13 Reasons Why se ha convertido en una de las series que más impacto ha causado en la sociedad en el último tiempo. Y es que la producción aborda temas contingentes que no son siempre fáciles de hablar.
El primer ciclo del programa se centró en el suicidio de Hannah Baker, una adolescente víctima de bullying que decide quitarse la vida. Antes de ello, deja 13 cassettes explicando su decisión e identificando a los responsables que la llevaron a tomar esa medida.
La escena de su muerte ha sido una de las más gráficas que se ha visto en la historia de la televisión, lo que por supuesto despertó críticas de varios sectores. Muchos aseguraron que la producción creada por Brian Yorkey e inspirada en el libro de Jay Asher, estaba romantizando el suicidio para los adolescentes, y se alejaba de las directrices que entregan los expertos en salud mental, sobre cómo representar estas muertes sin animar a otros a seguir su ejemplo.
La segunda temporada de la serie intentó alejarse de aquella polémica y agregó en reiteradas ocasiones advertencias sobre el contenido sensible de sus capítulos y avisos de que la producción no debería ser vista por cierto grupo de personas. Asimismo, también crearon un sitio web donde ofrecen información de lugares a los que acudir en caso de enfrentar situaciones similares.
Pero lejos de abstenerse a tratar estos delicados temas, la producción decidió navegar por aguas aún más profundas. En el último episodio de su nuevo ciclo, muestra una brutal violación que ha dejado sin palabras a muchos.
Estamos hablando de la escena en que Tyler (Devin Druid), un joven amante de la fotografía y víctima de bullying, es atacado violentamente en el baño, por tres miembros del equipo de baseball, encabezados por Montgomery de la Cruz (Timothy Granaderos).
Aunque el joven intenta disuadirlos buscando dialogar con ellos, los sujetos lo azotan contra un lavamanos y luego hunden su cabeza en el inodoro. Pero la parte más sádica sigue a continuación, cuando lo sodomizan con el mango de un trapeador que queda cubierto de sangre.
La escena fue sumamente comentada en redes sociales donde muchos la calificaron como traumática y repugnante, incluso algunos grupos llamaron a Netflix a cancelar el programa, lo que hizo que su creador decidiera salir a defender la escena.
“Cuando hablamos de que algo es ‘repugnante’ o difícil de ver, a menudo eso significa que atribuimos vergüenza a la experiencia. Preferimos no enfrentarnos a ella. Preferiríamos que se mantuviera fuera de nuestra conciencia”, dijo Yorkey en un comunicado al portal Volture. “Esta es la razón por la cual este tipo de agresiones no son denunciadas. Por eso las víctimas tienen dificultades para buscar ayuda. Creemos que hablar de eso es mucho mejor que el silencio”, agregó.
“Cuando profundizamos en esa investigación, creo que todos estábamos asombrados al ver cuántas veces sucedió esto, esta historia inquietantemente similar de un atleta masculino de secundaria que viola a un chico más débil con algún tipo de instrumento, como un trapeador o taco de pool”, afirmó y señaló que las escenas de violencia sexual gráfica de la primera temporada que involucraron a mujeres no provocaron tanta indignación.
Uno de los casos
Tal como señaló Yorkey, las violaciones a hombres adolescentes han aumentado en los últimos años, sin embargo, existen algunos casos que dejaron una huella profunda y que además ayudaron a la creación de la polémica escena.
Uno de ellos ocurrió en 2013 en Pittsfield, Massachusetts (Estados Unidos). Allí un grupo de tres jugadores de fútbol de la secundaria Somerville fue acusado de violar a un estudiante de primer año con un palo de escoba y luego intentar hacerlo también con otros dos.
El delito ocurrió durante un retiro de formación de equipos deportivos en Camp Lenox, donde asistieron más de 165 adolescentes y 18 entrenadores.
Los acusados entraron de noche a una de las cabañas donde se encontraban los jugadores de fútbol de primer año y anunciaron que escogerían a uno de ellos. “Vamos a elegir a alguien. Serás tú. Serás tú”, señaló Galileo Mondol, de entonces 17 años, el mayor de los responsables y el único identificado (debido a su edad fue juzgado como adulto).
Los deportistas sacaron a la fuerza a tres jóvenes de 14 años y los llevaron a una cancha en Berkshires. Luego de golpear a uno de ellos y obligarlo a arrodillarse, lo sodomizaron frente a sus compañeros.
Cuando intentaron repetir la escena con los otros muchachos, estos lograron defenderse y escapar.
Tras ello, amenazaron al joven y los posibles testigos, no sólo en persona, sino que también en Facebook y Twitter.
Según explicó al diario Boston Globe, Mondol inicialmente intentó detener la violación, sin embargo, a los pocos minutos decidió unirse y pedir su turno.
El joven de 14 años pasó varios días sin hablar del tema, hasta que confesó a sus padres lo que pasó. La policía más tarde encontró pruebas de los ataques, incluido un pañuelo manchado de sangre.
Los testigos describieron haber visto a la víctima llorando y sangrando en el baño después de lo ocurrido.
Pese a lo ocurrido, Mondol se declaró inocente de todos lo cargos, pero fue expulsado del equipo de fútbol y se le ordenó retirarse de la secundaria.
Varios meses más tarde, se abandonaron los cargos en su contra, supuestamente debido a que las víctimas afirmaron que el joven había estado presente, pero no había estado involucrado en la violación.