El 26 de diciembre de 2004, la vida de la familia española Álvarez Belón cambió para siempre. Aquel día se enfrentaron al devastador tsunami que dejó unos 230 mil muertos en el sudeste asiático.
María y Enrique, en compañía de sus hijos Lucas (10), Simón (5) y Tomás (8), disfrutaban de las vacaciones de Navidad en Tailandia. Fue en ese momento cuando la inmensa ola los separó y debieron luchar para sobrevivir.
Ocho años después de la tragedia, la historia de la familia fue llevada a la pantalla grande, en la cinta del director español Juan Antonio Bayona “The Impossible”. Cabe señalar que recientemente la película protagonizada por Naomi Watts, Ewan McGregor y Tom Holland llegó a Netflix.
La idea de plasmar la traumática experiencia, surgió luego que una de las productoras escuchara el testimonio de María Belón en un programa radial. Poco después la mujer recibió la llamada para inspirar la producción.
Pero, ¿qué fue de la familia a casi 16 años de la tragedia? A continuación te mostramos la vida actual de cada uno los integrantes:
María Belón, la madre
La médico y abogada de profesión María Belón, reconoció en una intervención en el Executive MBA Day del IESE Business School de Barcelona, que esa traumática experiencia le dejó secuelas físicas y psicológicas durante años.
A pesar de eso, la madre de los tres niños destacó el lado positivo, el cual fue la “posibilidad de sentir profundamente lo que de verdad importa en la vida”.
Sobre esta nueva oportunidad, Belón admitió que aprendió tres valiosas lecciones: la importancia de la solidaridad, haciendo “tuya la causa del otro”; el valor del sentido del humor aún en los momentos más trágicos; y la capacidad de resiliencia del ser humano frente a los problemas que nos abordan.
“Son las experiencias de dificultad y de dolor, las que unen a todas las personas”, reflexionó en 2019. Asimismo, reconoció que esa fue su principal motivación para involucrarse en la producción de “The Impossible”, tanto en la escritura del guión como en todo el proceso de rodaje.
Enrique Álvarez, el padre
Tras la tragedia, Enrique Álvarez, el padre de la familia, se unió como voluntario de la ONG Proactiva para ayudar a los refugiados sirios que llegaron a la isla de Lesbos (Grecia) en condiciones y embarcaciones precarias.
“Todos los que cruzan en barca asumen un riesgo impresionante. Lo primero que te impacta es pensar que esa travesía, pequeña porque no hay mucho más de 10 kilómetros entre esta isla y la costa turca, es en realidad una etapa más de una gran odisea en su periplo al destino que sueñan y aspiran“, expresó en entrevista con el diario electrónico El País.
En este contexto, destacó que en ese tramo de viaje las personas se juegan la vida por un futuro mejor. “Son héroes, no sé si yo tomaría los mismos riesgos. Además, los que lo hacen son en realidad privilegiados porque pueden pagar a las mafias que negocian con este viaje. Los que no tienen dinero, se quedan atrás”, reflexionó Álvarez en 2015.
Aquella experiencia le hizo recordar lo vivido hace 15 años en el sudeste asiático. “Me acuerdo del tsunami y de Tailandia porque me voy, igual que entonces, con la misma sensación, con las ganas de quedarme a ayudar”, expresó Álvarez.
Lucas, el hijo mayor
Lucas Álvarez, el hijo mayor que acompañó a su madre durante toda la odisea, estudió Medicina y actualmente trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital de Londres, donde atiende a pacientes con coronavirus.
“(El tsunami) Fue una experiencia única y desafortunada en su momento. Pero desde entonces a mí me pareció casi lógico tener que devolver hasta cierto punto esa deuda que se me quedó”, aseguró en el noticiero español Antena 3 Noticias en abril pasado.
Desde Inglaterra, el especialista de 26 años también ha alzado la voz acerca de la falta de insumos de protección que existe en los centros asistenciales.
“Hasta ahora, sobre todo en Cuidados Intensivos, hemos recibido material protector decente y otros sectores han sido menos favorecidos, pero esta última semana sí que se ha empezado a notar la necesidad de improvisar. Hace un par de días nos enviaron buzos de pintor y ayer por la noche tuvimos que usar delante de plástico fino”, denunció.
Tomás, el hermano de en medio
Tomás Álvarez tenía 8 años cuando sobrevivió al tsunami de Tailandia en 2004. Actualmente a sus 22 años, mantiene la postura de que “hay que cambiar el mundo y eso no se hace solo”.
En 2018 obtuvo su título en Ciencia, Tecnología y Relaciones Internacionales por la prestigiosa Universidad de Georgetown, en Estados Unidos. El joven pasó gran parte de su vida estudiantil en América, a través de becas. “Si trabajas duro puedes llegar muy lejos”, comentó en entrevista con el diario electrónico El Español en 2018.
Con respecto al tsunami, recordó que pasó 48 horas creyendo que su madre y su hermano habían muerto. “Yo pensaba que estaba viviendo una pesadilla y que en cualquier momento me iba a despertar para encontrar a mi padre cogiéndome en brazos”, relató Tomás.
Aun así, con el transcurso de los años logró rescatar lo bueno de esa experiencia. “Lo realmente impactante es la generosidad de la gente”, afirmó, recordando que aquella noche de la tragedia fue acogido por una familia sueca.
Simón, el menor
Simón, el hermano menor de la familia aún no tiene definido su futuro, reveló su madre en entrevista con el diario electrónico ABC. “Está preguntándose cada día qué profesión debe escoger para ayudar a los demás”, sentenció.