El Globo de Oro que ganó Robert Downey Jr como mejor actor secundario por su rol en Oppenheimer es bastante significativo desde diversos puntos de vista. No sólo muestra que es mucho más que el Iron Man de Marvel, sino que también suma otro éxito a su largo camino de redención en la vida.
Actualmente, Downey Jr. es una de las estrellas más destacadas y mejor pagadas de Hollywood, pero su ruta hacia el estrellato no estuvo exento de desafíos.
Mucho antes de asumir el icónico papel de Tony Stark en Iron Man y triunfar encarnando a Lewis Strauss en Oppenheimer, el actor enfrentó una lucha constante contra las drogas, con arrestos que amenazaron su carrera y su propia existencia.
Nacido en Manhattan, Nueva York, fruto de la unión entre los actores Robert Downey Sr. y Elsie Ford, Downey debutó en la pantalla grande a la temprana edad de 5 años en la comedia de su padre, “Pound” (1970).
Un exitoso inicio de su carrera eclipsado por las drogas
A pesar de sus primeros logros, su infancia estuvo marcada por las adicciones de su padre, quien lo introdujo en el consumo de marihuana a los seis años. Esta relación, en la que las drogas desempeñaron un papel central, persistió durante muchos años.
“Cuando mi padre y yo nos drogábamos juntos era como si él tratase de expresar su amor de la única forma que sabía”, aseguró en el libro The New Breed: Actors Coming of Age.
Después del divorcio de sus padres en 1978, Downey se mudó a Los Ángeles para vivir con su papá. En 1982, abandonó la escuela secundaria para seguir una carrera actoral profesional. Con 16 años, se trasladó a Nueva York, donde estudió actuación y participó en varias películas, muchas de las cuales fueron dirigidas por su padre. A pesar de sus éxitos, sus problemas con las drogas y el alcohol ya eran motivo de preocupación para la prensa.
Aunque alcanzó la cima de su carrera con “Chaplin” en 1992, donde recibió elogios y nominaciones, los problemas personales de Downey comenzaron a eclipsar su éxito profesional. Escándalos como ser encontrado conduciendo bajo la influencia de drogas y la detección de sustancias ilegales en su vehículo generaron titulares.
Uno de sus puntos más bajos fue en 1996, cuando la policía lo encontró manejando drogado y descubrió heroína, cocaína y crack en su auto, además de una pistola Magnum 357.
Fue su dealer quien lo sacó de la cárcel y pagó 10 mil dólares por su fianza. El actor recordó en la revista Rolling Stone que “esa fue la mejor cocaína que había probado desde la que me metía con mi padre y Jack Nicholson”.
A pesar de estar casado con la cantante Deborah Falconer, su vida personal se vio afectada por sus adicciones. La pareja se casó luego de 42 días de conocerse y solo pocas semanas después que la actriz Sarah Jessica Parker lo dejara por sus problemas de drogas, tras siete años juntos.
Falconer también lo abandonó tras uno de sus arrestos, pero nada cambió. Incluso después de ser llevado a rehabilitación por amigos como Sean Penn y Dennis Quaid, Downey, continuó enfrentando problemas legales y arrestos.
Su primera condena fue de 113 días, en una prisión estatal donde los internos golpearon tanto al actor que necesitó de cirugía para reconstruir su rostro. “Jamás contaré las peores cosas que me ocurrieron en la cárcel”, dijo en una oportunidad.
Tras fallar varias pruebas de drogas ordenadas por el tribunal y huir de centros de rehabilitación, finalmente en 1999 fue sentenciado a 36 meses de cárcel en una prisión estatal. Sin embargo, solo cumplió un año en la California Substance Abuse Treatment Facility en Corcoran, donde su única compañía era un disco de Sting.
Pero Robert tardó sólo una semana en encontrar trabajo en Hollywood y lo hizo en la popular serie Ally McBeal.
“¿No es divertido? (…) Le pones un traje de Hugo Boss a un hombre, lo limpias un poco, le das sus líneas y él se las arregla para actuar como si no fuera un baboso goo-goo_ ‘¡Wow! ¡Es fantástico!””, reconoció en una entrevista con The Guardian.
No obstante, el trabajo le duró poco. En noviembre de 2002 fue encontrado con anfetaminas y cocaína en un hotel, y meses después acostado en un callejón lleno de ratones. Esto hizo que lo despidieran.
Además, se anceló su participación en la película La pareja del año y su esposa, que había vuelto con él, lo dejó. definitivamente.
Superando sus adicciones
Su resiliencia se puso a prueba cuando, en 2003, conoció a la productora ejecutiva Susan Levin, quien se convirtió en una fuente crucial de apoyo.
Bajo un ultimátum, el actor se comprometió con un programa de rehabilitación de 12 pasos, complementado con yoga, meditación y terapia.
Tras años de lucha, Downey logró recuperarse y mantenerse sobrio. Su regreso triunfal se consolidó con “Iron Man” en 2008, a pesar de las dudas iniciales del estudio.
Pero Jon Favreau, director del proyecto, fue tan insistente que Marvel accedió a permitirle audicionar. La cinta no tenía un gran presupuesto y el actor improvisó varios de sus diálogos, pero se transformó en todo un éxito… y el resto ya es historia.
La película se convirtió en un éxito rotundo, catapultando a Downey de nuevo a la cima de la industria.
Posteriormente, su participación en el universo cinematográfico de Marvel, especialmente en “Avengers”, le otorgó un estatus de megaestrella y consolidó su posición como líder de un elenco estelar.
Su fortuna creció significativamente, pasando de ganar 500,000 dólares por “Iron Man” a obtener cifras astronómicas por sus roles en películas como “Vengadores: Infinity War” y “Spiderman Homecoming”.
Robert Downey Jr, mucho más que Iron Man
Aunque Iron Man fue el rol que le devolvió su carrera y con el que pudo consolidarse como megaestrella, sin duda, lo terminó encasillando.
Por más de 10 años, Downey interpretó al carismático superhéroe de Marvel Studios, participando en más de 10 películas de la franquicia. No obstante, tras el cierre que obtuvo su personaje en Avengers: Endgame, Robert decidió explorar nuevos desafíos.
De la mano del director Christopher Nolan se integró al elenco del drama histórico Oppenheimer, donde interpretó nada menos que al antagonista Lewis Strauss.
“Es la mejor película en la que he estado”, reconoció en revista People, orgulloso de su desempeño actoral que lo llevó a llevarse la estatuilla dorada de los Golden Globes y probablemente cimentando su camino al ansiado Oscar.