Se trata de 83 cuentas que juntas tienen un alcance potencial de 17 millones de lectores. Aunque Twitter ha suspendido a varias, sus administradores han ocupado tácticas para burlar los controles de la plataforma. Y no son bots, sino que personas en completa coordinación.
Harry y Meghan, los duques de Sussex, son víctimas de una compleja y bien aceitada campaña de odio en Twitter.
Y no se trata de bots, de acuerdo a un análisis desarrollado por Bot Sentinel Inc.
Tras una investigación, que partió en octubre de este año, el portal descubrió un total de 83 cuentas detrás de esta cruzada.
A 55 de ellas les llamó “primarias”, con una en particular abiertamente en busca de seguidores interesados en sumarse a su trabajo.
Las otras 28 se catalogaron como “secundarias”, es decir, se ocupan para amplificar el mensaje de las anteriores.
“Combinado con la ayuda de sus 187.631 seguidores, estas cuentas fueron responsables de aproximadamente el 70% del odio original y derivado dirigido contra Harry y Meghan”, concluyó Bot Sentinel Inc.
Usando herramientas analíticas internas y de terceros, la indagación estimó que el potencial de alcance solo de esta muestra llegaba a los 17 millones de usuarios.
Twitter en la mira
El ejercicio incluyó la creación de perfiles nuevos en Twitter.
Al ocuparlos para revisar el contenido de solo dos de estas cuentas, Twitter mismo sugirió seguir varios “perfiles de odio”.
“En varias ocasiones, Twitter nos recomendó seguir a estas cuentas”, acusó el sitio.
Pero los cuestionamientos contra esta red social no terminan ahí.
El trabajo de Bot Sentinel Inc, analizando cuentas, menciones, retuiteos y listas de seguidos y seguidores, arrojó que algunas cuentas estaban “desvergonzadamente” coordinadas.
Este también determinó que Twitter suspendió al 40% de las cuentas primarias.
No obstante, quienes las manejan volvieron a la plataforma con algunas tácticas para evadir la lupa de la compañía.
Por ejemplo, algunas incorporaron la palabra “parodia”, sin serlo.
En tanto, otras “codificaron” lenguaje racista contra Meghan y varias protegieron sus tuits.
Es decir, para leer su contenido había que pedir permiso para seguirlas.
Twitter como Facebook
Parte de lo anterior recuerda comportamientos de Facebook, otro gigante del internet seriamente cuestionado en el último tiempo.
A mediados de octubre, la BBC estrenó el documental Abuso online: ¿por qué me odias?
En concreto, la periodista Marianna Spring abrió perfiles para un hombre al que llamó “Barry” en Facebook e Instagram (ambos de Meta).
Haciendo likes, viendo videos específicos y comentando en ciertas publicaciones violentas o inapropiadas sobre mujeres, los perfiles de Barry recibían la recomendación de seguir páginas “hostiles” contra ellas.
Al terminar el ejercicio las alternativas habían mutado y se volvieron mucho más extremas de las sugeridas en un principio.
Así, parte de las opciones tenían, por ejemplo, memes perturbadores relacionados a actos sexuales, material sobre violencia sexual y publicaciones justificando violaciones o acoso.
Terremoto en la realeza con epicentro en Harry y Meghan
Meghan Markle entró a la familia real del Reino Unido el 18 de mayo de 2018.
La “luna de miel” con los periódicos sensacionalistas duró poco y este tipo de prensa, muy poderosa en ese país, se lanzó con todo contra la actriz.
Sin justificarlo, eso tal vez se veía venir: Lady Di es tal vez la mujer símbolo del acoso de los tabloides. Sarah Ferguson no se queda atrás.
No obstante, puertas adentro, también había problemas en la familia real y sus cercanos. Según ella acusó, hasta con racismo.
Todo terminó en el anuncio de su salida del clan, el 8 de enero de 2020.
La noticia sacudió al conservador establishment inglés y se hizo viral en cosa de minutos alrededor del mundo.
A principios de 2021, Meghan concedió una entrevista a Oprah Winfrey.
Allí reveló que durante el embarazo de su primer hijo discutieron los eventuales problemas que enfrentaría el bebé.
Además, indicó que escuchó de conversaciones preocupadas por el color de la piel del menor cuando este naciera.
Finalmente, Harry y Meghan dejaron el Reino Unido, partieron a Canadá y luego a Los Ángeles, California, donde viven hasta hoy desde marzo de 2020.
Mañana jueves, Meghan hará su debut en el programa de Ellen DeGeneres, espacio que se encamina hacia su fin tras 19 años al aire, azotado por acusaciones de acoso laboral y mal ambiente para trabajar.