Taylor Swift, o más bien su novio, el jugador de los Kansas City Chiefs, Travis Kelce, está oficialmente en la Super Bowl. Tras la triunfal victoria de los Chiefs contra los Baltimore Ravens, que les dio el pase a la final del 11 de febrero, Swift se unió a la celebración el domingo por la noche, abrazando a Kelce y a su familia en el campo.
Pero esta victoria abre un desafío logístico para la artista, el cual hasta ahora estaba sólo en el terreno de la especulación. Y su asistencia interesa no sólo a su pareja, sino también a la cadena televisiva CBS y sus anunciantes, debido a su impacto en los índices de audiencia de los partidos de fútbol americano esta temporada.
El problema radica en que Swift tiene programada una fecha del ya mítico “Eras Tour” el 10 de febrero en Tokio. La pregunta que muchos se hacen es si Swift podrá llegar de Tokio a Las Vegas a tiempo para la Super Bowl.
El “viaje en el tiempo”
Por ejemplo, como rescata Variety, las ‘Swifties’ se lanzaron a las redes sociales especulando e incluso haciendo referencia a un episodio de 2001 de “The West Wing” en el que se habla de la línea internacional de cambio de fecha, un factor que podría jugar a favor de Swift.
Se trata de una línea imaginaria que marca el límite entre días naturales consecutivos. Así, viajar hacia el este sobre la línea disminuye la fecha en un día, y por suerte para Swift, esa es la dirección de su viaje. Por ello, Variety bromea diciendo que Swift podría llegar a ejecutar lo más cercano que conocemos a un “viaje en el tiempo” para llegar al evento deportivo.
Su vuelo cruzará más de 9.000 kilómetros y 17 husos horarios, calcula El País.
Así, se estima que deberá pasar entre 11 y 13 horas a bordo de su avión privado, después del concierto -largo como pocos- que comienza a las 18:00 horas y terminaría cerca de la medianoche en el archipiélago asiático, para llegar a Las Vegas antes del saque inicial a las 15:30 del otro día.
De esta forma, se estima que la cantante debería poder llegar al evento, e incluso dormir unas horas para reponer energías.
Y luego de eso, deberá cruzar nuevamente el mundo, para asistir a su siguiente concierto en Australia el 16 de febrero -un viaje aún más largo, de 16 horas-.