De películas eróticas a agente de Man in Black: la actriz que se cansó de Hollywood por "machista"

25 abril 2021 | 11:02

Pocas son las mujeres que se atreven a abandonar a una industria tan lucrativa, pero no exenta de episodios de abuso. El caso Harvey Weinstein, es la prueba más fehaciente.

Linda Fiorentino, una actriz ícono de los 80 y 90, es de las que dio un paso atrás, no sin antes convencerse tanto en el plató, como en la vida real, que la fama cuesta y conseguirla puede ir en contra de la esencia femenina.

Nacida en Filadelfia, en 1960, a los 37 años obtuvo un papel protagónico en Men In black, junto a Will Smith y Tommy Lee Jones.

1997 mostraba a un rostro fresco de la industria, pero ya tenía una que otra mueca de descontento antes de interpretar a la agente Laurel Weaver, quien tenía la difícil tarea de ser la forense de los aliens que llegaban a la morgue.

No era nada comparado con su descontento real. Los directores la tenían encasillada en papeles sugerentes. Los filmes de tipo erótico llegaban como imán a su vida.


Los filmes eróticos antes de Men In Black

Es el periódico El País, recoge la historia de la estadounidense Linda Fiorentino, de raíces italianas.

Cuando su carrera arrancó en la década de los ochentas, era considerada una estrella en acenso. Su belleza, sin lugar a dudas, contribuía. No obstante, tenía una actitud que directores de la talla de Martin Scorsese sabían detectar.

Sin embargo, Fiorentino pasó de desilusión en desilusión. Una de ellas tiene que ver con su participación en “La última seducción“, el filme erótico independiente de John Dale, rodado en 1994.

Bridget Gregory, papel interpretado por Fiorentino, esculca en la entrepierna de un hombre en un bar de Nueva York, no sin antes advertirle “Estoy buscando cierta cualidad del caballo”. El sujeto simplemente la salvaba de un bartender misógino, que la ignoraba al pedirle un trago Manhattan. Su actuación la hizo acreedora a un Spirit (premio al cine independiente).

Pero cuando le propusieron esa película, ya tenía en su haber otros papeles similares. La dominatriz (fémina que adopta un rol dominante en prácticas sexuales), la interpretó en Jo,¡qué noche! de Scorsese, en 1985.

Para asegurarse un nuevo éxito, no pensó en que se encasillaría en los cortes eróticos. Absorta, simplemente condujo durante seis horas, con el guión en mano.

“Definitivamente fue un papel soñado. Cuando leí el guion (de La última seducción) estaba en Arizona, me subí a un coche y conduje seis horas para llegar a la reunión porque nunca había leído algo tan único en términos de un personaje femenino. Entré en la reunión con (el director) John Dahl y le dije: ‘John, no puedes contratar a nadie más que a mí para esta película"”.

Las malas noticias llegaron con el anuncio de que la película no sería exhibida en cines, dado que sus creadores decidieron estrenarla en HBO, ante el desinterés de las distribuidoras. La crítica se rindió ante la actriz. De hecho, sugerían su actuación como digna de un Oscar.

El traspié acabó con su sueño de ganar la estatuilla y de ser recordada debido a la escasa difusión del film. No obstante, los que vieron su trabajo se interesaron por saber qué más tenía por dar Linda Fiorentino.


El despertar de una industria machista

Injusto sería decir que, antes de intentar un nuevo filme erótico, Fiorentino no buscó otros papeles que le dieran relevancia. Por ejemplo, participó en la cinta “Los Modernos“.

La historia de falsificadores de arte en el París de los años 20, del director Alan Rudolph, mostraba a Fiorentino con una belleza imperfecta y su voz fingida, rozando en lo grave. Sin embargo, no encantó y su papel quedó reducido a la relevancia mínima que comenzó a desencantarla con la audiencia, la cual parecía aceptarla solo en el escenario erótico.

Fue entonces cuando llegó “La última seducción“, hacia 1994. Para entonces, el rol en el cual quedó encasillada ya le provocaba sinsabores.

“Estoy soltera y he tenido algunas citas desde que salió La última seducción y pude ver la decepción en los ojos de los hombres que pensaban que iba a ser un cita caliente y enseñarles todas estas cosas raras. Y luego descubren que soy una persona normal, ya sabes, y no tengo inclinaciones hacia un comportamiento sexual extraño y es como si una decepción cruzara por sus caras”.
- Linda Fiorentino. La actriz que se largó de Hollywwod.

El próximo portazo en la cara, lejos del erotismo y con Men in Black ya en su filmografía. 1997 fue un año de lujo para los productores de esta película, dados los resultados. Pero su secuela no incluiría más a Fiorentino. La prensa estadounidense deslizó la pretensión de la actriz de cobrar una suma escandalosa para continuar con su rol. La producción la reemplazó rápidamente por otro personaje: la villana Serleena, interpretada por Lara Flynn Boyle.


Así quedaba fuera de un éxito de taquilla, pero llegaría otro golpe anímico.

Cuando fue elegida para integrarse al elenco de la película “Dogma” (2000), en la que actuó con Salma Hayek, Alan Rickman y Ben Affleck, la trama disgustó a la iglesia católica.

Bethany Sloane (Fiorentino) era la última descendiente de Jesucristo en la tierra, trabajando en una clínica de abortos. Le encargan por mandato divino salvar al mundo junto a un equipo celestial. Los métodos fueron considerados un insulto por grupos conservadores católicos, y Disney decidió abandonar el proyecto que fue tomado por la entonces productora de Harvey Weinstein (Miramax), hoy en prisión por abusos sexuales contra decenas de actrices y trabajadoras en la industria.

De principio a fin, la situación fue difícil para elenco de Dogma, del que también formó parte Chris Rock.

Se sumó a la polémica, el hecho de que Linda se enojara porque en la imagen de la película, su cuerpo fue sustituido por el de otra mujer. Julia Roberts vivió lo mismo en Pretty Woman. Fiorentino no lo aceptó.

“Cuando Linda vio el cartel se volvió loca. Pusieron su cabeza sobre otro cuerpo porque ella nunca hizo la sesión de fotos. El cuerpo tenía más escote que ella y se enfadó y no hizo la promoción de la película”, confesó Kevin Smith, el cerebro de la película.


Desde entonces, Fiorentino se dedicó a rechazar papeles y a decir unas cuantas verdades a sus creadores e incluso a actores de la talla de Robert De Niro, con quien tuvo una conversación bastante tensa, cuando le propusieron protagonizar con él la película “Nunca fuimos ángeles“.

“No solo le dijo a Robert De Niro que no iba a hacer la película, sino que tampoco entendía por qué la iba a hacer él”, contó el periodista Tony Ward, a quien le reveló estos detalles. Demi Moore fue contratada en lugar de Fiorentino.

Sobre Top Gun, también tuvo una dosis de honestidad. Tom Cruise fue quien la recibió. “Le dije que esa era la típica película mala para niñatos y que además estaba deficientemente planteada”.

Once More with Feeling (2009) fue su última película. Por estos tiempos, suenan fuertemente sus palabras sobre un diagnóstico de Hollywood que puede evidenciarse con escándalos de abusos de la talla Weinstein, entre otros.

”Hollywood es muy machista. El control y el poder de decisión son masculinos. Los hombres eligen y crean mujeres que ellos puedan dominar, mejor dicho, controlar. Como a mí no me gusta estar callada, he tenido bastantes riñas con los ejecutivos de Hollywood”.
- Linda Fiorentino. La actriz que se largó de Hollywood.

Fiorentino no ha aparecido más en pantalla. Han sido 12 años de estar retirada de una industria a la que cedió, pero sin estar dispuesta a prolongar las escenas eróticas.

Cuando llegó el momento de salir de esa casilla, el destino, la industria, los productores y el público, tenían en mente a otra Linda. Sin embargo, esta tomó su decisión, como su personaje en The last seduction.