Cristián de la Fuente se sinceró acerca de por qué decidió ser actor. En una entrevista, el chileno relató que su principal motivo era su necesidad de “ser visto”.
“Tengo que ser bueno en las cosas que hago, porque necesito la validación del resto que no tuve cuando chico. Todo tiene que estar ordenado, porque mi infancia fue muy desordenada y es la única forma que tengo de sentir las cosas bajo control”, explicó en conversación con la revista Velvet.
“Cuando era chico pensaba que era ordenado. Y cuando me casé con la Angélica caché que la vida era desordenada y yo la quería ordenada. Pero fue la única forma que yo creciera (…) Y ahora puedo entender que esto de tratar de controlar y ordenar lo externo, es porque yo no tenía un control y orden interno en mi vida. No lo tuve nunca en mi vida“, manifestó.
En la actualidad, el actor está casado con la también actriz y modelo Angélica Castro con quien tienen una hija llamada Laura, y luego de varios años viviendo en Estados Unidos, la familia decidió regresar a Chile.
Sobre la pandemia, de la Fuente reconoció que “este ritmo de vida estaba pensado para los 70… Pero me obligaron a entrar en pausa y me gustó. Tengo pena de tener que volver a la jungla. Me gustó estar todos los días en familia, ver estudiar a la Laura”.
Su carrera actoral
En una anterior entrevista con Martín Cárcamo en el programa De tú a tú, Cristián de la Fuente sostuvo que nunca se sintió aceptado por el gremio de actores.
“Ser actor y tener buena pinta es un pecado. Tenía compañeros de actuación que cuando había una mala crítica hacia él, la pegaban en el camarín de Canal 13. Actores y actrices que recortaban críticas mías porque yo era malo, y las pegaban en los camarines para reírse de mi”, contó en esa oportunidad.
Se fue a los 24 años a Estados Unidos a hacer una audición y el 8 de septiembre de 1998 se mudó con todo a Estados Unidos, donde hizo “Reyes y Rey”.
“Mientras más me dicen algo que no puedo hacer más me dan ganas de demostrar que puedo”, señaló. Sus amistades de la época son Fernando Kliche y Gonzalo Robles. “El gremio de actores nunca me aceptó. Soy muy poco hippie me gustan las películas de acción. No me gusta ir al cine a ver una película que no entiendo y decir que es buena. No puedo”, concluyó.