Durante diciembre celebraraba 10 años de su marca personal y todo el éxito que eso llevaba, sin embargo, un mes después las cosas cambiaron radicalmente.

Durante diciembre, Chiara Ferragni celebró los 10 años de su marca homónima con la que fundó un imperio multimillonario en función de su imagen. La celebración incluía envío gratuito en la web y 10% de descuento en la tienda que tiene en Roma.

Sin embargo, solo un par de semanas después, Chiara hizo de todo, menos celebrar, porque la marca que la llevó al éxito recibió un duro golpe, así como también su imagen.

Una campaña publicitaria para beneficencia se transformó en una polémica que la mantiene aun sin poder abrir sus comentarios en Instagram a sus seguidores, una plataforma que la levantó a nivel mundial.

Un video pidiendo perdón más una contundente donación no son suficientes para que la imagen de la influencer, que parecía un roble, vuelva a lo que era antes.

Aunque retomó su actividad en redes sociales, Chiara Ferragni afectó no solo a su marca personal, sino que también generó un debate que terminó con endurecer las leyes italianas.

La polémica de Chiara Ferragni

Hace 15 años Chiara Ferragni comenzó con “The Blonde Salad”, un blog que la transformó en la influencer más exitosa del mundo, algo que no lo dicen los medios, sino que la universidad de Harvard, que realizó un caso de estudios en su honor.

La rubia italiana, originaria de Milán, hizo de su imagen un producto de lujo vendiendo desde colecciones de ropa hasta labiales, pasando por carcasas para teléfono, maquillaje, vasos de café, papelería e incluso, huevos de pascua gigantes.

Por lo mismo, para nadie fue raro que durante la última Navidad decidiera realizar una campaña con la marca Balocco, con quienes sacó a la venta un “pandoro”, se trata de un típico dulce navideño que se vendía con su imagen a más de 9 euros, considerando que el normal costaba 3.70 euros, consignó El Mundo.

El objetivo de vender el “Pandoro” a un precio que era más del doble del habitual era que las ganancias serían donadas al Hospital Regina Margherita de Turín que adquirirían con estos recursos un nuevo aparato para el tratamiento terapéutico de niños afectados de osteosarcoma y Sarcoma de Ewing.

Sin embargo, la marca y la influencer solo donaron 50 mil euros a la institución y meses antes de que comenzara la venta, que arrojó ganancias de más de un millón de euros.

La justicia italiana se hizo parte del problema y multó con más de un millón de euros a las empresas de Chiara involucradas y 420 mil euros a Balocco, por prácticas desleales.

Una de las campañas publicitarias de Chiara Ferragni
@chiaraferragni | Instagram

El perdón y la donación

Vender un producto con falsos fines benéficos, le pegó a Chiara Ferragni donde más le podía doler, en el bolsillo, su imagen y en su plataforma, Instagram, donde perdió más de 90 mil seguidores.

Hasta la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se refirió al hecho, aunque no la mencionó directamente, si indicó “los influencer no son esos que hacen ingentes cantidades de dinero con vestidos o bolsos o promocionando carísimos panetone, haciendo creer que se hace por beneficencia”.

Ante todas estas situaciones, la italiana no dudó en pedir perdón públicamente a través de redes sociales. Aquí publicó un video en el que se le veía apenas maquillada y con un vestuario sobrio, sin su característica sonrisa y más bien un tono de preocupación ante todo lo que estaba ocurriendo.

“He cometido un error de comunicación. Un error que atesoraré en el futuro, separando completamente cualquier actividad benéfica, que siempre he hecho y seguiré haciendo, de actividades comerciales”, es lo que señaló en su comunicado.

Aunque también alegó que la multa recibida es desproporcionada e injusta, informó El País.

Tras esa disculpa abandonó la red social en la que publicaba a diario cientos de stories e imágenes de ella, su familia y por supuesto sus campañas publicitarias.

Los golpes continúan para Chiara Ferragni

Cuando comenzó la pandemia del Covid-19, uno de los primeros países que se vieron profundamente afectados por la pandemia fue Italia.

Por eso, Chiara Ferragni y su marido, el rapero Fedez, se pusieron manos a la obra y en 5 horas, recaudaron un millón de euros, a los dos días ya tenían 3 millones.

El dinero se utilizó de inmediato para reforzar la unidad de cuidados intensivos del hospital San Raffaele de Milán.

Usó su poder para hacer el bien y se ganó la condecoración más alta de Milán, el Ambrogino d’Oro, que entregó el gobierno en agradecimiento a su labor, consignó Hola!.

La imagen de Chiara estaba por las nubes, pese a estar relacionada siempre al lujo, por lo que bajarla del pedestal era muy difícil. Eso hasta que ocurrió la polémica del “pandoro”

Podría haber cambiado con su disculpa, sin embargo, las cosas no mejoraron para la influencer. Luego de eso comenzaron a cuestionar a la influencer por todas las campañas benéficas que realizó junto a su marca personal.

Un ejemplo son los huevos de pascua que vendió junto a Dolci Preziosi. Se trata de huevos de chocolate envueltos en papel rosado con su anagrama, cuyas ganancias van en beneficio de la inclusión de niños con autismo.

Los huevos de pascua de Chiara Ferragni
@dolcipreziosiofficial | Instagram

El País señaló que se descubrió que la recaudación de la venta de estos chocolates equivale a más de un millón de euros, sin embargo, la donación solo habría sido de 36 mil euros, una cifra muy por debajo de lo que habrían ganado.

Además, la marca Safilo, fabricante óptico, finalizó su contrato con la modelo. El argumento que entregó es que la joven violó las cláusulas de buena conducta del contrato que sostenían, lo que se interpreta que está ligado a este escándalo.

Italia endureció normas sobre donaciones

El escándalo de la influencer llegó donde nadie imaginó y además de que la primera ministra se refiriera a ella, las autoridades decidieron endurecer la normativa para los creadores de contenido.

Para esto se presentó un proyecto de ley que exige mayor claridad a las empresas que realizan ventas de productos con la excusa de obtener beneficios para donaciones de caridad.

El objetivo es que al realizar la venta se estipule claramente la finalidad, a quién estará dirigida la donación y también el valor del total del producto que irá directo al beneficiario.

De no cumplir con esta normativa, las marcas se arriesgan a sanciones que equivalen a multas de hasta 54 mil dólares, pero si reinciden en el error, pueden suspender sus actividades por hasta un año, destacó Forbes.

Todo esto desencadenado por la poca transparencia que existe respecto de este tipo de actividades benéficas. Esto le permitió a una influencer como Chiara Ferragni participar de una campaña que recaudó tal cantidad de dinero, pero que no se reflejó en la donación que recibió el hospital.

La imagen debilitada de la influencer
@chiaraferragni | Instagram