El carácter histriónico y cómico de Will Smith sorprendió a Quincy Jones, el productor musical, que hizo explotar la carrera de Michael Jackson. El veterano productor veía a Smith como el futuro protagonista de una serie atípica para la década de los 90, cuyos personajes serían interpretados por actores afroamericanos.
Así, en medio de la presión para realizar una audición frente a los ejecutivos de la cadena NBC, un nervioso Will, que no tenía formación como actor, era azuzado por Jones para aceptar el papel.
En apenas 10 minutos, Smith tenía que mentalizarse y ofrecer la actuación de su vida. Según contó, después del casting “recibí una ovación de pie”, recogió The Independent.
En dos meses, el músico que estaba en la quiebra, era el príncipe del rap. Desde ese trono, pudo entrar al mundo de la actuación, como uno de los intérpretes más versátiles de su generación, pudiendo pasar del cine de acción y al drama.
Pero lejos de sus humildes comienzos, hoy el actor busca reposicionar su carrera actoral, luego que golpeara en directo al comediante Chris Rock en los Premios Óscar de 2022.
La oportunidad de oro: el destino le sonríe a Will Smith
Al igual que su personaje en la serie, Smith nació en Filadelfia, en Estados Unidos, en 1968. En la adolescencia, el futuro actor probó suerte como cantante de rap, teniendo un relativo éxito a inicios de los 80, al formar parte del dúo DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince.
Sin embargo, el dinero se evaporó con igual rapidez como llegó. “No pagué mis impuestos durante dos años y medio. Y habíamos vendido tres millones de discos”, reconoció el actor.
En una entrevista de 2021, Smith apuntó a la irresponsabilidad de tener 22 años, al momento de tocar el cielo como artista. Después de evadir el pago de impuestos, el fisco exigió el pago de una millonaria multa que dejó al actor con lo puesto.
“Entonces, tuve que vender todo: mi preciosa casa, mis cuatro coches, y mis dos motos. Y pedí prestados 10.000 dólares a un amigo mío que era traficante y proveedor de medicamentos sin receta. Gracias a ello pude mudarme a Los Ángeles y comenzar mi carrera como actor”, citó El País.
Justo después del descalabro financiero, el talento de Will llamó la atención de Quincy, una leyenda que pudo olfatear que estaba ante una promesa que podía llegar muy lejos. A pesar que su famoso personaje que lleva su mismo nombre, era un joven con pocas oportunidades, lo cierto es que el verdadero Will tuvo una infancia tranquila. “No traficaba con drogas”, mencionó alguna vez.
Al respecto, la famosa sitcom que dejaría a Will Smith entre los actores top de Hollywood, se estrenó el 10 de septiembre de 1990, con el protagonista llegando a la mansión Banks.
Por lo mismo, el gran éxito de la serie se debió en parte a la química entre el tío Phil (James Avery) y la tía Viv (Janet Hubert), sus primos Hilary (Karyn Parsons), Carlton (Alfonso Ribeiro) y Ashley (Tatyana Ali), y el mayordomo Geoffrey (Joseph Marcell).
El quiebre en la familia
No obstante, mientras el show elevaba la popularidad de su estrella principal, al interior del elenco, la convivencia se caía a pedazos.
Después de tres temporadas, Janet Hubert abandonó el programa después de estar insatisfecha con el contrato que le ofrecían. Según relató la actriz en aquellos años, sufrió violencia de género por parte de su exesposo, lo que hacía que su trabajo en el set se resintiera, además de supuestos maltratos recibidos por un joven Will, que la retó a dejar la producción.
En esa época, Smith afirmó que Janet tenía un ego gigantesco. Mientras que la polémica también salpicó a Ribeiro, que tachó a su madre en la ficción como una loca, de acuerdo con El Mundo, Hubert declaró que ambos destruyeron su carrera actoral.
“Puedo decir que Janet Hubert quería que la serie fuera ‘La Tía Viv de Bel-Air’ porque sé que ella me va a echar a los perros ante la prensa”, sostuvo Smith en 1997, como expresó a Hollywood Life.
“Básicamente, ha pasado de cobrar un cuarto de millón de dólares al año a nada. Ahora está enfadada, pero lo ha estado todo el rato. Una vez dijo ‘he estado en este negocio 10 años y este mocoso sale de la nada y consigue una serie”, mencionó Smith.
Después de ser despedida, el rol recayó en Daphne Maxwell Reid, que interpretó a la tía Vivian hasta el desenlace de la serie en 1996.
El dolor de Will Smith: pensamientos homicidas contra su padre
Del mismo modo, su paso por el programa lo encumbró a protagonizar cintas como Hombres de Negro, Día de la Independencia y Bad Boys. Pero en su interior había heridas de la infancia que no le permitían gozar de la fama.
Por esta razón, uno de los dolores del intérprete del agente J, es la marca que su padre, William Carol Smith dejó en su propia familia. Según Smith, se trataba de un hombre preocupado por el bienestar de él y su madre, Caroline Bright.
Aunque después, su padre mostraba su verdadero rostro, tras golpear a su progenitora. “Mi padre era violento, pero también asistía a cada partido, cada actuación o recital. Era alcohólico, pero estaba sobrio en todos los estrenos de todas mis películas. Escuchaba todos mis discos. Visitaba todos los sets de rodaje. El mismo perfeccionismo que aterrorizaba a su familia ponía comida encima de la mesa cada noche de mi vida…”, señaló en sus memorias.
Por otra parte, la violencia intrafamiliar, le embargó de una profunda tristeza que no podía mitigar con nada. “Cuando tenía nueve años, vi a mi padre meterle un puñetazo a mi madre en la cabeza tan fuerte que ella se desplomó. Vi cómo escupía sangre. Ese momento en mi habitación, probablemente, más que ningún otro momento en mi vida, definió quién soy”, sostuvo en su libro.
Sin embargo, durante su vida, Will seguía pensando en el dolor y la impotencia de ver a su madre sufrir, un episodio que lo atormentó hasta cuando le tocó cuidar a su propio padre, que enfermó de cáncer. En ese momento, un cruel pensamiento rondó su cabeza: pensó en matarlo por infringir dolor a su madre por tantos años.
“Una noche, mientras lo llevaba con cuidado en una silla de ruedas de su habitación al baño, una oscuridad se apoderó de mí … Me paré en lo alto de las escaleras. Lo podría haber empujado y salir indemne bastante fácil. Décadas de dolor, rabia y resentimiento aparecieron y luego retrocedieron, sacudí la cabeza y llevé a papá al baño”, recogió Infobae.
El tormentoso matrimonio con Jada Pinkett
En medio de la vorágine de Hollywood, mientras El Príncipe reventaba el rating, Will y Jada se conocieron, cuando ella fue a un casting para dar vida a una de las conquistas del rapero. Si bien, no obtuvo el papel, Smith quedó flechado por los encantos de su futura esposa.
Sin embargo, el inicio no fue fácil, puesto que el artista estaba casado con Sheree Zampino, quien era actriz. En ese tiempo, Smith ya sabía que quería estar con Pinkett.
“Me di cuenta de que no estaba con la persona con la que se suponía que debía estar. Estaba sentado en un excusado y lloraba y reía sin control, sabía que Jada era la mujer con la que se suponía que debía estar, pero no me divorciaba nunca… Así que salí, me senté con Sheree, hablamos y decidí seguir con mi vida”, reveló.
Poco a poco, la relación pudo consolidarse después de un tenso comienzo. Luego de dos años, sellaron su amor con un matrimonio en 1997, mientras Jada estaba embarazada de Jaden.
Asimismo, la pareja sobrevivió a varias zozobras hasta que decidieron que debían establecer relaciones paralelas para ser felices.
En palabras del actor, la conclusión era una sola, “nuestro matrimonio no estaba funcionando”, escribió Smith en sus memorias. “Ya no podíamos fingir. Ambos nos sentíamos miserables y, claramente, algo tenía que cambiar”, relató.
En paralelo, Jada tuvo una relación extramarital, con el permiso del mismo actor. De hecho, siguen afirmando que lo suyo es una relación abierta, pese a no convivir hace años como marido y mujer.
Al respecto, cuando ocurrió la cachetada de Smith a Chris Rock, la intérprete se sorprendió que Will la defendiera como su esposa, pese a que no vivían juntos hace varios años, según reveló en su reciente biografía.