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La actriz Bethany Joy Lenz, conocida por su participación en la serie One Tree Hill, reveló que estuvo atrapada en una secta religiosa durante diez años, sufriendo abusos emocionales, físicos y financieros bajo el control de un líder religioso dominante. La joven se mudó a Los Ángeles a los 20 años con el sueño de actuar, pero fue enredada en un grupo manipulador que la alejó de su familia y le impuso un matrimonio sin conexión emocional. Durante su estancia en la secta, le robaron más de dos millones de dólares y le impusieron un horario sexual. A pesar de seguir trabajando en televisión, la secta supervisaba cada aspecto de su vida. Su salida fue dolorosa y ha invertido más de 350,000 dólares en batallas legales por la custodia de su hija y el divorcio. Bethany decidió compartir su historia para empoderar a otras mujeres a identificar señales de abuso y manipulación.

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Bethany Joy Lenz, conocida por su papel en la serie One Tree Hill, ha revelado que durante diez años vivió atrapada en una secta religiosa mientras intentaba construir su carrera como actriz.

Según rescató el medio británico The Sun, a lo largo de ese tiempo, mientras grababa la aclamada serie de Warner Bros, Lenz sufrió abusos emocionales, físicos y financieros bajo el control de un líder religioso “dominante”.

Los inicios de Bethany en la secta

A los 20 años, Bethany se mudó a Los Ángeles con el sueño de triunfar como actriz. En paralelo, asistía a clases de estudio bíblico que al principio parecían inofensivas, pero que pronto se convirtieron en una red de manipulación dirigida por un pastor que tomó control del grupo.

Este líder se aprovechó de la soledad y los problemas familiares de Bethany, convenciendo a la actriz de cortar lazos con sus padres y establecer una relación de dependencia total con el grupo.

“Hubo una reunión en la que me dijeron explícitamente: ‘Deberías dejar de lado a tu padre’”, reveló en el podcast Call Her Daddy.

Este proceso de aislamiento es característico de muchas sectas, que buscan alejar a los miembros de sus seres queridos para ejercer un control más firme.

“Lo que lo hizo tan insidioso es que no se trataba de algo como, ‘únete a nosotros, ponte esta túnica y vivamos todos juntos en el bosque’. Todavía había mucha autonomía. Creo que así es como (el líder) mantuvo a todos encerrados”, relató la actriz.

Un matrimonio sin conexión

Bethany, quien creció como cristiana evangélica, fue adoctrinada para creer que los líderes del grupo eran su “familia elegida” y que seguían un “camino divino”.

Durante su estancia en la secta, le robaron más de dos millones de dólares de sus ingresos como actriz, y se le impuso un “horario sexual” para mantener a su esposo, quien también era miembro del grupo y el hijo del líder.

Aunque seguía trabajando en televisión, la secta supervisaba cada aspecto de su vida, impidiéndole desarrollar relaciones auténticas con sus compañeros de trabajo y rechazando oportunidades importantes para su carrera, como papeles en películas.

Su matrimonio, basado en reglas religiosas estrictas, la dejó emocionalmente agotada y sin una verdadera conexión con su esposo. Ella compartió que, a pesar de haberse guardado para el matrimonio, nunca experimentó la intimidad emocional que esperaba, y desarrolló trastorno de estrés postraumático debido a las exigencias sexuales impuestas por el grupo.

“Me dijeron: ‘Hazlo. Es tu deber. Es tu trabajo como esposa. Si lo haces lo suficiente, con el tiempo encontrarás la manera de disfrutarlo’ (…) Y luego tenemos sexo y pienso: ¿Por qué me siento tan triste?”, recordó la actriz de One Tree Hill .

Salida de la secta de actriz de One Tree Hill

Su salida de la secta fue dolorosa, la cual fue posible en parte gracias a la ayuda de su terapeuta. Implicó batallas legales y la lucha por reconstruir su vida como madre soltera. Según explicó, Bethany ha invertido más de 350,000 dólares en la batalla por la custodia de su hija y en su proceso de divorcio.

Aunque las cortes no reconocieron los abusos emocionales y espirituales que sufrió, ella aseguró que ha decidido contar su historia para empoderar a otras mujeres a identificar las señales de abuso y manipulación.

“Si no tienes un altercado físico con alguien, no lo consideran abuso en el tribunal porque ¿cómo se legisla o incluso se califica el abuso mental, el abuso emocional, el abuso espiritual?”, relató la actriz.