Luego del éxito de la serie Chernobyl de HBO en 2019, el tema de los desastres en energía nuclear volvió a ser de interés popular. Estas catástrofes, por lo desconocidas que son para nuestro país, suelen ser llamativas cuando son la trama central de series que nos permiten matonear todo un fin de semana.
La nueva serie de la plataforma Netflix “Los Días” retrata lo acontecido en la planta Fukushima, Japón en 2011, cuando luego del terremoto magnitud 9,1, ocurrido el 11 de marzo.
En esa oportunidad, el sismo y posterior tsunami generó un desastre nuclear de características inimaginables en la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi en Ōkuma, como recuerda la plataforma Infobae.
La magnitud del terremoto provocó la expansión de un tsunami que llegó a generar olas de 40 metros y avanzó a 10 kilómetros tierra adentro. El saldo fue de 15 mil muertes y pérdidas económicas que se estiman en 235 mil millones de dólares.
La serie comienza cuando el terremoto y tsumani impactan en la planta nuclear, provocando una inundación justo donde estaban los generadores de energía de emergencia.
Sin luz y con los intentos por parte de los trabajadores para hacer volver la electricidad, los equipos comienzan a recalentarse y tres reactores explotaron. El héroe de esta historia es sin dudas Masao Yoshida, jefe de la nuclear (interpretado por Koji Yakusho). Es el hombre que se encargó dentro de la central de hacer todo lo posible para evitar que el desastre pasara a mayores, tal como recoge Infobae.
La energía nuclear en Chile
Si bien, actualmente no hay centrales nucleares en desarrollo en nuestro país, si hay dos reactores nucleares de investigación. Uno de ellos se ubica en el Centro de Estudios Nucleares La Reina, en la comuna de Las Condes. El segundo se encuentra en el Centro de Estudios Nucleares Lo Aguirre, en Pudahuel.
En BioBioChile conversamos con el Director Ejecutivo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), Dr. Luis Huerta Torchio, quien nos explica en que se diferencian las centrales, como las que se ven en la serie Los Días, con los reactores que tenemos en nuestro país.
“Lo que llamamos centrales -o más bien centrales nucleares de potencia- se refiere a reactores nucleares dedicados a la generación de electricidad. Aparte de ese tipo de reactores, existen los llamados reactores nucleares de investigación y un ejemplo de ellos es el Reactor Nuclear Chileno (RECH-1) de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, ubicado en el Centro de Estudios Nucleares La Reina”, explica Huerta.
“Nuestro reactor nuclear de investigación se orienta, valga la redundancia, a la investigación; pero, además, se usa para producir radioisótopos, la mayoría de los cuales se utilizan en medicina nuclear y radioterapia, beneficiando a diario a pacientes que requieren diagnóstico y tratamiento para graves enfermedades, como el cáncer, entre otras. Además, la técnica de neutrografía –´radiografía´ basada en neutrones- permite el estudio no destructivo de elementos; el ala de un avión, por ejemplo”, señaló el Director Ejecutivo de la CCHEN.
El especialista detalla que “adicionalmente, con el reactor nuclear aplicamos la técnica de análisis por activación neutrónica, que posibilita determinar con mucha precisión los componentes de una muestra. En esa línea, tenemos la capacidad de caracterizar muestras de los más diversos tipos, desde material biológico hasta elementos del patrimonio histórico y cultural del país”.
Huerta explicó a BioBioChile que Fukushima dejó muchas lecciones, igual que los anteriores accidentes nucleares.
“Al examinar los efectos del terremoto y, más bien, del tsunami, se observó la ausencia de procedimientos adecuados en la operación de esa central nuclear. Uno de los principales aprendizajes fue la necesidad de que el organismo regulador y fiscalizador -que todo país que usa la energía nuclear debe tener- debe ser y comportarse de manera completamente independiente de la entidad que opera un reactor nuclear”, dice.
Estima que “las fallas humanas principales estuvieron en las medidas de prevención, todas conocidas con mucha antelación, y que implicaban inversiones, modificación de algunos diseños -por ejemplo, del sistema de generación eléctrica para los sistemas de seguridad- procedimientos y capacitación del personal que no se hicieron y que el organismo regulador dejó pasar”.
“En este punto es muy importante señalar que toda la actividad nuclear en el mundo, y por supuesto también en Chile, está estrictamente regulada; no sólo por un conjunto de protocolos de operación que garantizan la seguridad de la instalación y de quienes la operan, sino que también está sometida a permanente fiscalización para observar el cumplimiento de las regulaciones y también para incorporar -cuando es pertinente- nuevas medidas y nuevas tecnologías que surgen del conocimiento y la experiencia internacional”, recalca.
¿Por qué aún no se apuesta por el desarrollo de estas plantas en Chile?
Lo que comenta a BioBioChile el Director Ejecutivo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, es que la energía nuclear es una alternativa importante desde el punto de vista técnico y medioambiental, en comparación con otras formas de producción de energía eléctrica.
“En términos de la ocupación de suelo, de territorio, por ejemplo, es en las centrales de energía nuclear donde la tasa de generación de energía eléctrica por superficie de suelo ocupado es la mayor, esto es, los megawatts por metro cuadrado es una cantidad mayor”, indica.
Sobre si pudiera pasar en Chile algo similar a lo ocurrido en Japón, Huerta enfatiza en que “las regulaciones y tecnologías de control de la actualidad permiten garantizar la seguridad, incluido en un país sísmico, como es el nuestro”.
“Es preciso decir que nuestro reactor nuclear de investigación ha estado presente, y en funcionamiento, por 50 años en el país. Luego, ha sido sometido a los sismos que han ocurrido en estos 50 años, los cuales ha enfrentado con éxito, tanto desde el punto de vista de su operación -dado que el reactor se detiene ante pequeños movimientos sísmicos- y también respecto de la estructura civil del edificio que lo contiene. Desde ambas aristas su comportamiento ha sido excelente. La ingeniería utilizada al momento de su construcción, a principio de los años 70, fue de primera línea, y eso ha quedado más que demostrado a lo largo de todos estos años”, afirma.
Entonces, ¿por qué Chile no ha incorporado la energía nuclear de potencia? Según nos señaló el experto en la materia, se trata de una decisión política que debe tomar el país, el Estado, los ciudadanos y las ciudadanas.
“En ese sentido, nuestro rol como Comisión Chilena de Energía Nuclear es solamente informar y educar a los gobernantes y tomadores de decisión, a la población del país para que esa toma de decisión sea fundada y compartida”, sostiene.
Contribución de la energía nuclear a Chile
Pese a que no existe producción de energía nuclear en Chile, desde la CCHEN se contribuye con el reactor nuclear a las ciencias y tecnologías nucleares, al conocimiento y aplicaciones, al combate contra el cáncer, al monitoreo del medioambiente y a la mitigación de los efectos del cambio climático.
“Nuestros proyectos aportan al mejoramiento genético de especies vegetales y forestales, haciéndolas más resistentes a sequías, al seguimiento de los cursos de agua, a la detección, seguimiento y mitigación de los contaminantes en el suelo, los cauces fluviales o los ambientes marinos”, expresa Huerta.
De todos modos, el experto comenta que una decisión política en favor de la energía nuclear para la producción de electricidad significa un esfuerzo que debe adelantarse al menos 15 o 20 años, “para formar a los y las profesionales necesarios para realizar, desde los estudios del territorio, la normativa legal y reguladora, el manejo de las tecnologías necesarias y para asegurar los insumos que tal emprendimiento requiere”.
“Tal vez en 50 años más tengamos acceso a una nueva forma de extraer energía nuclear para generación eléctrica, que es la fusión nuclear, un fenómeno distinto al que hoy se utiliza, que es la fisión”, menciona.
En detalle, “en la fisión, el objetivo es romper el núcleo de un átomo, de uranio, por ejemplo, y de ahí extraer energía. En la fusión nuclear, por su parte, dos núcleos de isótopos de hidrógeno se unen, formando helio, y extrayendo de esa fusión la energía”.
“Este un proceso infinitamente más limpio que cualquier otro, pero es una tecnología con la que aún no contamos para producir energía eléctrica para el consumo. Eso sí, existe un gran esfuerzo internacional para conseguirlo, por lo que es de esperar que en algunas décadas esté disponible en beneficio del planeta”, puntualizó el Dr. Luis Huerta Torchio a BioBioChile.