Marilyn Monroe, actriz, símbolo sexual e icono pop, desapareció hace 6 décadas, pero su mito pervive intacto.
Norma Jean comenzó su carrera siendo muy joven, pero fue Marilyn quien rápidamente se convirtió en un fenómeno que tocó lo más alto del estrellato, pero que también vivió la parte más fea del éxito.
“En Hollywood te pagan mil de dólares por un beso y 50 centavos por tu alma”, dijo una vez.
Un nuevo filme sobre su vida; la polémica del vestido de Kim Kardashian; o el récord en subasta de una obra de Warhol prueban que ‘la tentación rubia’ sigue siendo la actriz más icónica del cine.
Para la posteridad quedan sus papeles en Los caballeros las prefieren rubias (Some Like It Hot), su falda al vuelo en La tentación vive arriba (The Seven Year Itch) y su oda a los diamantes en Cómo cazar a un millonario (How To Marry A Millionaire).
Dentro de unas semanas la estrella resucitará en la gran pantalla gracias a Ana de Armas y el director Andrew Dominik. Todo gracias a Blonde, un largometraje grabado en blanco y negro que llegará al Festival de Venecia rodeado de expectación.
El biopic, producido por Netflix y Brad Pitt, está basado en el libro homónimo publicado en 2021 por Joyce Carol Oates, que se sumerge en los claroscuros de la vida personal de la actriz.
Pocas facetas quedan por ser reveladas de su vida y trágica muerte, pero la película es sin duda uno de las más esperadas del año.
Otras hazañas de Marilyn Monroe tras su muerte
El próximo estreno no es el único ejemplo. En los últimos años la imagen de la actriz ha continuado protagonizado campañas publicitarias y las subastas de sus pertenencias tienen la atención asegurada -bien sea su Globo de Oro o su libro de oraciones-. Cualquier elemento relacionado con Marilyn Monroe tiene titular asegurado.
Hace unos meses, Kim Kardashian se llevó gran parte del protagonismo de la mediática Met Gala tras aparecer enfundada en uno de los vestidos más famosos de la actriz, el que llevó para interpretar el célebre “Happy Birthday” que dedicó al presidente John Fitzgerald Keneddy.
Para enfundarse en el vestido, confeccionado en una gasa color carne y lentejuelas, Kardashian declaró que se había puesto a dieta para perder siete kilos y “caber” en él. La atención mediática no tardó en degenerar en polémica por el estado en el que quedó el vestido tras su uso, que sufrió numerosos desperfectos en la parte posterior.
Otra prueba de la actualidad del mito de la actriz fue la reciente subasta de Shot Sage Blue Marilyn (“Disparo de Marilyn en azul salvia”), una seriegrafía de Warhol inspirado en la imagen de la estrella.
Alcanzó los 195 millones de dólares (unos 180 millones de euros) en una subasta en mayo, convirtiéndose en la obra más cara del siglo XX. La pieza está inspirada en el cartel de “Niágara” y fue realizada por el artista dos años después del fallecimiento de Marilyn.
Taschen también ha aprovechado el aniversario para reeditar el libro “Last Sitting”, la última sesión de fotos de la actriz, firmada por Bert Stern, pocas semanas antes de su muerte, para la revista Vogue.
Pese a lo desdichado de sus últimos días, las imágenes arrojan el retrato de una mujer enigmática y compleja, fotogénica hasta el final de sus días, que construyó un personaje en el que es difícil distinguir realidad y ficción.