Hace tres años pocos sabían de la existencia de Meghan Markle, una actriz de televisión que llevaba más de una década tratando de crearse un camino en la industria del espectáculo. Y aunque se hizo relativamente conocida gracias a su rol en la serie Suits, nunca logró convertirse en la estrella de Hollywood que soñaba ser. 

Todo cambió cuando inició un romance con el príncipe Harry, el más díscolo integrante de la familia real. Pese a que intentaron esconder la relación que inició en una cita a ciegas organizada por una amiga de ambos, los curiosos paparazzi no tardaron en descubrirlos.

Desde ese momento, Meghan se convirtió en la mujer más buscada del mundo, fama que aumentó cuando se casó con el hijo menor de la princesa Diana. 

En mayo de 2019, el mundo se enamoró de Meghan y se vivió una “Meghanmania” en el planeta, donde todos querían saber de su vida, ver sus películas e incluso copiar su forma de vestir.

Kensington Royal
Kensington Royal

Pero esa etapa de luna de miel duró poco. A días de su matrimonio, que fue visto por más de mil millones de personas en todo el mundo, los rumores sobre ella se hicieron cada vez más brutales y violentos.

De lo más suave que se dijo en esa época, fue que Meghan tenía un carácter difícil, un comportamiento de diva y que no trataba bien al staff que trabajaba con ella. También se dijo que la familia Real no estaba feliz con su llegada, que tuvo un encontrón con la reina Isabel, que el príncipe William no la soportaba y que había dejado llorando a Kate Middleton antes de su boda.

En redes sociales las especulaciones eran aún más desmesuradas, bordeando la locura. Habían posts que aseguraban que Meghan quería ayudar a devolver Estados Unidos a Gran Bretaña, que era una agente de la CIA encubierta y que era una cazafortunas obsesionada con la princesa Diana. 

Kensington Palace
Kensington Palace

Pero aquellas especulaciones serían un juego de niños en comparación con lo que se venía. El anuncio de su primer embarazo trajo consigo otra larga lista de rumores acerca de cómo Meghan querría dar a luz y cómo pretendía cuidar y educar al bebé.

Se dijo que criaría a su hijo sin estereotipo de género, que habría exigido a una médica, que el niño sería vegano y hasta que Harry no sería el padre.

De hecho, en febrero pasado, cuando Harry y Meghan visitaron Marruecos, una mujer felicitó a la duquesa por su embarazo. Harry de inmediato bromeó con su esposa. “¿Qué, estás embarazada? ¿Es mío?” bromeó.

El chiste desató una bola de nieve. “¿Hay problemas en el paraíso real?”, se preguntó The Hollywood Gossip. “No podemos evitar preguntarnos sobre esta posibilidad después de algo que Harry le dijo a su esposa frente a muchos testigos”, escribieron. “¿Harry realmente le preguntó a [Meghan] si ella lo engañó?”, añadieron creando así fake news.

Kensington Royal
Kensington Royal

En este punto, la imagen de Meghan estaba más que dañada, situación que empeoró con la renuncia de algunos integrantes de su staff a pocos meses de haber sido contratados y su polémico baby shower en Nueva York.

También en febrero pasado, Meghan viajó a Nueva York para participar en la celebración organizada por su amiga Serena Williams. Los altos costos de la fiesta desataron una ola de comentarios negativos contra la duquesa de Sussex.

Según el diario inglés Daily Mail, el festejo tuvo un costo superior a 500 mil dólares, es decir, más de 346 millones de pesos chilenos. De acuerdo al periódico, la duquesa viajó en un jet privado cuyo valor ida y vuelta, entre Nueva York y Londres, fue de 250 mil dólares.

La duquesa también se habría hospedado en una habitación del hotel The Mark, por el que pagó 10 mil dólares, mientras que la celebración se realizó en el penthouse del hotel, cuyo valor por noche es de 150 mil dólares, la más cara de Estados Unidos.

Pero una vez más, ese escándalo no fue nada respecto al que siguió meses después. Antes del nacimiento de Archie Harrison, Meghan y Harry se mudaron del palacio de Kensington donde eran vecinos de William y Kate Middleton. La pareja se fue a vivir a Frogmore Cottage, su nueva casa construída en los terrenos del castillo de Windsor, y en cuya renovación invirtieron casi tres millones de dólares.

Ese fue otro escándalo del que se responsabilizó a Meghan, acusándola de malgastar el dinero y además de separar a los hijos de la princesa Diana.

Aún no superaban esa polémica cuando otra empezó a golpearlos. En agosto, los duques de Sussex viajaron a Niza para pasar unos días de relajo en la casa de verano de Elton John. Hasta allí nuevamente volaron en un jet privado, por lo que se les acusó de estar despilfarrando el dinero y además se les trató de hipócritas, porque a pesar de ser defensores de la naturaleza y luchadores contra la contaminación, optaron por el medio más contaminante.

Tras dicho viaje, los medios indagaron un poco y se dieron cuenta que habían realizado cuatro vuelos en jets privados en un periodo de 11 días.

 Sussex Royal
Sussex Royal

Para hacer frente a esto, la pareja contrató a la empresa de gestión de crisis Sunshine Sachs, que alguna vez representó a Harvey Weinstein y Michael Jackson. El objetivo es que los ayuden a mejorar la imagen de la exactriz, aunque la versión oficial es que asesorarán a la nueva fundación benéfica Sussex Royal, formada tras separarse de la que tenían en conjunto con William y Kate.

Keleigh Thomas Morgan, una antigua amiga de Meghan y directora ejecutiva de la empresa, la ha estado guiando en las últimas polémicas, incluyendo las fuertes críticas por su trabajo como editora invitada de la revista Vogue.

Gracias a la firma, la duquesa también comenzó a llevar a cabo un detallado plan para ayudar a mejorar su imagen, especialmente por estos días que se encuentra en un tour real por África.

Patrick Jephson, ex jefe de gabinete de la princesa Diana, aseguró a New York Post que “las giras al extranjero son láminas a colores en la historia de los miembros de la realeza” y agregó que “el impacto y los mensajes subliminales son principalmente visuales. Con esa medida esta gira ya es un éxito”.

Estos son algunos de sus trucos:

1. Humildad primero

Una foto vale por mil palabras y Meghan es una de las mujeres más fotografiadas en el mundo. Como no suele hablar con la prensa, intenta comunicarse a través de su vestuario, por lo que cada detalle es cuidadosamente elegido.

Es por ello que una de primeras medidas fue dejar en casa su anillo de compromiso de 140 mil dólares (100 mil millones de pesos chilenos). La alianza fue diseñada por Harry y cuenta con tres diamantes, dos de ellos de la colección privada de la princesa Diana.

Una fuente aseguró al diario Express que Meghan optó por no llevarlo para tratar de mantener un “bajo perfil”.

Mirror
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2. Presentó a Archie

Quizás el paso más importante para recuperar el cariño de la gente, fue la presentación de Archie ante el público. Desde que se enteraron que serían padres, los duques de Sussex decidieron que mantendrían la vida de su hijo lo más privado que fuera posible.

De hecho, enviaron un comunicado explicando el tema y confirmando que Meghan no aparecería en la puerta del hospital a pocas horas de dar a luz, como sí lo han hecho otras mujeres de la familia real (cof cof Kate Middleton).

Hasta el momento, las únicas imágenes que se tenían de Archie tras su nacimiento, eran las publicadas por sus padres en su cuenta de Instagram, siendo acusados de esconder al bebé.

Sin embargo, durante el tour el niño tuvo una participación activa y fue fotografiado y grabado por todos y permitiendo que Meghan pudiera mostrar su lado materno y juguetón. Incluso el gran parecido entre padre e hijo dio la vuelta al mundo.

Además, en su cuenta de Instagram publicaron un video de la familia caminando para ver al activista y ganador del premio Nobel Desmond Tutu. En las imágenes incluso se ve a Meghan bailando con el bebé.

3. Adiós diseñadores

Durante su primera gira real por Australia, Nueva Zelanda, Fiji y Tonga, hace un año, Meghan fue vista llevando atuendos bastante caros de diseñadores como Stella McCartney y Oscar de la Renta.

Esta vez se optó por prendas más low cost, como una chaqueta de mezclilla de Madewell, además de usar prendas que ya había lucido con anterioridad, incluyendo algunos vestidos que llevó mientras estaba embarazada.

Aprovechó el momento también para enviar un mensaje ecológico, ya que la mayoría de las marcas que ha lucido practican la sostenibilidad.

Hasta el pequeño Archie andaba con un conjunto de la línea ecológica de H&M, cuyo valor no superaba los $12 mil pesos chilenos.

4. Respeto

Durante cada uno de sus compromisos, Meghan se ha visto contenta y abrazando sin problema a los lugareños, incluso bailando con ellos o sentándose en el piso con un grupo de mamás y sus bebés.

Pero no sólo eso, ya que también visitó un monumento a una joven estudiante de Ciudad del Cabo (suroeste), cuya violación y asesinato han generado gran debate sobre la violencia contra la mujer en Sudáfrica.

Meghan quiso “rendirle homenaje y expresar su solidaridad con todos los que luchan contra la violencia contra las mujeres y los feminicidios”, indicó en un mensaje publicado en el Instagram de la pareja.

“La duquesa ha mostrado un don para conectarse con todos los niveles de la sociedad en Sudáfrica, elevando las expectativas de que continuará demostrando esa cercanía cuando regrese a las lluviosas calles de otoño de su nuevo país de origen”, aseguró Jephson.

5. Adiós jets privados

Si bien el vuelo a Nueva York para su baby shower fue en el jet de los Clooney, y el de Niza en el de Elton, quienes se los facilitaron, esa información no fue suficiente para detener la polémica.

Pues bien, al aparecer a Meghan le hicieron sentido los comentarios y sus dos últimos viajes fueron realizados en una aerolínea comercial. A África, por ejemplo, llegaron en un vuelo de 12 horas junto al pequeño Archie.

La defensa de Harry

Tras más de dos años de un acoso y crítica constante, el príncipe Harry decidió realizar una férrea defensa a su esposa tras anunciar acciones legales contra el periódico británico The Mail on Sunday y a su empresa matriz, Associated Newspapers, por publicar una carta escrita por Meghan a su padre.

“El contenido de una carta privada se publicó ilegalmente de manera intencionalmente destructiva para manipular al lector. Llega un punto en que lo único que hay que hacer es enfrentarse a este comportamiento, porque destruye a las personas y destruye vidas”, sentenció.

“He sido testigo silencioso de su sufrimiento privado durante demasiado tiempo. Retroceder y no hacer nada sería contrario a todo lo que creemos. Además de su publicación ilegal de este documento privado, deliberadamente omitieron párrafos selectos, oraciones específicas e incluso palabras singulares para enmascarar las mentiras que habían perpetuado durante más de un año”, expresó.

“He visto lo que sucede cuando alguien que amo se convierte en mercancía hasta el punto de que ya no son tratados o vistos como una persona real. Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa ser víctima de las mismas fuerzas poderosas”, añadió.

“Desafortunadamente, mi esposa se ha convertido en una de las últimas víctimas de la prensa sensacionalista británica que realiza campañas contra personas sin pensar en las consecuencias, una campaña despiadada que se ha intensificado durante el año pasado, durante todo el embarazo y mientras criaba a nuestro hijo recién nacido”, escribió.

“No puedo comenzar a describir lo doloroso que ha sido. Debido a que, en la era digital actual, las fabricaciones de prensa se reutilizan como verdad en todo el mundo”, continuó. “Aunque esta acción puede no ser segura, es la correcta. Porque mi miedo más profundo es que la historia se repita”.