Sarandon, de 77 años, explicó a través de un texto en Instagram que no planeaba hablar en la protesta del pasado 17 de noviembre, cuyo objetivo, dijo, era destacar la crisis humanitaria en Gaza y pedir un alto el fuego, pero fue “invitada a tomar el escenario y decir unas palabras”.
“Pretendiendo comunicar mi preocupación por un incremento en los delitos de odio, dije que los judíos estadounidenses, como objeto de un creciente odio antisemita, están ‘probando lo que se siente al ser musulmán en este país, tan a menudo sujetos a la violencia”, indicó.
La actriz consideró que “esa manera de expresarse fue un error terrible” porque hacía pensar que hasta hace poco los judíos no habían sabido lo que es la persecución “cuando lo cierto es lo contrario”, y citó “siglos de opresión y genocidio en Europa” y el reciente tiroteo de Pittsburg (Pensilvania) como ejemplos.
Menos de una semana después de los comentarios, la principal agencia de talentos de Hollywood, United Talent Agency, cuyo director ejecutivo es Jeremy Zimmer, que es judío, y que representaba a Sarandon desde 2014, rompió el contrato porque sus empleados, según reportes, se sintieron “extremadamente heridos”.
“Lamento profundamente haber reducido esta realidad y herido a gente con este comentario. Era mi intento de mostrar solidaridad en la lucha contra la intolerancia de todo tipo, y lamento no haberlo conseguido”, agregó.
Desde que comenzó la guerra el pasado 7 de octubre la actriz, que nunca ha renegado del activismo político y suele sumar su nombre a abundantes causas progresistas, ha subido a su red social comentarios en apoyo a palestinos.