Las infidelidades del rey emérito Juan Carlos de España son un secreto a voces, aunque nunca se ha divorciado de Sofía, su esposa de casi 60 años, quien ha soportado las humillaciones de su marido en completo silencio.
Amantes más, amantes menos, nadie -solo él- sabe a ciencia cierta cuántas mujeres han pasado por sus brazos, pero sí conocemos de Corinna, una exprincesa serenísima de Alemania (gracias a su segundo esposo) quien se transformó en una verdadera pesadilla para el hombre y su familia.
En 2004, cuando él tenía 66 años y ella 39, Corinna Larsen enamoró “como a un joven” a Juan Carlos.
Pero sea como sea que haya hecho sentir al hombre, la mujer hoy debe responder ante la justicia de Suiza por una controvertida fortuna que el monarca le regaló “por amor”.
Larsen, de actuales 55 años, está imputada por el delito de blanqueo agravado de capitales en línea con los €64,8 millones (casi $59 mil millones) que el rey emérito le traspasó en una cuenta bancaria que puso a su nombre.
Lo anterior debido al “amor” y “gratitud” que sentía por ella, nunca con la intención de deshacerse del dinero. O eso le dirá ella a la fiscalía del país montañoso.
Por su parte, Juan Carlos se autoexilió este lunes luego que la justicia española y suiza comenzaran a investigarlo por corrupción, por sus cuentas corrientes en el extranjero y por una larga lista de multimillonarias transacciones que solo levantaron cejas.
Parte de ello son los US$100 millones que el monarca saudita Abdullah le habría depositado en secreto en una cuenta de Panamá, de la cual su hijo el rey Felipe VI también es beneficiario.
A eso se suman unas grabaciones que obtuvieron las autoridades hispanas donde la misma Corinna comenta que su ex pareja había cobrado una comisión por la concesión de un contrato ferroviario de alta velocidad entre La Meca y Medina, el que finalmente se adjudicó una empresa ibérica.
¿Pero, quién es Corinna?
Relacionadora y empresaria
Corinna ha estado casada dos veces. La última fue con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wiitgenstein, pero perdió el título en 2019 cuando él se casó con una modelo de 28 años.
En su juventud estudió relaciones internacionales en Ginebra y es hija de Finn Bönnig Larsen, un danés exdirector europeo de la empresa de aviación brasileña Varig y de la firma alemana Ingrid Sauerland.
De acuerdo a Diario El País, Ingrid fue justamente el apodo con el cual la seguridad del rey en el Palacio de La Zarzuela identificaba a Corinna, quien con los años se mudó cerca de la residencia que Juan Carlos compartía con su esposa.
La pareja se conoció en 2004, cuando ella trabajaba como gerente en Boss and Company, una empresa de armas dedicada a organizar cacerías de lujo apuntadas al público súper rico.
Tras el flechazo, Larsen estableció la firma Apollonia Associates, la que tenía por objetivo asesorar a compañías y clientes particulares en transacciones transfronterizas.
Por ocho años la relación floreció y navegó en la seguridad y tranquilidad de la clandestinidad, y gracias a quienes preferían mirar al costado y no interferir, pero el nombre de Larsen se volvió dominio público gracias an error garrafal de los tórtolos.
El rey que mataba elefantes
El 13 de abril de 2012, Juan Carlos se tropezó y se quebró una cadera en tres partes. ¿En el baño de su casa? No, de safari junto a su amante en Botsuana.
Sí, el infame periplo donde dos días antes él mismo mató a un elefante en el delta del Okavogno.
Ese episodio gatilló una crisis en la Casa de Borbón: no solo se supo públicamente que el rey estaba siendo infiel, sino que se confirmó la fría relación que mantenía con su señora y cimentó el camino para su abdicación tras cuarenta años de reinado.
El viaje, exótico por donde se le mire y con todos los lujos imaginables, no cayó bien en el público español, ya que una fuerte crisis económica azotaba el país ibérico desde 2008, situación que obligó al rescate de algunas entidades bancarias y un éxodo impensado para un país perteneciente al primer mundo.
Pero esa fue solo uno de las vacaciones que tomaron en secreto y países como Alemania y Mónaco habían recibido con anterioridad a la pareja, sin saber realmente lo que eran.
Pero la fascinación por los viajes parecía venir de antes. En 2004, el entonces jefe de Estado le encomendó a su amante la tarea de organizar la luna de miel de su hijo y Letizia.
El recorrido costó medio millón de dólares y tuvo por destino Camboya, las islas Fiji y California.
Aunque no todo fue placer. De acuerdo al citado periódico, en 2010, Larsen acompañó a Juan Carlos en una operación al pulmón, procedimiento en el cual le extirparon un nódulo que terminó siendo benigno.
¿Y Sofía?
Este martes, Vanitatis reportó que Sofía de Grecia está desde el miércoles en Palma de Mallorca en compañía de su nieta, la infanta Elena; y su hermana, la princesa Irene.
¿Qué está haciendo? No se sabe oficialmente, pero lo que sí se conoce es que está encerrada en el Palacio de Marivent. Sin embargo, desde su entorno confirmaron que no lo está pasando bien.
“La tristeza de la reina es comparable a la que sintió cuando su hermano Constantino tuvo que exiliarse (porque el pueblo griego ya no lo quería)”, dijo una fuente.
Desde los círculos aristócratas españoles aseveran que la isla podría transformarse en un nuevo hogar para la otrora soberana, ahora que su esposo decidió irse del país.
Mal que mal, el lugar fue un destino feliz cuando sus hijos eran pequeños y sirvió de refugio cuando su matrimonio atravesaba problemas, pero todavía habían posibilidades de salvarlo, algo que nunca ocurrió.