En los años 90 la imagen de Devon Sawa estaba al mismo nivel que Leonardo Dicaprio o Brad Pitt y su rostro protagonizaba los posters que cientos colgaron en sus dormitorios.
Sin embargo, tres décadas después, la carrera de este canadiense está muy lejos de Dicaprio o Pitt, pese a que protagonizó algunos de los éxitos más recordados de la época como “Casper” y la icónica “Destino Final”.
Sus rasgos de chico mimado de Hollywood auguraban una exitosa carrera. No obstante, algo pasó que no quiso avanzar más y un día decidió que esto no era lo que continuaría haciendo.
Nunca se estableció en Los Angeles como tal y eso fue lo que cambió su percepción del trabajo y la fama, cuando notó que era realmente famoso. En ese momento tomó una decisión que cambiaría todo en su vida.
Devon Sawa: el niño bonito que rompió corazones en los 90
En 1995 Devon Sawa irrumpió en el cine y comenzó a ser el “rompecorazones” de muchas adolescentes que lo vieron pasar de ser un fantasma a un joven que invitaba a un baile a Christina Ricci.
El camino para llegar a ese papel que lo hizo famoso a nivel mundial no fue sencillo ya que debió sortear una serie de aprobaciones, incluyendo la de Steven Spielberg.
Cuando llegó a la final conoció a Christina Ricci, encuentro en el que ella se sonrojó. Fue ahí cuando el director, Brad Silberling, supo que tenía a la pareja perfecta, según consignó Espinof.
Así comenzó la carrera del entonces niño mimado de Hollywood, que con su cara angelical protagonizó algunas de las películas más icónicas del verano norteamericano de los 90, como ‘Now and Then"”, donde se reencontró con Ricci.
“Creo que tuvimos química de inmediato. Nos hicimos amigos muy rápidamente. Ella es una chica realmente dulce y genial. Pasamos mucho tiempo juntos en “Now and Then”, saliendo mucho”, confesó a Vulture.
El elenco protagonizado por cuatro adolescentes, Christina Ricci, Thora Birch, Gaby Hoffmann y Ashleigh Aston Moore, se enamoraron de Devon Sawa en el set, que para ellos era como un campamento de verano, por lo que no era de extrañar que las adolescentes de la época también lo hicieran.
Sin embargo, nunca estuvo tan consciente de lo famoso que era. Mientras estaba en Hollywood filmaba, pero volvía a Canadá y pasaba a ser un chico normal, razón por la cual le sorprendió tanto cuando comenzó a trabajar para “Wild América” y descubrió que la fama le había pegado y fuerte.
Recordó un incidente en Londres, cuando estaba con Jonathan Taylor Thomas en una limusina y muchas adolescentes lo persiguieron, momento en el que sintió como si fuera un Beatles más.
El cambio con “Destino Final”
Tras esa situación, el actor señaló: “Un día, me desperté y dije: ‘Odio esto"”. Así partió su obsesión por dejar atrás al rompecorazones de las revistas.
“Sé que muchos lo disfrutan pero yo no, era joven, inmaduro, quería ser tomado en serio como actor, para lo que me había estado preparando en teatro, pero todo lo que me decían era: ‘Sostén este cachorro’ o ‘Mueve el pelo de esta manera"”, comentó en una entrevista con La Nación.
“Mis ídolos en ese momento eran Robert De Niro, Jack Nicholson, Dustin Hoffman y Al Pacino, así que en cuanto cumplí 18 decidí que iba a hacer todo lo que estuviera a mi alcance para alejarme de esa imagen que se había construido, esa era mi misión”, agregó, detalla el medio Yahoo! Style.
Fue así como llegó a protagonizar películas alejadas de la imagen de niño bueno y se sumió en personajes que tuvieran alguna relación con las drogas, el alcohol y los cigarros.
Consideró que el terror sería lo suyo, por lo que se embarcó en este género con “El diablo metió la mano”, pero luego con “Destino Final” hizo temblar a todo el mundo mientras escapaba de la muerte.
Sin embargo, no lograba escaparse de la fama de ídolo adolescente, por lo que decidió dejarlo atrás al 100% protagonizando “Stan”, videoclip de la canción de Eminem con Dido.
Con un aspecto desmejorado y rapeando como Eminem, Devon Sawa hizo que todos olvidaran esa imagen de niño bonito, pero también que todos se olvidaran de él.
El adiós al éxito en Hollywood de Devon Sawa
Como estrella adolescente, no se salvó del camino destructivo de los excesos, aunque él mismo lo califica como pequeño.
Cuando tenía 20 años. Dejas a un niño en Hollywood con mucho dinero: mi casa estaba en Cribs, se había estrenado Destino final, estaba el video de ‘Stan’ con Eminem. Se volvió más importante para mí a qué fiesta o club iba a ir que por qué había entrado en él”, declaró al sitio Vulture.
“No estaba leyendo guiones. Ya no estaba haciendo arte. Caí un poco en picada, pero salí de ahí”, complementó.
Lo anterior se reflejó en su carrera en los años posteriores. El canadiense no volvió a tener un papel destacado en Hollywood, trabajando en películas que fueron fracasos de taquilla, alejándolo más de la estrella que era.
Esto lo llevó a dejar el negocio de Hollywood y regresar definitivamente a Canadá, dedicándose a los bienes raíces, aunque siempre muy consciente de que su paso por el estrellato fue una suerte.
“A menudo me enojaba cuando escuchaba a otros niños actores quejarse de la actuación infantil y de lo horrible que era. Tuve suerte. Nunca tuve malas experiencias. Siempre fue muy positivo; la gente con la que trabajé fue genial. Tuve que perderme el baile de graduación y todo eso, pero las cosas que hice… soy muy afortunado”, declaró el actor.
La vida continúa y tiene muchas vueltas
Sawa se casó en 2013 con Dawni Sahanovitch, una productora de cine canadiense, con quien tiene dos hijos y una vida familiar.
Aunque siguió trabajando en la actuación, nunca fue lo mismo y no volvió a tener el éxito que lo hizo famoso.
Sin embargo, la vida tiene muchas vueltas y Devon logró volver a Hollywood con una aparición en la exitosa serie “Hacks"” de HBO Max, donde compartió con Deborah Vance.
Eso sí, su llegada al elenco es el fiel reflejo de que ya no es la estrella que era. Tuvo que hacer un casting, como cualquier actor, experiencia que calificó como “horrible”.
El actor también participó en la serie “Chucky” durante los últimos años y tiene tres proyectos más en carpeta. No obstante, es muy consciente que ya no es lo mismo de antes para él.