A medida que pasan los meses, la imagen del príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina Isabel, está cada día más por el suelo. Esto, luego de que se diera a conocer su amistad con Jeffrey Epstein, el pedófilo multimillonario acusado de tráfico sexual de menores en Estados Unidos.
La vinculación del ex marido de Sarah Ferguson al círculo cercano de Epstein y su incapacidad para responder por la íntima amistad que llevaban, mermó en su relación con la familia real, al punto de estar al filo de la expulsión de esta.
La escalada de situaciones que han ocurrido desde que se dio a conocer la muerte del pedófilo neoyorkino han pesado en el príncipe Andrés, aunque sería la publicación de un nuevo libro lo que lo terminaría sacando de la familia real británica.
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La entrevista que confirmó el terremoto.
Ya tiene 60 años y una vida completa frente a las cámaras, gracias a la fama mundial de su madre, pero no fue capaz de defenderse en una entrevista que terminó por sepultar su imagen frente a la opinión pública británica.
Recordemos que en 2019 comenzó a sonar la vinculación del príncipe con los delitos de su amigo Jeffrey Epstein, el multimillonario acusado de mantener una red de tráfico sexual de menores que fue puesto en la prisión federal de Nueva York, lugar donde se suicidó en agosto del año pasado, destaca El Mundo.
Virginia Roberts Giuffre, una de las víctimas de Epstein, entregó su testimonio indicando que fue forzada a mantener relaciones sexuales con poderosos amigos del multimillonario, entre los que se encuentra el príncipe Andrés. Ella declaró respecto de este último en la Corte Federal de Manhattan que “Él sabe exactamente lo que ha hecho y espero que sea claro sobre ello”, cuando asistió a una audiencia para hablar públicamente de los abusos que sufrió cuando era menor de edad, consigna Vanity Fair.
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Bajo este contexto y tras meses de negociaciones, el Duque de York accedió a una entrevista televisiva para Newsnight, el programa de televisión de la BBC, con el objetivo de limpiar su imagen, que hasta ese momento era respaldada por Buckingham.
Sin embargo, su actitud titubeante y el evidente nerviosismo ante las preguntas de la periodista Emily Maitlis convirtieron la entrevista en uno de los mayores desastres televisivos de la familia real británica, dejándolo en el ojo del huracán.
Si bien, se dio el tiempo de reconocer su amistad con Epstein, así como asegurar que debió terminar antes con esa relación, negó las acusaciones de Virginia Roberts Giuffre, indicando que la noche que habría ocurrido el delito, llevó a su hija, la princesa Beatriz, a una fiesta infantil en Pizza Express.
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Además, puso en duda la veracidad de la imagen que circula de ambos, indicando que podría estar manipulada, así como alegó no haber estado al tanto de la red que mantenía Epstein y tampoco haberlo sospechado, pese a que incluso viajó en el avión de este, denominado “Lolita Express”, un escabroso sobrenombre, informó Vanity Fair.
El “brexit” de la familia real
Sólo unas horas pasaron luego de la entrevista para que ocurriera lo inminente. Andrés de York tuvo el permiso de la reina Isabel II, su madre, “para retirarse de todos los deberes públicos que conlleva su cargo en el futuro inmediato”, según el comunicado emitido por el palacio de Buckingham, destacó El País.
Hasta ese momento, la sospecha de que el Duque estuviera involucrado en el círculo de explotación de Epstein ya no era un tema que sólo había “salpicado” a la monarquía británica, sino que se transformaba en un tema mucho más serio, que incluso llevó a que organizaciones humanitarias y universidades quisieran desligarse de la imagen del inglés.
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Su proyecto Pitch@Palace, que ayudaba a incrementar las habilidades digitales de pequeñas compañías, también se vio afectado dejando de percibir el apoyo de BT (British Telecom), un gigante de las telecomunicaciones.
Su justificación, expresada en el comunicado indicaba: “Ha quedado claro en los últimos días que las circunstancias en torno a mi anterior relación con Jeffrey Epstein se han convertido en un grave factor distorsionador en el trabajo de la familia real y en el valioso trabajo de muchas organizaciones y proyectos caritativos en los que participo”.
Su desaparición de la vida pública también ha implicado importantes consecuencias familiares como ser apartado, sutilmente de las imágenes de la boda de su hija Beatriz, quien contrajo matrimonio con el desarrollador inmobiliario Edoardo Mapelli, en una ceremonia privada en el castillo de Windsor el pasado junio, indicó CNN.
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Además, Andrés canceló sus viajes de verano ante la detención de Ghislaine Maxwell, la exnovia de Jeffrey Epstein, lo que habría puesto “nervioso” al príncipe, al nivel que se habría planteado nunca más viajar a Estados Unidos, aseguró Vanity Fair.
Esto, considerando que pese a que ha manifestado públicamente haber querido colaborar con la investigación de su “ex amigo”, Geoffrey Berman, el ex fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, se quejó por haber recibido cero cooperación por parte del miembro de la familia real, lo que terminó en que el hijo favorito de Isabel II desistiera de realizar la acción que había prometido.
Ante su negativa a declarar, el Departamento de Justicia de EE.UU. hizo una petición formal al Gobierno británico para interrogarlo a través del Tratado de Asistencia Legal Mutua, por lo que contrató a la poderosa firma de abogados Blackfords, que cuenta con la asesoría de Clare Montgomery, la abogada experta en extradición que defendió a Augusto Pinochet mientras estuvo detenido en Londres, consignó ABC.
El playboy adicto al sexo y las pelirrojas
El próximo año su padre, Felipe de Edimburgo, cumplirá 100 años, lo que supone un año lleno de celebraciones en las que el príncipe Andrés participará lo menos posible, siendo relegado por su madre en un esfuerzo por evitar cualquier juicio que pueda tener algún daño colateral en la monarquía británica o incluso, poner en peligro su supervivencia, indicó Hola.
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Sin embargo, otra noticia explota en la monarquía y estaría marcando la salida del príncipe de esta, luego de que este jueves el escritor canadiense Ian Halperin publicará el libro “Sex, Lies and Dirty Money de The World’s Powerful Elite” (Sexo, mentiras y dinero sucio de la poderosa élite del mundo” que enlodaría aún más la reputación de Andrés, o lo que queda de ella.
Halperin aseguró que el ex marido de Sarah Ferguson es “adicto al sexo”, un “amante atrevido” y con una fascinación por las pelirrojas, indicando que “se acostó con al menos con una docena de mujeres hermosas que le ‘consiguió’ Jeffrey Epstein” en una entrevista que concedió a Page Six, informó ABC.
El canadiense asegura que no encontró evidencia de que el Duque de York estuviera con menores de edad y que “la mayoría de las mujeres pintaron a Andrés como un caballero perfecto y dijeron que las relaciones fueron consensuadas”. Incluso, una de las amantes del príncipe destacó que “era un amante muy atrevido: no había límites a dónde iría en la cama” añadiendo: “Andrew sacudió mi mundo en el dormitorio”, aunque nunca lo volvió a ver.
Otro dato que entregó el autor es que una de las entrevistadas manifestó que toda esta situación se daba por ser el segundo hombre entre los hijos de la reina Isabel, afirmando que “una de las ex amantes de Andrés dijo que tenía una adicción al sexo porque siempre fue segundo después del príncipe Carlos … Él comparó su relación con su hermano … con William y Harry. William es visto como material real, al igual que Carlos, mientras que él y Harry eran los chicos malos… Esto lo llevó a su estilo de vida de playboy. No estaba recibiendo atención; le hizo sentir especial tener a estas hermosas mujeres en su cama”.
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Pero más allá de los datos relacionados con la vida privada de Andrés, el libro devela la relación que mantuvo con Epstein, la que no sería exclusivamente empresarial, sino que era porque este conocía sus secretos y le consiguió mujeres.
Halperin declaró que “Epstein tenía información y la usaría en su contra … La última vez que él y Andrew se vieron fue en 2011; estaba de rodillas rogándole a Epstein que nunca revelara nada sobre él. Si Epstein tuvo un príncipe de rodillas, imagínese el poder que tenía sobre los demás”.
Finalmente, indicó que las revelaciones que realiza en el libro el príncipe Andrés ameritan que este sea interrogado por el FBI, ya que proporciona datos que ponen en tela de juicio la real amistad del pedófilo y el hijo favorito de la reina Isabel.