La actriz de Transformers confesó que sufre el trastorno dismórfico corporal, una condición que hace que las personas tengan una percepción alterada negativa de sus propios cuerpos. Como ella, existen otras celebridades que lo padecen.
La actriz estadounidense Megan Fox alcanzó la fama planetaria a sus 20 años, tras interpretar el rol protagónico de ‘Mikaela Banes’ en la popular cinta de acción Transformers (2007).
De ahí en adelante participó en otras películas de calibre, como la secuela de la mencionada cinta, Transformers: la Venganza de los Caídos (2009), y Tortugas Ninja (2014).
No obstante, junto con ascender en el escalafón hollywoodense, Fox hizo lo propio con su vida personal. En 2004 inició una relación de largo aliento con el actor Brian Austin Green (Beverly Hills 90210), con quien tuvo tres hijos y se separó a fines de 2019.
Luego comenzó una relación con el rapero Machine Gun Kelly, con quien protagonizó recientemente la portada de la revista británica GQ.
Precisamente, en dicha oportunidad la actriz de 35 años confesó que sufre de un trastorno llamado Dismorfia Corporal, el cual ha puesto en jaque su vida.
“Tengo muchas inseguridades”
En una parte del artículo, el cual se centra en la relación de Fox con Kelly, la intérprete se sinceró sobre su lucha contra la dismorfia corporal, un trastorno que deforma la autopercepción del cuerpo.
“Sí, tengo dismorfia corporal. Tengo muchas inseguridades profundas”, declaró la artista.
A ello, agregó que “Podemos mirar a alguien y pensar: ‘Esa persona es tan hermosa. Su vida debe ser tan fácil’. Pero lo más probable es que no se sientan así”, afirmó.
En este contexto, Megan contó que como una forma de sobrellevar la fama y su vida ha trabajado en su “yo interior”, haciendo terapia, trabajando en su respiración, alimentación y vida sana.
Pese a ello, la dismorfia que padece es una parte de su vida con la que siempre ha debido lidiar.
¿Qué es la Dismorfia Corporal?
De acuerdo a lo indicado por la Clínica Mayo, el trastorno dismórfico corporal es un trastorno de salud mental en el que la persona afectada no puede dejar de pensar en uno o más defectos percibidos, “un defecto que parece menor o que no puede ser visto por los demás. Pero puedes sentirte tan avergonzado, intimidado y ansioso que es posible que evites muchas situaciones sociales”.
“Cuando tienes un trastorno dismórfico corporal, te enfocas intensamente en tu apariencia e imagen corporal, y revisas repetidamente el espejo, te aseas o buscas tranquilidad, algunas veces durante muchas horas al día. Tu defecto percibido y las conductas repetitivas te causan una angustia significativa y repercuten en tu capacidad para funcionar en tu vida diaria”, agregó la organización.
Producto de este padecimiento, los afectados pueden recurrir a numerosos procedimientos cosméticos con el objetivo de “arreglar” su defecto percibido. Si bien suelen sentir una satisfacción o reducción temporal en sus niveles de angustia, generalmente la ansiedad regresa y es posible que busquen aminorarla con otras formas de arreglar dicho defecto percibido.
Cabe destacar, que Fox no es la única artista que ha revelado que sufre esta condición. Lana Condor, protagonista de la saga “A todos los chicos…”, habló con franqueza de este trastorno con la revista People a principios de año y afirmó que compartir fotos de ella en bikini en Instagram era su “mayor miedo”.
Por su parte Tallulah Willis, hija de los actores Demi Moore y Bruce Willis, confesó en su cuenta de Instagram que sufre este trastorno y que solía “castigarse” por parecerse más a su padre que a su madre.
“Me molestaba el parecido, ya que creía totalmente que mi cara ‘masculina’ era la única razón de mi falta de amor… ¡FALSO! Yo era/soy intrínsecamente valiosa y digna en cualquier etapa de la vida, con cualquier tamaño y con cualquier peinado (Como tú)”, escribió en la oportunidad, según consignó el medio Women’s Health.
Síntomas
Dentro de los síntomas y signos del trastorno dismórfico se encuentran los siguientes:
– Estar extremadamente preocupado con un defecto percibido en la apariencia que los demás no pueden ver o que parece poco importante.
– Fuerte creencia de que tienes un defecto en tu apariencia que te hace feo o deforme.
– Creencia de que otros perciben especialmente tu apariencia de una manera negativa o se burlan de ti.
– Tener comportamientos dirigidos a arreglar u ocultar el defecto percibido que son difíciles de resistir o controlar, tales como mirarse frecuentemente el espejo, arreglarse o rascarse la piel.
– Intentar ocultar los defectos percibidos con el estilo, el maquillaje o la ropa.
– Comparar constantemente tu apariencia con la de los demás.
– Buscar con frecuencia la aprobación de tu apariencia por parte de los demás.
– Tener tendencias perfeccionistas.
– Buscar procedimientos cosméticos con poca satisfacción.
– Evitar situaciones sociales.
De acuerdo a la clínica, “la preocupación por tu apariencia y los pensamientos excesivos y los comportamientos repetitivos pueden ser indeseables, difíciles de controlar y consumirte tanto tiempo que pueden causar una gran angustia o problemas en tu vida social, trabajo, escuela u otras áreas de funcionamiento”.
Si bien no se saben con exactitud las causas de este padecimiento, lo cierto es que podría deberse a una combinación de problemas como antecedentes familiares del trastorno, anomalías en el cerebro y evaluaciones o experiencias negativas sobre el cuerpo o la imagen de sí mismo, declararon desde Mayo.
Tratamiento
En torno al tratamiento, éste se caracteriza principalmente por la terapia cognitivo-conductual.
En relación a la terapia, ésta consiste en los siguientes puntos:
– Ayudarte a aprender cómo los pensamientos negativos, las reacciones emocionales y las conductas mantienen los problemas a través del tiempo.
– Desafiar los pensamientos negativos automáticos sobre la imagen corporal y aprender maneras más flexibles de pensar.
– Aprender maneras alternativas de manejar los impulsos o rituales para ayudar a reducir la revisión en el espejo o la búsqueda de tranquilidad.
– Enseñarte otras conductas para mejorar tu salud mental, tales como tratar la evasión social.
“Tú y tu terapeuta pueden hablar acerca de tus metas u objetivos para la terapia y desarrollar un plan de tratamiento personalizado para aprender y fortalecer la capacidad de afrontar una situación difícil. La participación de los miembros de la familia en el tratamiento puede ser especialmente importante, en particular para los adolescentes”, declararon desde la clínica.
El tratamiento es de suma importancia, ya que de no tratarse a tiempo este trastorno puede llevar a severas complicaciones como las siguientes:
– Depresión mayor u otros trastornos del estado de ánimo.
– Pensamientos o conductas suicidas.
– Trastornos de ansiedad, incluido trastorno de ansiedad social (fobia social).
– Trastorno obsesivo compulsivo.
– Trastornos de alimentación.
– Abuso de sustancias.
– Problemas de salud por conductas como pellizcarse la piel.
– Dolor físico o riesgo de desfiguración debido a intervenciones quirúrgicas repetidas.
Recomendaciones
En este contexto, desde Clínica Mayo entregaron las siguientes recomendaciones para complementar el tratamiento de este trastorno:
1. Cumple con tu plan de tratamiento: no te saltes las sesiones de terapia, aunque no tengas ganas de ir.
2. Infórmate sobre tu trastorno: la información sobre el trastorno dismórfico corporal puede empoderarte y motivarte a seguir con tu plan de tratamiento.
3. Presta atención a las señales de advertencia: trabaja con tu médico o terapeuta en la identificación de lo que pueda desencadenar tus síntomas. Haz un plan para saber qué hacer si los síntomas reaparecen. Consulta a tu médico o terapeuta si notas cambios en los síntomas o en cómo te sientes.
4. Practica las estrategias aprendidas: en casa, practica como rutina las habilidades que aprendes durante la terapia para que se conviertan en hábitos más fuertes.
5. Evita las drogas y el alcohol: el alcohol y las drogas recreativas pueden empeorar los síntomas o interactuar con los medicamentos.
6. Mantente activo: la actividad física y el ejercicio pueden ayudar a controlar muchos síntomas, como la depresión, el estrés y la ansiedad. Prueba caminar, trotar, nadar, trabajar en el jardín o hacer otra forma de actividad física que disfrutes. Sin embargo, evita el ejercicio excesivo como una forma de arreglar una falla percibida.