Mick Hucknall, el vocalista de la banda Simply Red, tuvo una vida cargada de excesos hasta que se reencontró con un antiguo amor que le ayudó a reorientar su vida.
Hace 31 años una banda británica llamada Simply Red tocaba en el Estadio San Carlos de Apoquindo. Esta era la primera vez que pisaban suelo nacional y, lo llamativo del show, era su vocalista Mick Hucknall que con su melena roja cautivó desde el primer minuto.
Los ingleses abrieron el show con It´s only love, la primera canción que tocaron en tierras chilenas.
A partir de entonces Hucknall, que posee un gran carisma en el escenario, volvió al país en varias ocasiones, teniendo una inolvidable presentación en el Festival de Viña del Mar en el 2009, donde fue el número anglo de esa versión.
Es que con su voz inconfundible y sus canciones inspiradas en el amor, el intérprete de “Stars” desarrolló un ‘romance’ con los chilenos, quienes nunca lo olvidaron e irán en masa para su nueva gira que celebra los 40 años de la agrupación.
No por nada, en la plataforma de música Spotify, Santiago es la primera ciudad que tiene a Simply Red en el primer lugar de escuchas.
Sin embargo, esta no es la única conexión con Chile, pues el artista que tuvo una larga fama de mujeriego, manteniendo una discreta relación con una reconocida chilena durante un tiempo.
La traumática infancia de Mick Hucknall
Cualquiera que conociera a Mick desde pequeño no hubiera adivinado a donde llegaría en la actualidad. Nació en Denton (Manchester) en 1960, y ya desde muy pequeño, vivió una experiencia límite que lo impulsaría a vivir de la música.
Resulta que, cuando cumplió tres años, su madre abandono el hogar. Dejándolo a él sin una figura materna.
El músico, que en cada entrevista que concede suele compartir con total sinceridad sus apreciaciones sobre la vida, reveló que aquel abandono lo llevó a seguir una carrera artística en el escenario.
“La música fue la madre que nunca tuve… Y también mi hermana, y mi abuela, mi familia”, reconoció al medio español El Mundo.
Con el viento en contra, como se suele decir en estos casos, exploró ser artista plástico, pero lo que le interesaba era la música. Según conversó con el diario Teleghaph, ya cantaba a la edad de 4 años porque tenía un “don”.Incursionó en el punk en 1976, a través de su banda Frantic Elevators, sin embargo, la propuesta no cuajó. Entonces en ese punto empezó a componer canciones inspiradas en la música soul, algo que en su cabeza le hizo sentido. Sabía que su propuesta debía contener alegría y celebrarla, así nacieron los primeros álbumes de la agrupación mancuniana: Picture Book, Men and Women, A new flame y el álbum que los consagró Stars.
Sin duda, las baladas románticas le trajeron un rotundo éxito al cantante, que en la ‘cresta de la ola’ tuvo que lidiar con las drogas y los excesos.
Simply Red: locura y fama al mismo tiempo
Después de conquistar el mundo, Mick Hucknall, mantuvo una vida llena de excesos. En reiteradas ocasiones confesó a los medios que vivió como una estrella del pop, consumido por el efecto de las drogas; afirmando que llegó a “probar de todo”.
“Cuando tuve fama, me volví loco”, sostuvo en una conversación con The Guardian. Acotando que desde que la banda despegó en 1985, empezó con una espiral de excesos hasta 2001. Pero no solo se hizo adicto a las drogas sino que también desarrolló una “incontinencia sexual” hacia las mujeres.
La prensa ‘amarilla’ de la época afirmó que el vocalista tuvo sexo con 3.000 mujeres. Una situación que el cantante afirmó fue sacado “de contexto”.
“No sé de dónde surgió esa cifra, pero es cierto que durante años llevé una vida de playboy, de fiestas sin fin, viajando de aquí para allá como un frasco de perfume: Londres, París, Milán… Y el éxito dejó paso a una vida sin sentido. Lo único que hacía era caer borracho, bañarme en alcohol y tomar drogas”, afirmó a El Mundo.
Aunque para precisar, esta necesidad de buscar amor, lo relacionó con la ausencia materna. Una cuestión que lo marcó de por vida, confesó en más de una oportunidad.
Durante una gira efectuada en Argentina el año 2000, el compositor le afirmó al entrevistador de Página 12 que empezó a sanar las heridas cuando tuvo un breve reencuentro con su madre, a quien le escribió la canción Thank You.
“Nunca había conocido a esa mujer, yo era un bebé cuando se fue. Ella se sentía mal por haberme dejado y por no haberse hecho cargo de mí. Yo no quiero tener una relación con ella, pero quise calmar su dolor, calmar la culpa que ella pueda sentir. La canción es como decirle: mire, de algún modo las cosas funcionaron bien para mí, no estoy tan dañado por la experiencia de no haberla tenido y lo único que tengo que decirle es gracias. Gracias porque estoy aquí, porque amo mi vida, estoy sano, me llevo bien con mis amigos, no soy mala persona”, indicó.
Simply Red y el impasse en Viña del Mar
Una vez que terminó con sus vicios, Mick Hucknall, se enfocó en su carrera. De hecho, la tercera visita que hizo el intérprete al país en el año 2009, generó eco en varias partes, por los sucesos que rodearon al inglés. En horas de la tarde, Hucknall, asistió a la conferencia de prensa en el Hotel Sheraton, un día antes de su presentación del 26 de febrero.
Previamente el cantante se vio de buen humor, con lentes y camisa morada. Hasta el momento en que le preguntaron sobre las mujeres chilenas, especialmente sobre su “expolola” Carolina Parsons, la empresaria y modelo con quien habría tenido una relación.
Enojado y visiblemente molesto, argumentó que la preguntaba esta fuera de lugar, que ahora estaba en pareja y que tenía una hija.
En ese sentido, el artista estaba experimentando un renacimiento, luego de reencontrarse con su antigua novia Gabriella Wesberry.
El nuevo comienzo del cantante de Simply Red
La historia quizás hubiera terminado mal para Hucknall, al igual que otras leyendas de la música que sucumbieron a las drogas. Su vida iba cuesta abajo cuando decidió volver a un viejo amor, Gabriella Wesberry, con quien mantuvo una relación por dos años.
“Nos conocimos en 1992, pero yo me iba de gira, me imaginaba lo que iba a pasar y la dejé. Creía que estaba siendo un caballero, pero en realidad huía. No me la pude sacar de la cabeza durante años y tuve la suerte de volvérmela a ganar una década después. Me gustan los finales felices”, reveló en conversación con The Guardian.
Y claro, tuvieron que pasar varios años para el reencuentro ocurrido en 2003, y desde ese momento nunca se separaron. La boda se celebró con sólo ocho personas, en el castillo Fortner del siglo XVI ubicado en los campos de Escocia.
Sobre ella, Hucknall admitió sentirse pleno porque se trata de una mujer extraordinaria. Alguien con quien era posible ser padre, pese al historial de abandono que sufrió cuando era solo un bebé.
Con el tiempo, en 2007, tuvieron a Romy, que actualmente tiene 16 años. En sus propias palabras, el vocalista sostuvo que su nacimiento le permitió ordenar sus prioridades. Hoy mucho más tranquilo, confiesa que la paternidad lo obligó constantemente a mejorar y ser un buen hombre para su hija y Gabriella, a quien le da las gracias por ayudarlo a sentir el amor que profesa en cada una de sus canciones.