Emily in Paris se convirtió en un nuevo éxito de Netflix, que ha repercutido en todas las redes sociales, sin excepción.
Y es que la serie de 10 capítulos de 30 minutos cada uno, tiene una perfecta de mezcla de humor, romance y comedia que hace que sea muy rápida de ver. El problema, es que los franceses no están del todo contentos con cómo son representados en la comedia.
La producción protagonizada por Lily Collins, cuenta la historia de Emily, una ejecutiva conocedora de las redes sociales que es enviada a París para dar una perspectiva norteamericana a una pequeña agencia de marketing, adquirida por la empresa donde trabaja.
Emily no habla el idioma, no conoce la cultura del país y se topa con una oficina llena de franceses -algunos de los cuales no saben inglés- a quienes no les agrada su nueva colega.
De hecho, en los primeros episodios, la serie de inmediato comienza a toparse con todos los estereotipos y clichés que los estadounidenses piensan respecto a Francia.
Es por ello que Marie Telling, una francesa que vive en Nueva York y trabaja como editora del portal BuzzFeed Food, enumeró algunas de las cosas más equivocadas que mostró la serie acerca de su país natal.
“La gente está hablando mucho de Emily in Paris, que se estrenó en Netflix y habla sobre las aventuras de una chica de Chicago en Paris. Como ha sido muy controversial, pensé en aclarar y compartir todo lo que está mal con la serie. (¡Que, vale la pena aclarar, disfruté a pesar de toda su ridiculez!)”, escribió en artículo para Buzzfeed.
Una de las primeras cosas que aclara es sobre el departamento al que llega Emily en París y que le presentan como “chambre de bonne”. “Así es como llamamos a los cuartos de las personas de servicio en los edificios parisinos que luego se transformaron en pequeños estudios (normalmente para estudiantes)”, aseguró Marie, algo que también se explica en la serie.
El problema es que la versión del apartamento en el programa es muy distinto a la realidad. De partida, tiene un amplio espacio con baño y cocina. “Esto, para los estándares parisinos, es un gran y hermoso departamento. Tiene varias ventanas (¡¡¡!!!) y una cocina completamente equipada (¡¡¡¡¡¡!!!!!!)”, explicó Marie.
En la vida real, estos cuartos son muy pequeños, donde la cama y la cocina están básicamente juntos. No se pueden tener mayores electrodomésticos más que un minibar o una cocinilla, el baño está afuera y es compartido y en ocasiones la ducha queda al lado de la cama.
Otra gran equivocación de la serie, según Marie, es que “ningún vibrador, sin importar lo fuerte que sea, volaría los fusibles de todo un barrio parisino”.
La escritora hace referencia a una particular escena de la serie, donde Emily deja sin luz a toda su cuadra. “Nuestro sistema eléctrico está equipado para soportar todo tipo de dispositivos”, explicó.
Quizás una de las cosas que más ofendió a los franceses, fue su representación con una actitud arrogante y cruel hacia el resto, acostumbrados a no cumplir con sus horarios laborales, que por cierto, comienza bastante tarde, según el programa.
“Esto quizás resulte ¡sorprendente! Pero de hecho sí trabajamos y se espera que lleguemos a la oficina a tiempo”, añadió Marie. “Trabajamos en los mismos horarios que todos, pero sí tenemos descansos para comer y más tiempo libre pagados que en EEUU”, agregó.
Telling también aseguró que los “los parisinos ¡NO SOMOS TAN MALOS!. Si Emily quiere que la gente la trate con amabilidad, quizás deba aprender un poco sobre las costumbres locales y sobre modales básicos”.
“Si entras a un tienda, no te molestas en decir ‘bonjour’ y comienzas a hablar en inglés inmediatamente, la gente probablemente no se lo tome del todo bien. Por ejemplo, no se me pasaría por la cabeza ir a una oficina o a una panadería en EEUU, empezar a hablar en francés y sermonear a la gente sobre cómo lo hacemos en mi país y luego esperar que se lo tomen a bien”, reflexionó.
Asimismo, también dijo que nadie llamaría a un compañero de oficina “la plouc” (campesina), sólo porque les caíste mal. “Al menos no en su cara”.
En cuanto a los hombres, Marie dijo que “no todos los franceses se ven como si hubieran pasado un mes tomando sol en un yate y no todos son acosadores molestos”, contrario a lo que se ve en la serie.
“Su obsesión con el cliché del amante francés creepy se volvió bastante raro e incómodo”, sentenció. De hecho, la escritora dijo que “los clichés sexuales son ridículos”, especialmente en cuanto a que prácticamente todos tienen amantes y a que los hombres no se cansan de tener sexo.
“Esta serie es un catálogo de clichés sobre la relación de los franceses con el sexo. Por lo visto, nuestros hombres jamás se cansan de hacerlo y todos tienen un amante (casado)… ¿¿y la esposa lo sabe y lo aprueba??”, añadió.
En cuanto a los lugares turísticos, Emily visita el Le Café de Flore, que según se explica en el programa “es el más cool de París”, algo con lo que Marie no está de acuerdo. “No ha sido cool en más de 40 años. Es simplemente una carísima trampa para turistas”, dijo.
También aseguró que “no necesitas ir al restaurante de Ralph Lauren para conseguir una buena hamburguesa con queso en París”, como sí menciona otra norteamericana que vive en la ciudad. “Estamos rodeados de hamburgueserías. En París, podrías comer una hamburguesa todos los días durante un año entero y no necesitarías ir al mismo lugar dos veces”, dijo.
En otro momento, Emily visita la casa de su amiga Camille, donde el hermano de esta le explica que hay una regla que dice que “una mujer no debería tocar la botella de vino en la mesa”.
“Nunca en mis 32 años como francesa escuché hablar sobre esta regla. Tal vez que no soy lo suficientemente sofisticada”, cerró Marie.
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