En la época de los 90, cuando las casas tuvieron cada vez mayor acceso a la TV y surgieron programas icónicos como Friends y El Príncipe de Bel Air, el mundo de la comedia estaba al alza y los televidentes gozaban con cada una de las apuestas. Esto, aunque algunas fueran adelantadas a su época y rupturistas, como lo fue el caso de Frasier o la entrañable Will & Grace.
En este contexto, uno de los actores del género humorístico se destacó por sobre sus compañeros por participar en reconocidos shows de la pantalla chica, como Saturday Night Live (SNL) y Los Simpsons, entre otros.
Hablamos de Phil Hartman, actor y comediante canadiense que brilló en la escena estadounidense con su carisma y gran talento, pero que perdió trágicamente la vida en la cúspide de su carrera a manos de su esposa.
El horrible crimen sacudió por completo los tabloides norteamericanos, y marcó por siempre la historia del espectáculo local, sobre todo por las horribles circunstancias del crimen.
Ésta es la historia del recordado comediante.
Un soñador de Ontario
Philip Edward Hartman nació el 24 de septiembre de 1948 en la ciudad de Brantford, en Ontario. Era el cuarto hijo de una familia católica de ocho hermanos conformada por Doris y Rupert Hartman, un vendedor especializado en la compra de materiales.
Cuando Phil tenía diez años su familia se mudó a la ciudad de Connecticut, en Estados Unidos, donde atendió a la Escuela de Westchester y frecuentó clases para convertirse en payaso.
Después de graduarse, estudió arte en Santa Mónica y posteriormente dejó sus estudios para convertirse en rodie de bandas de rock. Volvió a las aulas poco después, esta vez para especializarse en artes gráficas en la Universidad de California. Con cartón en mano, Hartman creó su propio negocio con el que elaboró más de 40 carátulas de álbumes de bandas como Poco and America y Crosby, Stills & Nash.
Saturday Night Live
En medio de su desarrollo como empresario, Phil descubrió que necesitaba explorar ese afán por hacer voces y divertirse con sus imitaciones. Por ello, en 1975 decidió atender a unas clases de comedia dictadas por el grupo californiano The Groundlings.
Allí conoció y se hizo amigo de Paul Reubens, con quien comenzó a colaborar y escribir material cómico. En uno de estos intentos crearon el personaje de Pee-wee Herman, desarrollando posteriormente The Pee-wee Herman Show.
Tras un desacuerdo con Reubens, Hartman buscó nuevos horizontes. Fue ahí cuando aterrizó en el programa de comedia más longevo y popular de Estados Unidos: Saturday Night Live.
El comediante se unió en la temporada 12 del show, la cual se emitió en 1986, y se mantuvo dentro del elenco principal durante ocho temporadas hasta 1994. En su período en el show alcanzó fama con sus personificaciones de Frank Sinatra, Ronald Reagan, Charlton Heston y Bill Clinton, que se convertiría en su rol más reconocido y aplaudido.
Los Simpson
En medio de su popularidad en SNL, en 1991 Hartman se integró al elenco de la popular serie animada Los Simpson; trabajo que mantuvo hasta su muerte en 1998.
En el show participó en 52 episodios dando vida a numerosos personajes, siendo los más conocidos los del abogado de poco prestigio ‘Lionel Hutz’ y el actor de cierto éxito en Hollywood ‘Troy McClure’.
Phil disfrutaba muchísimo de su trabajo como actor de doblaje en Los Simpson, al igual que su creador Matt Groening, quien decía que el comediante sacaba carcajadas en cada aparición y tenía muy buenas relaciones con todo el equipo.
Lo cierto es que, junto con este empleo, tras su salida de SNL Hartman continuó ligado al mundo de la comedia en TV, convirtiéndose en el protagonista de la exitosa sitcom de la NBC NewsRadio (1995-1998), en la que representó al ancla de noticias ‘Bill McNeal’.
Todo lo anterior formaba parte de la exitosa carrera que Phil estaba formando en el mundo del espectáculo, la cual se vio abruptamente interrumpida por su asesinato en mayo de 1998. Tras conocerse el deceso, Los Simpson despidieron a su compañero y retiraron para siempre de la serie los personajes que él había interpretado.
Una turbulenta vida personal
A los 22 años Phil pisó el altar por primera vez con su primera esposa, Gretchen Lewis, con quien estaría casado durante dos años. Dos años después, en 1982, el actor encontraría nuevamente el amor con su segunda esposa, Lisa Strain, de quien se divorciaría tres años más tarde en 1985.
No fue sino hasta que conoció a su tercera mujer, Brynn Omdahl, que Phil encontraría al amor de su vida, con quien formaría la familia que siempre soñó.
Phil y Brynn se conocieron en una cita a ciegas en 1986 y el comediante cayó rendido ante la modelo de trajes de baño: era preciosa, alta y muy simpática.
Al tiempo después, el 25 de noviembre de 1987, se casaron y en 1989 recibieron a su primer hijo: Sean Edward. En 1992, en tanto, el matrimonio tuvo a su segunda hija, Birgen.
Pero, pese a que parecían una pareja “perfecta”, en la realidad distaban mucho de serlo.
Problemas maritales
El matrimonio enfrentó duras dificultades. Según cercanos a la pareja, Brynn se sentía intimidada y celosa por el éxito de su marido, ya que ella ansiaba con tener fama en el mundo del espectáculo. Incluso, se dice que a menudo abusaba verbalmente de Phil y que agredía a cualquier mujer que se le acercara.
Hartman trató de conseguir papeles de actuación para su esposa, pero ella cada vez dependía más de los narcóticos y el alcohol, lo que hacía imposible trabajar con ella.
Debió entrar a rehabilitación en varias ocasiones. En otras, sus arrebatos producto del consumo de drogas eran tan terribles que sus hijos debieron ser trasladados de su hogar a casas de amigos o familiares.
El parricidio
Todo ello tuvo un punto cúlmine en 1998. El 27 de mayo, Brynn cenó en un restaurante italiano junto a una amiga, la escritora y productora Christine Zander, quien posteriormente declaró que ella se encontraba en un buen estado anímico.
Luego de volver a su hogar la mujer tuvo un altercado con Phil, tras lo cual el comediante decidió ir a dormir a la habitación que ambos compartían. No contenta con el desenlace, cerca de las 03:00 de la madrugada del 28 de mayo Brynn entró al dormitorio y, sin provocación mediante, tomó una pistola calibre 38 y le disparó fatalmente en medio de los ojos. Repitió la acción disparándole por segunda vez en su garganta y una tercera vez en su pecho. Phil tenía 49 años.
Posteriormente, la mujer tomó su auto y se dirigió a casa de su amigo Ron Douglas, a quien confesó el crimen. Incrédulo, el hombre la acompañó hasta su casa y vio con sus propios ojos la horrenda escena. Anonadado, llamó al 911 cerca de las 6 de la mañana.
Tras la llegada de la policía y los equipos médicos, Brynn quedó bajo la custodia de los efectivos de orden. Otros encargados retiraron de la propiedad a Douglas y a los hijos de la pareja, de entonces 9 y 6 años, quienes dormían en las habitaciones contiguas. No obstante, en un descuido la mujer escapó y se encerró en una de las habitaciones del hogar, donde posteriormente se suicidó por medio de un disparo.
Al quedar huérfanos, los servicios de menores otorgaron la custodia los hijos de la pareja a la hermana de Brynn, Katharine Omdahl, y el esposo de ésta, Mike Wright, quienes se preocuparon con amor y responsabilidad de su crianza.
Tras conocerse la tragedia, quienes conocieron a Phil lamentaron profundamente su muerte y enfatizaron con tristeza lo mucho que lo extrañarían. Uno de ellos fue Arnold Schwarzenegger, su compañero de elenco en la recordada película navideña El Regalo Prometido (1996), quien señaló que “Tenía un gran talento para la comedia. Pasamos un tiempo fantástico juntos en el filme. Me hizo reír todo el tiempo y lo extrañaré”, consignó la agencia Associated Press.
Por su parte, el comediante Steve Martin afirmó que “Phil era una persona muy divertida y muy feliz. Ésta es una gran tragedia”. Mientras que el presentador de TV Ed McMahon, uno de los personajes que Hartman parodiaba en SNL, dijo que “Mis recuerdos favoritos de él fueron las cenas en mi casa donde actuamos para nuestros amigos y entrevistamos a Phil mientras hacía una de sus famosas caracterizaciones de celebridades… Frank Sinatra, el presidente Clinton, y el más divertido de todos, yo”.
A 23 años de la muerte de Phil Hartman, su recuerdo se mantiene vivo en las decenas de películas y shows en los que participó. Sin lugar a dudas, un comediante que pudo haber mantenido su fama hasta nuestros días, y quien nos dejó trágicamente más temprano de lo deseado.