La noche de este domingo la cantante barbadense, Rihanna, retornó a los escenarios tras 7 años alejada de la música y lo hizo a lo grande, nada más y nada menos que en el mítico show de medio tiempo del Super Bowl.
La artista y empresaria mantuvo la expectación alta desde que se anunció su presentación en septiembre pasado. Ahora que todo se concretó, el show dejó un sabor agridulce en sus fans.
Su presentación comenzó con la cantante arriba de una plataforma aérea vestida completamente de rojo, a sus costados la seguían sus bailarines con atuendos blancos en otros soportes.
Desde ahí comenzó a cantar su clásico Bitch Better Have my Money al mismo tiempo que el plano de la cámara se abrió para mostrarla tocando su prominente vientre, confirmando así su segundo embarazo.
La artista presentó una larga mezcla de sus mayores éxitos como Work, What’s My Name e incluso All of the lights. Sin embargo, en ninguna de sus colaboraciones estuvo acompañada, pues no llevó artistas invitados como ha ocurrido durante los últimos años.
Su presentación en solitario estuvo marcada por las acusaciones de playback de sus fans en redes sociales. Mientras algunos la excusaban en su embarazo, otros la criticaban por el hecho.
Los cambios de vestuario tampoco dejaron contentos a todos, esto, pues era poco perceptibles dada la tonalidad roja que decidió usar.
Rihanna finalmente culminó su show del medio tiempo en el Super Bowl con su éxito Diamonds, en un final que no lo parecía y que duró poco menos de 10 minutos.