Bruce Willis saltó a la fama en el mundo del cine tras interpretar a John McClane en "Duro de matar". Sin embargo, hoy vive el ocaso de su carrera desde que le fue diagnosticada demencia frontotemporal.

Si hay un actor que encarna lo que debe ser un héroe de acción, es por supuesto Bruce Willis.

En 1985, Willis destacó al interpretar un detective desvergonzado en la serie policial con tintes de drama y comedia Moonlighting, en la que compartió plató con la actriz Cybill Sheperd.

La serie, que fue un inesperado éxito, marcó el inicio de la carrera del actor, que hasta antes de eso se ganaba la vida como barman.

Luego, antes de terminar la década, llegó su salto a las grandes producciones al interpretar al testarudo e intrépido John McClane en la cinta Duro de Matar (Die Hard). Con 33 años, la película catapultó a Bruce a los roles de hombres de acción, en películas icónicas como Armageddon y Pulp Fiction.

Tras ello, el intérprete participó en nada menos que 140 películas, hasta que un diagnóstico de afasia fue el primer indicio de la enfermedad que acabó por truncar su carrera.

Dicha enfermedad que es causante de graves trastornos cognitivos, derivó en un diagnóstico mucho más claro sobre su salud: Willis padece demencia frontotemporal, que lo llevó a tomar una serie de decisiones para ocultar los síntomas.

Bruce Willis: un galán suelto en Hollywood

Nacido en Alemania pero criado en New Jersey, su primer contacto con la actuación fue de mera casualidad.

Pese a que Willis es reconocido por su faceta cómica y por realizar papeles dramáticos como en Sexto Sentido, cuando era adolescente era tímido y mientras iba a la secundaria, desarrolló tartamudez.

“Casi no podía hablar. Me tomaba tres minutos completar una sola oración. Era algo abrumador para alguien que quería expresarse ante los demás y que quería ser escuchado pero que simplemente no podía. Era espantoso”, recogió El Español.

Entonces para poder ganar confianza, asistió a clases de teatro que le permitieron hablar con mayor fluidez.

De esta forma, mientras actuaba, podía hablar de corrido. De ahí empezó a probar suerte en castings y participando en Broadway hasta que fue elegido para estelarizar Moonlighting.

La crítica alucinó cuando un desconocido Willis, que mezclaba desparpajo y galanura, fue elegido para dar vida al detective David Addison, quien mantenía una tensión sexual con Maddie Hayes, interpretada por Cybill Sheperd.

La ficción tuvo arrastre en la audiencia, pues aplicó una fórmula inusual para esos días, ya que parodió a las series de detectives de su época.

Con un contenido renovado, era cuestión de tiempo para que los grandes estudios se fijarán en Willis, que al igual que Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, protagonizó varias cintas de acción durante los 80 y 90.

Duro de Matar y el problema de interpretar el mismo papel

Con Duro de Matar, su popularidad del actor creció y lo llevó hasta la puertas de Hollywood.

Los productores de la cinta de 1988 barajó otros nombres bombásticos, como Kurt Russell, Burt Reynolds, Clint Eastwood y Harrison Ford. Y aunque hoy imaginar a otro actor en la piel de John McClane parece irrisorio, lo cierto que Willis era el último de la lista y el más improbable héroe de acción.

Incluso, recibió 5 millones de dólares por protagonizar la película del director John McTiernan, una notable diferencia en comparación con sus colegas de profesión, que ya tenían una carrera consolidada.

Duro de matar

Con el transcurso del tiempo, también llegaron propuestas para trabajar con directores de renombre como Brian de Palma en La hoguera de las vanidades, Quentin Tarantino en Pulp Fiction, Terry Gillian en 12 Monos y M. Night Shyamalan en El sexto sentido. En estas películas, Willis, mostró actuaciones de hombres dotados de una sutileza y sensibilidad que otros personajes no tienen.

Sin embargo, durante los 2000, las críticas apuntan a que su carrera decayó por elegir siempre los papeles de justiciero, en que las explosiones y balas no podían faltar. En una entrevista para el medio de cine Fotogramas, el actor detalló que interpretar los mismos papeles, era una necesidad de la industria y que no dependía de él. “He salvado el mundo 11 veces en mis películas, así que empiezo a pensar que es lo que los estudios quieren que haga. Pero reconozco que esas películas no son mis favoritas”.

El diagnóstico de una enfermedad incurable

En los últimos cuatro años, Willis trabajó en más de 20 películas. No obstante, los trascendidos de sus colegas y compañeros de set comenzaron a revelar la verdad: que el actor pudo estar enfermo durante las filmaciones.

Inclusive, se habla que varias veces el intérprete se encontraba perdido mientras actuaba, consignó el medio inglés The Guardian.

En febrero de 2023, la familia reveló que la salud de Willis había avanzado hasta convertirse en demencia frontotemporal.“Si bien esto es doloroso, es un alivio tener finalmente un diagnóstico claro”, se lee en un comunicado.

“La FTD es una enfermedad cruel de la que muchos de nosotros nunca hemos oído hablar y que puede afectar a cualquiera. Hoy en día no existen tratamientos, una realidad que esperamos pueda cambiar en los próximos años”, afirmó su familia.

La enfermedad afecta los lóbulos frontal y temporal del cerebro. Por este motivo, las principales áreas del cerebro afectan la personalidad, la conducta y el lenguaje, explica la Clínica Mayo.

Por otra parte, surgió una polémica sobre la decisión de exponer a Willis.

Según un reportaje de Vulture, el artista redujo su tiempo en pantalla, disminuyó los diálogos de sus personajes, e incluso ocupaba un auricular para decir sus líneas.

Martin Singer, abogado del actor, sostuvo que “continuó trabajando después de su diagnóstico médico porque quería trabajar y pudo hacerlo”, destacó a Los Angeles Times.

Bruce Willis quiso trabajar hasta el último momento

Bruce que se encuentra casado con la modelo Emma Heming, con quien tuvo dos hijas, Mabel y Evelyn. Él vivió consciente que debía volver a California para pasar sus últimos años de vida, junto a las hijas en común con la actriz Demi Moore, Rumer, Scout y Tallulah.

Son precisamente las siete mujeres de Willis quienes, juntas, dieron la noticia del duro diagnóstico del patriarca del clan, que veló por sus hijas hasta el final, confirmó una fuente cercana.

Bruce Willis y su familia

“Él sabía que, a medida que su salud se debilitara, iba a llegar un punto en que su poder de generar dinero iba a caer sustancialmente. Por eso, mientras estuvo lúcido, hizo todos los arreglos financieros necesarios para que a las chicas no les faltara nada”, reveló a Page Six.

En una conversación en TODAY, programa televisivo de la cadena estadounidense NBC, su esposa detalló cómo la familia vive la actual condición de Bruce: “Creo que fue una bendición y una maldición… El diagnóstico de mi esposo les está enseñando mucho sobre el cuidado y el amor, y eso es algo hermoso en medio de la tristeza”, indicó.