Durante años fue uno de los productores independientes más visionarios de Hollywood. Podía construir o destruir carreras en el mundo del cine y la televisión. Era venerado y temido. Meryl Streep dijo una vez que era “Dios”.
Pero la condena en Nueva York de Harvey Weinstein, el titán de 67 años y 136 kg de peso, por agresión sexual de una mujer y violación de otra, confirma su descenso a los infiernos.
Weinstein debe aguardar en la cárcel su sentencia, prevista para el 11 de marzo. Enfrenta una pena mínima de cinco años de cárcel y una máxima de 29.
Un “monstruo”
Desde octubre de 2017, Weinstein fue denunciado por acoso, agresión sexual o violación por más de 80 mujeres.
Las actrices Ashley Judd, Gwyneth Paltrow, Kate Beckinsale, Uma Thurman y Salma Hayek lo acusaron de acoso o agresión sexual. Asia Argento, Rose McGowan y Paz de la Huerta, de violación. Mira Sorvino y Ashley Judd aseguran que acabó con sus carreras porque no cedieron ante su acoso.
“Las mujeres que testificaron en este caso y atravesaron un infierno traumático han brindado un servicio público a las niñas y mujeres del mundo, gracias”, tuiteó Judd tras el veredicto.
“Harvey Weinstein es ahora un violador condenado. Dos sobrevivientes lloran y celebran. ¡Gracias Dios!”, tuiteó Argento.
Muchas contaron que el colérico e impaciente Weinstein las citaba en cuartos de hotel, donde las recibía en bata de baño y las invitaba a dar o recibir masajes y a que lo vieran masturbarse.
Pero el corpulento exproductor fue juzgado penalmente solo por las dos acusaciones que no prescribieron: sexo oral contra su voluntad a la exasistente de producción Mimi Haleyi en 2006, y violación en 2013 de la exactriz Jessica Mann.
Las dos acusadoras y otras cuatro mujeres relataron al jurado cómo fueron agredidas sexualmente por Weinstein.
El jurado lo halló sin embargo no culpable de ser un depredador sexual, los cargos más graves que le hubieran significado una pena máxima de cadena perpetua.
“Durante años fue mi monstruo”, escribió la actriz mexicana Salma Hayek, relatando lo que vivió durante la filmación de “Frida” en 2002. Le decía siempre que no, pero Weinstein respondía con una “ira maquiavélica” y amenazaba con matarla.
De las cenizas del imperio que construyó nacieron movimientos como el #MeToo y el Time’s Up, que alentaron a decenas de miles de mujeres de todo el mundo a denunciar en las redes sociales a hombres poderosos que las han abusado o acosado y desataron un cambio cultural de actitud: tolerancia cero a este tipo de conducta.
Barranca abajo
Una gran investigación sobre su mala conducta sexual publicada por el diario The New York Times el 5 de octubre de 2017, sumada a otro reportaje en la revista The New Yorker, desataron un escándalo que acabó con su carrera, su matrimonio y su reputación.
Fue expulsado de la Academia del cine de Estados Unidos y de su propia empresa, The Weinstein Company (TWC).
En noviembre de 2017, un mes después de que estalló el escándalo, se internó en un centro de rehabilitación para tratar su adicción al sexo.
Su segunda esposa, la diseñadora de modas británica Georgina Chapman, con quien tuvo dos de sus cinco hijos, se divorció de él.
El rey de los Óscar
Nacido en Queens el 19 de marzo de 1952, hijo de un cortador de diamantes, Weinstein estudió en la Universidad de Buffalo e inicialmente produjo conciertos de rock con su hermano Bob.
Ambos cofundaron su primer estudio de cine, Miramax, en 1979. Sus éxitos incluyeron “Sexo, mentiras y video”, de Steven Soderbergh (1989) y “Shakespeare enamorado” (1998), ganador de siete estatuillas y por el cual Weinstein compartió un Óscar a la mejor película.
Miramax produjo también el primer éxito de Quentin Tarantino, “Pulp Fiction” (1994) y “El paciente inglés” (1997, nueve Óscar).
Miramax fue vendida a Disney en 1993 y los hermanos dejaron la empresa en 2005 para fundar The Weinstein Company.
A lo largo de los años, las películas de Weinstein recibieron más de 300 nominaciones al Óscar y 81 estatuillas.
Llegó a tener una fortuna personal de hasta 300 millones de dólares, que mengua velozmente tras su caída en desgracia.
TWC declaró la bancarrota el año pasado y fue comprada por el fondo de inversiones Lantern.
En diciembre Weinstein llegó a un acuerdo de 25 millones de dólares con más de 30 actrices y exempleadas que lo demandaron. La cuenta será pagada por su excompañía y empresas de seguros.
Hoy Weinstein inspira a Hollywood, pero como el malo de la película. Un filme de suspense basado en el escándalo, “The Assistant”, se estrenó a fines de enero.
Y está en marcha otra película con producción de Brad Pitt, que encaró a Weinstein en 1995 y amenazó con matarlo si no paraba de acosar sexualmente a su novia de entonces, Gwyneth Paltrow.