Durante el último tiempo hemos sido testigos de como los actores han recurrido a diferentes técnicas para lograr caracterizar lo mejor posible a sus personajes.
Prueba de ello es Jared Leto, a quien recientemente lo hemos visto en Suicide Squad interpretando nada menos que al Joker, papel para el que se preparó de una manera bastante particular.
Según se ha sabido, Leto desaparecía durante los descansos en el rodaje sin avisar y no habló con Will Smith en los seis meses que duraron las grabaciones, a quien por cierto le regaló una carta junto con unas balas.
Pero eso no es todo: a sus compañeros de reparto les regaló juguetes sexuales, condones usados e incluso se reunió con psicópatas criminales para poder involucrarse al 100% en la construcción de su papel.
¿Algo más? Según contó la actriz Viola Davis (Amanda Waller) a la revista de espectáculos Vanity Fair, la presentación de Leto ante los demás fue bastante extraña: “su manager llegó a la sala de ensayos con un cerdo muerto. Lo dejó sobre la mesa y se fue”.
Detalles que no dejan de llamar profundamente la atención, en especial si consideramos que el papel de Leto en la película es más bien breve.
Recientemente el sitio especializado The Atlantic puso en el tapete un interesante debate sobre este peculiar recurso, el que proviene del método Stanilavsky, desarrollado por el actor ruso Konstantín Stanislavski.
En base a esta técnica, popularizada en el cine durante el siglo XX, los actores buscan “sumergirse” en la psicología de los personajes para así caracterizarlos de una mejor forma.
Con el paso del tiempo comenzó a surgir la idea de que aquellos actores que no engordan, adelgazan, pasan hambre, frío o no sufren, no pueden llegar a interpretar sus personajes.
Es inevitable pensar en el propio Joker de la película Batman: El caballero de la noche, papel que fue caracterizado por el fallecido Heath Ledger.
Según reveló un diario del propio Ledger, el actor decidió encerrarse durante un mes en una habitación de un hotel a solas, en la que practicó voces y risas para sumergirse en el mundo del villano.
También podemos citar el caso de Leonardo DiCaprio, quien para su papel en El Renacido llegó a comer auténtico hígado de búfalo, aún cuando es vegetariano.
Pero entonces cabe hacerse la pregunta… ¿es un método necesario para los actores, o en algunos casos responde más a una estrategia de marketing?
Lo concreto es que los expertos sostienen que estas prácticas se alejan bastante del significado original del método Stanilavsky, ya que indican que el cambio físico no siempre necesario, ni mucho menos el dolor y sufrimiento injustificado.
En este caso la pregunta que es importante hacer es si los trucos realizados por Leto para encarnar al Joker habrán tenido el efecto deseado. De lo que podemos estar seguros, es que al menos dio que hablar.