ABBA fue un grupo musical oriundo de Suecia con gran éxito durante la década de los 70, lo que llevó a sus cuatro integrantes: Benny Andersson, Anni-Frid Lyngstad, Agnetha Fältskog y Björn Ulvaeus, a realizar giras por todo el mundo y doblar sus canciones a varios idiomas.
No obstante, y como gran parte de las cosas de la vida, casi todos sus integrantes también debieron afrontar severos problemas, entre los que hubo fobias, alcoholismo o depresión.
Distinto es el caso de Anni-Frid Lyngstad, conocida simplemente como Frida, considerada como la más sencilla y de bajo perfil del cuarteto, quien estuvo alejada de ese tipo de problemas, aunque sobre ella pesa una historia bastante compleja.
Años atrás se conoció que ella nació el 15 de noviembre de 1945, en Noruega, siendo concebida como parte de un brutal experimento de la Alemania Nazi en los países nórdicos, el cual fue conocido como “Lebensborn” (fuente de vida).
Los archivos históricos detallan que aquel proyecto fue creado por el propio Heinrich Himmler para formar más soldados arios aprovechando las características de las personas en los países escandinavos.
Para aquello, según indica BBC, se seleccionaba a mujeres jóvenes y solteras para tener hijos con soldados alemanes. La idea era que esos niños, en un futuro, fueran trasladados a Alemania.
En el caso de los niños, se esperaba que ellos se integraran al ejército alemán, en tanto que las mujeres tendrían que estar en las fábricas o en las casas.
La mayoría de los hijos eran cedidos por sus madres y el resto simplemente eran secuestrados.
Por esos años, el sargento alemán Alfred Haase tenía 24 años y estaba estacionado en la ocupada Noruega. Sus características físicas hicieron que fuera llamado a ser parte de Lebensborn, en un poblado llamado Ballangen.
Hacia 1944 se le presentó una joven de 18 años llamada Synni Lyngstad, de quien se asegura que se enamoró e intentó conquistar de una forma mucho más romántica, si se comparaba con otros soldados.
Fue así como ambos comenzaron a salir durante varias semanas y, finalmente, tuvieron una relación que se extendió varios meses. Luego de un tiempo, la joven quedó embarazada a comienzos de 1945.
Haase debió abandonar Noruega en mayo de ese año, luego que los aliados ingresaran en Europa, cayera Berlín y Hitler muriera en su búnker secreto.
Como era de suponerse, el sargento no alcanzó a despedirse de la joven y no conoció a su hija, la cual nació a fines de aquel año, cuando Europa estaba reconstruyéndose y comenzaban a conocerse los crímenes del Nazismo. Por su parte, el Lebensborn había sido abolido.
Synni Lyngstad escapó junto a su hija y su madre Agny a Suecia, ya que en su país la familia había sido repudiada. Tiempo después, la mujer falleció y Frida quedó al cuidado de su abuela.
“No tenía muchos amigos, yo pensaba que todo acerca de mí estaba mal, que no había nada en mí que mereciera ser amado”, declaró décadas después en una entrevista.
La cantante reconoció además que madre le había dicho que su papá era un soldado alemán que había muerto ahogado. Debido a eso, nunca buscó un rastro o una pista de él.
Un reencuentro incómodo
Corría 1977 y la popularidad de ABBA estaba a tope. Para Frida la vida era exitosa y había olvidado cómo había sido su niñez; no obstante, en ese entonces en Alemania ya se comenzaba a hablar de que ella era hija de un soldado alemán llamado Alfred Haase.
En ese entonces, una fanática de la agrupación llamada Bernadette Haase comenzó a atar cabos respecto a la artista, ya que su propio tío había estado en Noruega durante la guerra y se sabía que había participado de aquel polémico programa.
Por su parte, Alfred Haase vivía en la ciudad de Stuttgart junto a su esposa y habían tenido dos hijos, uno de ellos era el padre de Bernadette.
Fue así como la seguidora consiguió contactar a la artista y decirle que su padre biológico estaba vivo. Pasó un buen tiempo hasta que Frida aceptó tener una reunión con Alfred, aunque el encuentro no fue muy cómodo.
“No pude realmente conectarme con él y amarlo como si hubiera estado con nosotras mientras yo crecía”, indicó años más tarde la artista, asegurando que tras ese encuentro entró en depresión.
No obstante, la mujer volvió a ver a su padre biológico en algunas ocasiones más, definiendo la relación como de “amistad y respeto”.
Años más tarde, uno de los voceros de ABBA sostuvo que la cantante rechazó integrar ONG y grupos de ayuda para personas que habían nacido bajo el Lebensborn.
“Se le pidió varias veces en los últimos años que se involucre con el grupo de sobrevivientes del Lebensborn, pero ella no quiso”, indicaron.
Pese a todo el sufrimiento, se puede decir que Frida fue una de las pocas afortunadas que, siendo parte de aquel proyecto, pudo crecer junto a su familia y conocer a su padre.
Las estadísticas indican que durante el Lebensborn nacieron 7.500 niños en Alemania y otros 10.000 en Noruega, el cual fue uno de los países donde más se experimentó.
Aquel programa también se implementó en Polonia, Francia, Luxemburgo, Bélgica y Holanda, aunque sus cifras nunca se dieron a conocer de forma pública.