Lucas Álvarez tenía 10 años cuando fue de vacaciones con su familia a Tailandia. Corría 2004 y un tsunami arrasó con el lugar dejando miles de fallecidos y desaparecidos.
Mientras el agua arrastraba todo a su paso, Lucas encontró a su madre, la médica española, María Belón, y juntos lucharon por sobrevivir.
Luego que unos nativos los encontraran y trasladaran al hospital, donde la mujer fue atendida, él quiso ayudar también al resto de las víctimas.
El padre de Lucas, Enrique «Quique» Álvarez, y sus dos hermanos Simón (8) y Tomás (5), también se habían encontrado pero en otro sector de la zona de emergencia. Fue el niño de 10 años quien los reunió a todos.
Gracias a la ayuda de muchas personas, todos pudieron sobrevivir y regresar a su hogar. Ese día, Lucas prometió a los médicos dedicar su vida a ayudar a los demás, tal como lo hicieron con ellos.
La historia de la familia española fue llevada al cine por el director Juan Antonio Bayona, en la película Lo imposible, protagonizada por Naomi Watts y Ewan McGregor.
En tanto, el rol de Lucas fue interpretado por Tom Holland,hoy conocido por su trabajo en Spiderman.
Han pasado 16 años de aquel trágico día y hoy se enfrenta a una nueva batalla. El niño se transformó en médico, al igual que su madre, y actualmente trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital de Londres, donde atiende a pacientes con coronavirus.
“(El tsunami) Fue una experiencia única y desafortunada en su momento. Pero desde entonces a mí me pareció casi lógico tener que devolver hasta cierto punto esa deuda que se me quedó”, aseguró en el noticiero español Antena 3 Noticias.
Desde Inglaterra, el joven de 26 años también ha alzado la voz acerca de falta de insumos de protección que existe en los centros asistenciales.
“Hasta ahora, sobre todo en Cuidados Intensivos, hemos recibido material protector decente y otros sectores han sido menos favorecidos, pero esta última semana sí que se ha empezado a notar la necesidad de improvisar. Hace un par de días nos enviaron buzos de pintor y ayer por la noche tuvimos que usar delante de plástico fino”, dijo.
Actualmente Reino Unido tiene más 133 mil casos confirmados y 18 mil muertes, por lo que Lucas llamó a la gente a tomar consciencia sobre la situación y criticó a quienes continúan paseando por las calles.
“Me parece una postura muy poco acertada, arrogante y sobre todo frente a las personas vulnerables que por razones socioeconómicas no tienen ese privilegio”, sentenció. “Es preocupante que la gente no llegue a ver la seriedad del asunto”, añadió.
“Las secuelas tanto fisiológicas como psicológicas van a ser muy bestias. Sabemos que tenemos mucho por delante, así que hay que seguir”, agregó.
El resto de su familia también siguió con la misión de ayudar a otros. Su hermano Tomás se tituló suma cum laude en Ciencia, Tecnología y Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown; y su padre fue voluntario de la ONG Proactiva para ayudar a refugiados sirios.