de humanidad en lugar de interpretarlo como a la gente le gusta llamarlo, un villano, es mucho más que eso”.
Así, consultado sobre qué rasgos de Aegon podrían beneficiarle como un buen gobernante para los Siete Reinos en Casa del Dragón, sostiene que para él “un buen rey sería alguien justo, alguien con una buena posición moral y que haya atestiguado un comportamiento justo antes. Creo que Aegon cumple con eso último. Veo a Viserys como un rey muy justo, y que escuchaba. También era respetado y tenía poder”.
“Creo que el problema con Aegon es que quiere ser amado y temido al mismo tiempo, y no van de la mano. Así que es una batalla constante para tratar de encontrar algún tipo de híbrido de los dos, y lo vemos en una especie de espiral descendente en su intento de encontrar eso”, argumentó el actor.
Así, referenciando cómo el personaje cambia de una temporada de Casa del Dragón a otra, afirma que “creo que Aegon tiene muy claro lo que quiere, sobre todo una vez que se sienta en el trono. Es consciente de que el equipo Negro, y Rhaenyra en particular, están tratando de quitárselo, por lo que su motivación es mantenerse en el poder y permanecer donde está, y tener la autoridad que siente que se merece”.
“Lo hemos visto cambiar desde la primera a la segunda temporada, cuando antes no quería ese poder, pero ahora se ha puesto esta piel y está entusiasmado con ella y está alimentado por este nuevo propósito que tiene… y Muerte a Rocadragón, supongo”.
¿Otro Joffrey? Aegon responde…
“¡Ja! No, no creo que esa comparación me sea necesariamente útil para interpretarlo. Como dije antes, creo que es multidimensional. Y, ya saben, Joffrey era un personaje muy, muy frío, calculado y sádico, y Jack Gleeson hizo un trabajo increíble con él, pero creo que Aegon es una bestia diferente”, contestó ante esta comparativa el artista también conocido por Dunkirk, de Christopher Nolan.
En este sentido, considera que “su lado villano viene de la falta de amor propio, y de un profundo dolor interior con el que está lidiando. Creo que hay muchas más capas distinta a las de Joffrey. No creo que quiera ni disfrute ser malo, esa es la diferencia. Es sólo la forma en que sabe cómo comportarse y es su manera de no parecer débil. Ese es su mayor miedo, parecer débil. Y hará lo que sea, atravesará todo lo que se interponga en su camino para asegurarse de que la gente sepa que es poderoso y que tiene autoridad y que será respetado”.
“Siempre es un regalo poder llevar a un personaje en un viaje como este. Creo que desde el principio, cuando lo vimos en la primera temporada, hasta ahora, ya hemos visto muchos colores diferentes de lo que puede llegar a ser y cómo ha reaccionado ante determinadas situaciones”, expresó además. “Es el regalo que sigue dando, y eso es lo que nuestros increíbles guionistas saben hacer tan bien, ser capaces de dar vida a alguien como Aegon y llevarlo por estos viajes salvajes, caóticos e impredecibles y permitirle florecer en el proceso, con sus defectos y todo”.
En la misma línea de las comparaciones con Joffrey, ante las expectativas elevadas que tiene Casa del Dragón comparada con su predecesora, explica que “es la naturaleza de una serie como esta, que viene de algo tan exitoso como Juego de Tronos, la gente va a hacer comparaciones. Y estamos muy contentos de que eso suceda, y estamos muy agradecidos de que fuera un éxito porque hemos logrado llevar el impulso a nuestra serie lo mejor que hemos podido”.
“Pero sería mucha presión intentar replicarlo o intentar mejorarlo o superarlo. Nunca hemos intentado hacer eso. Siempre ha sido la visión de Ryan Condal, de nuestros productores y escritores y directores, del reparto y del equipo. Todos hemos sido conscientes de que estamos haciendo nuestro propio show, y es diferente a Juego de Tronos”, defendió.
En este sentido, ante las comparaciones, sostiene que “a mí me gusta no centrarme demasiado en nada de eso porque puede hacer que tus decisiones en el set vayan en una dirección determinada y es importante ser auténtico con tus propios instintos y gustos”.
“Y creo que eso es lo que hace que cualquier serie sea única y destaque y, ya sabes, no queremos ver lo mismo otra vez. Esta es una variación diferente del mismo mundo, con muchos más dragones involucrados”.
Hay quienes odian a Aegon, y a él no le molesta
Consultado por uno de los periodistas sobre el momento en que se sentó en el Trono de Hierro, bromeó con que “nunca me senté hasta que las cámaras empezaron a rodar. Me volví bastante supersticioso al respecto. Imaginé que habría un pequeño zumbido eléctrico cuando me sentara en él”.
“Pero es increíble la forma en que está construido. En la cima de varios escalones, con espadas en el suelo y quedas mucho más alto que todos los demás. Estás mirando a la gente desde arriba. Te infunde poder, fuerza y autoridad. Es una sensación muy interesante”, manifestó.
Respecto de la reacción negativa de algunos fans hacia su personaje, infame por una escena de violación en la primera temporada, aseguró que la sintió, pero “no fue demasiado cruel. No me molesta, es sólo porque a la gente le gusta el programa y a la gente le importa. No me lo tomo como algo personal, pero es una buena indicación de que estoy haciendo mi trabajo”.