Con los villancicos a otra parte: los duques de Cambridge, William y Kate, han rechazado que la BBC emita este año su concierto benéfico de Navidad.
Eso por estar descontentos con la cobertura a su vida de la mano de un incendiario documental sobre él, su hermano y las causas de su separación.
Ahora, en su lugar, se lo ofrecieron al canal rival ITV.
La decisión, revelada por The Sun y que aún no se ha confirmado oficialmente, se debe, presuntamente, a que él estaría furioso por un documental de la cadena pública británica donde no quedaría bien parado.
El veterano corresponsal sobre la monarquía de la cadena pública, Nicholas Witchell, afirmó hoy que hay un problema.
“Sin duda hay irritación” en palacio y “especialmente por parte de Guillermo” sobre la cobertura realizada, dijo.
Y apuntó: “Parece que la BBC ha de ser castigada”.
El concierto de William y Kate
El concierto se grabará a principios de diciembre en la histórica Abadía de Westminster.
Luego se retransmitiría antes de Navidad y estaría presentado por la duquesa.
También es posible que aparezcan los tres hijos de la pareja, Jorge, Carlota y Luis, según el diario.
Una fuente dijo al rotativo que el plan original de emitirlo en la BBC1, que suele ocuparse de los actos monárquicos, “ha cambiado en los últimos días por una discusión terrible” sobre un documental de dos partes de la emisora titulado Los príncipes y la prensa.
Origen de la molestia
Este analiza la relación con los medios de William y su hermano menor, Harry, casado con la estadounidense Meghan Markle.
El primer episodio, emitido el pasado lunes y que incluye entrevistas con destacados periodistas de realeza, sugiere que fueron fuentes de palacio cercanas a William las que filtraron información negativa sobre la actriz.
En el segundo capítulo, programado para la semana próxima, se profundiza en el distanciamiento entre los hermanos y las rivalidades entre sus oficinas de comunicación.
Según The Sun, el malestar sobre este programa, del que ya se quejó la monarquía en un comunicado, se suma al descontento por las irregularidades, expuestas recientemente, que cometieron empleados de la BBC al emitir en 1995 una entrevista con la difunta princesa Diana, en la que reveló la infelicidad de su matrimonio con Carlos.