Han pasado casi dos años desde la segunda temporada de The Boys -salvo por el spin-off animado Diabolical estrenado en marzo de este año-, y la serie parece tener todas las intenciones de recuperar el tiempo perdido.
Habiendo pasado un año dentro de la historia, los nuevos episodios retoman desde un comienzo con un ritmo vertiginoso, calzando varios vuelcos y revelaciones una tras otra. Se acabó la paz, es hora de reanudar la sanguinaria “guerra secreta”, una que no tarda en cobrar sus primeras víctimas y exigir grandes sacrificios.
Muchas veces, éstos llevan a los protagonistas y antagonistas a convertirse en aquello que desprecian, impulsando sus desarrollos de personaje y llevándolos a nuevos extremos.
De paso, la serie aprovecha de presentar la escena de gore y sexo más violenta que se ha visto en esta adaptación de un material que busca retratar lo violento que sería realmente un mundo con superpoderes. Sí, más que ese grotesco momento de la primera temporada entre Popclaw y su manager.
Todo enmarcado por la siempre ácida crítica social a los grandes poderes formales y fácticos de la cultura occidental. Las corporaciones, las farmacéuticas, la corrupción de la clase política, las instituciones religiosas, la industria del espectáculo, el aprovechamiento de las causas activistas y los cultos a la personalidad, con los “Superhéroes” como su producto estrella y metáfora principal.
Pero más allá de la progresiva tensión narrativa, que ya es propia de esta historia, quizás el elemento más llamativo de esta nueva fase es la introducción de otro famoso equipo de superhéroes con sus paralelos en ficciones ya conocidas: Payback, quienes son presentados a lo largo los primeros 5 episodios de esta temporada, a los cuales tuvo acceso BioBioChile.
Tal como The Seven (“Los Siete”), cuyo nombre y composición hacen referencia a los “Siete grandes” de la Liga de la Justicia de DC Comics, Payback se traduce aproximadamente como “Represalia” o “Venganza”, también dando forma claramente a un análogo de los “Vengadores” de Marvel.
Soldier Boy (“Niño Soldado”, interpretado por Jensen Ackles), Crimson Countess (“Condesa Carmesí”, interpretada por Laurie Holden) y Swatto (interpretado por Joel Labell), Gunpowder (“Pólvora”, interpretado por Sean Patrick Flanery) son algunos de los personajes que componen este equipo, otrora los “héroes más poderosos de la Tierra” previo a la irrupción de The Seven.
Dichos “superhéroes” parodian respectivamente al Capitán América, la Scarlet Witch (“Bruja Escarlata”), Ant Man (“Hombre Hormiga”) y… bueno, Gunpowder es más bien una amalgama del Juez Dredd y Deadshot o tal vez el Hawkeye (“Ojo de Halcón”) del universo paralelo “Ultimate” de Marvel.
Stormfront (“Torrencial” en español) y Eagle the Archer (“Águila el Arquero”) también son miembros en los cómics, pero ya fueron presentados de otras formas en la pantalla, siendo respectivamente parodias de Thor y Hawkeye (“Ojo de Halcón”) -más directamente que Gunpowder-.
Tal como con los demás personajes, las similitudes no van más allá de las apariencias y -parcialmente- los poderes, siendo todos más bien versiones villanescas ocultas tras una figura pública benevolente gracias al potente trabajo de marketing y encubrimiento de la transnacional Vought.
Soldier Boy, en particular, comparte incluso la leyenda del Capitán América: supersoldado armado con un escudo y héroe de la Segunda Guerra Mundial, baluarte de la libertad e ícono del “Sueño Americano”.
Sin embargo, para la serie le fue añadido un superpoder extra que lo acerca mas bien al X-Man Havok: una poderosa y destructiva proyección de energía desde su pecho. ¿El motivo? Aparentemente, avanzar la trama en la dirección que los directores necesitaban, volverlo más peligroso y sumar un elemento al espectáculo visual.
Para los lectores de cómics, hay una cosa muy específica que pueden esperar: mientras que la serie se tomó varias libertades creativas en cuanto a la presentación y la cronología de los sucesos del material original, en esta nueva entrega comienzan a llenar muchos de los vacíos dejados hasta el momento.
La aparición de Payback es uno, la presentación de al menos otros cuatro personajes -secretos hasta ahora- es otra, pero quizás lo más llamativo es Herogasm (juego de palabras en inglés entre las palabras “héroe” y “orgasmo”), que es literalmente el título del sexto episodio.
Ese título es compartido con una miniserie de los cómics que relata una orgía de superhéroes y supervillanos con prostitutas y víctimas de tráfico sexual. A ésta acude gran parte de la “comunidad superhumana”, con la excusa pública de reunirse para detener la amenaza global de turno, mientras en las sombras los protagonistas llevan a cabo una misión secreta bajo las narices de los superhumanos desprevenidos.
El escenario recuerda sucesos como los ocurridos en la isla Little Saint James, del difunto Jeffrey Epstein, amigo cercano del ahora expresidente estadounidense Donald Trump. El sitio habría sido visitado por miembros de la realeza, premios nobel, autoridades políticas, banqueros y otras figuras públicas. Los “poderosos” del mundo real.
¿Qué podemos anticipar? Incluso habiendo leído el material fuente y tras haber visto todos los episodios que la preceden… es difícil de predecir más allá del esperable sexo y violencia, porque pese a haber incorporado elementos faltantes de los cómics, la serie se las sigue arreglando para mantener suficiente distancia como para mantener en las sombras a toda su audiencia.
Los primeros tres episodios de la tercera temporada de The Boys se estrena este viernes 3 de juniio, e incluirá -entre otros- el retorno de Karl Urban (Billy Butcher), Jack Quaid (Hughie), Erin Moriarty (Starlight), Antony Starr (Homelander), Chace Crawford (The Deep), Dominique McElligott (Queen Maeve), Laz Alonso (Mother’s Milk), Jessie T Usher (A-Train), Karen Fukuhara (Kimiko), Tomer Capon (Frenchie), Giancarlo Esposito (Stan Edgar) y Claudia Doumit (Victoria “Vic” Neuman).