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En el estreno de "The Acolyte", situada 100 años antes de la trilogía original de Star Wars, se revela que alguien está asesinando Jedis, comenzando por Indara (interpretada por Carrie-Anne Moss). El misterio se resuelve rápidamente, llevando a la pregunta crucial de por qué se están matando Jedis y quién está detrás, sugiriendo la posible presencia de los Sith, creídos extintos. La serie potencialmente podría explorar a Darth Tenebrous o Darth Plagueis. Aunque aún no revela personajes innovadores, destaca por el talentoso elenco y la promesa de personajes icónicos. Sin embargo, la trama aún no se adentra en aspectos realmente intrigantes, con la participación de personajes como Vernestra Rwoh siendo aún superficial.

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Este martes se estrenaron los dos primeros episodios de “The Acolyte”, ambientada 100 años antes de la trilogía original. En BioBioChile tuvimos acceso a los primeros 4 episodios, pero para esta reseña sólo incluiremos spoilers de los primeros dos, y lo demás lo abordaremos muy superficialmente.

El foco de la historia, en un comienzo, es claro: alguien está matando Jedis, y comenzó con Indara (Carrie-Anne Moss, literalmente elegida para el papel para ser una “Trinity con un sable de luz”).

Un misterio que es resuelto muy pronto.

Pasado ese punto, la interrogante se vuelca al “por qué” está matando a los Jedi, y quién es su benefactor presentado veladamente al final del primer episodio. Porque… y este es el gran desafío de todo cuanto ronda la “Alta República”, se supone que los Jedi creen extintos a los Sith hace “milenios”.

Ello obliga a tomar uno de dos cursos. O se posiciona como villano algo distinto a los Sith, o se hace que lo que ocurra sea precisamente parte del plan del Lord Sith de turno. Personaje que estaría limitado, pues no podría ser descubierto por la Orden Jedi.

Y, si nos apegamos al canon ahora conocido como “Legends” de Star Wars previo a la compra de Lucasfilms por parte de Disney, podría tratarse de Darth Tenebrous, o su aprendiz, Darth Plagueis, quien a su vez se volvió el maestro de Darth Sidious, el villano central de la Saga Skywalker.

Y no sería la primera vez que la nueva continuidad se alimenta de elementos sembrados por la antigua. La supervivencia de Boba Fett al pozo Sarlacc y la incorporación de Thrawn como el siguiente gran villano son los primeros ejemplos que se me ocurren.

Además, si bien la serie promete abrir nuevos horizontes, e incluye personajes que prometen, aún no abordan nada realmente interesante, ningún personaje innovador como Baylan Skoll en Ahsoka, ni una narrativa como Andor.

El reparto, sin embargo, sí hace su trabajo y da vida a personajes que podrían convertirse en icónicos favoritos de los fans, como Yord Fandar (interpretado por Charlie Barnett) o Jecki Lon (Dafne Keen).

Lee Jung-jae y Carrie-Anne Moss, que interpretan a los maestros Jedi Sol e Indara, respectivamente, y que son conocidos por los Juegos del Hambre y por Matrix, también respectivamente, si bien tienen papeles clave y son impecables en lo que hacen, todavía parecen más bien llamados por la “marca” y el interés que arrastran que por un genuino interés de aprovechar sus talentos.

El papel de Amandla Stenberg como Osha y Mae, bueno, es otro asunto. Personalmente, me llamaba más la atención la idea de que fuese una sola persona con dos personalidades y ver cómo funciona la Fuerza en alguien así, pero finalmente son, como vemos desde el primer episodio, dos gemelas.

Y en el caso de la villana, parece que va camino hacia alguna redención como tantas que hemos visto.

A lo largo de los primeros 4 episodios hace apariciones esporádicas Vernestra Rwoh (Rebecca Henderson), quien es la única personaje de los presentados que ha figurado antes en cómics y novelas de la Alta República. Sin embargo, su participación es todavía meramente formal y no es necesario tener idea alguna sobre las novelas y cómics ya publicados.

Con estos elementos, a la serie le quedan dos misterios por resolver.

El primero, es por qué los Jedi sienten tanta culpa por su fracaso en el flashback, cuando -como se ve en los episodios 3 y 4- es discutible si realmente tuvieron culpa en lo ocurrido, salvo que la propia narración nos esté engañando. Por ejemplo, ya hicieron un guiño a que se cree que los Jedi modifican recuerdos.

El segundo, y vinculado al anterior, queda por ver si The Acolyte logra romper las fórmulas tradicionales de Star Wars, y realmente dar un giro que de propósito a los primeros capítulos.