Tras las grandes críticas que recibió Joquin Phoenix (44) en el Festival de Venecia por su interpretación del Joker, pocos podrían imaginar que la vida del actor tiene alguna semejanza con la del famosos villano de DC. Aunque no de la misma forma que su personaje, el actor ha conocido de cerca el dolor, la pobreza y la pérdida de seres queridos.
Joaquin nació en San Juan, en Puerto Rico, bajo el apellido Bottom, y mientras sus padres eran miembros de la secta Children of God, creada por el expastor acusado de pedofilia, David Brandt Berg.
El grupo predicaba sobre el fin del mundo, la salvación y una revolución espiritual, además de incentivar la prostitución, el incesto y el abuso a menores. De hecho, exmiembros de la secta han asegurado que se les enseñaba el sexo libre como una expresión de amor hacia Dios, el que incluso practicaban con niños pequeños.
Los cuatro hermanos de Joaquin, River, Rain, Liberty y Summer (todos actores) nacieron dentro de la agrupación, que además los hizo viajar por toda America Latina. Finalmente la familia abandonó el grupo en 1978, cuando comenzaron a darse cuenta lo que pasaba.
“Creo que mis padres pensaron que habían encontrado una comunidad que compartía sus ideales. Los cultos rara vez se anuncian como tales. Por lo general, alguien dice: ‘Somos personas de ideas afines. Esta es una comunidad’, pero creo que en el momento en que mis padres se dieron cuenta de que había algo más, salieron”, dijo el actor a Playboy.
Si bien él jamás ha hablado sobre lo que vivió en el lugar, su hermano mayor River aseguró en una oportunidad que su primera experiencia sexual ocurrió a los cuatro años mientras era parte del culto.
Una dura realidad
El regreso de la familia a Estados Unidos no fue nada fácil. Se establecieron en California y cambiaron su apellido de Bottom a Phoenix (fénix), como un símbolo de su renacer.
En Los Angeles, vivieron la pobreza extrema. Aunque la madre del actor, Arlyn, encontró trabajo como secretaria y el padre, John, como paisajista, los altos costos de la ciudad no les permitían poder mantener a las siete bocas que componían la familia, llegando a no tener donde vivir o comer.
“Incluso cuando no teníamos dinero, aún teníamos un automóvil para dormir, la entrada de la casa de un amigo donde podíamos estacionar y un padre que decía: ‘Voy a cuidar de ustedes"”, recordó el actor a la revista Details.
Y así lo hizo. En una oportunidad John encontró un pequeño departamento, que el actor describió como “una habitación, donde no se permitían niños, pero éramos cinco”. “El administrador [en ese momento] nos atendió amablemente y dijo: ‘Puedes vivir aquí, pero si viene el dueño, te llamaré y tendrás que esconder a los niños"”, recordó en la revista Esquire.
Cuando el dueño pasaba por allí, Joaquin y sus hermanos de escondían detrás de una lavadora durante horas. “No lo puedo olvidar… Es una locura”, afirmó.
Conscientes de la situación económica, los cinco hermanos se presentaban en las calles de Los Angeles cantando y tocando instrumentos. Gracias a ello fueron descubiertos por una representante de talentos infantiles que les consiguió trabajos en comerciales y series de televisión.
Un salto letal
Joaquin tenía ocho cuando debutó en televisión, pero fue su hermano River el primero en conseguir el éxito. Ambos trabajaron juntos en algunas series hasta que River dio el salto de estrella infantil a actor joven gracias a sus roles Stand by Me y My Own Private Idaho de 1991.
Cuando todos pensaban que el mayor de los Phoenix estaba destinado a alcanzar la gloria en Hollywood, la tragedia los sacudió. River murió de una sobredosis de drogas en 1993, luego de consumir una “bola de velocidad”, que básicamente es heroína y cocaína disuelta en un trago, a la que luego sumó un Valium.
Era la noche del 31 de octubre, Halloween, y tanto River como sus hermanos habían asistido a la legendaria Viper Room de Hollywood, informó The Washington Post. Fue Joaquin, de entonces 19 años, quien llamó al 911 para pedir ayuda, mientras su hermana Rain intentaba darle respiración boca a boca.
El joven de 23 años fue declarado muerto y la llamada de Joaquin a los servicios de emergencia se filtró en radio y televisión.
Tras el trauma, el actor decidió alejarse de la actuación y los medios y se fue a viajar por América junto a su padre.
Un fantasma invisible
El regreso tampoco fue fácil, y muchos creyeron que la muerte de River lo había marcado más de lo que él admitía. Comenzó a ser elegido para roles secundarios de hombres problemáticos con pasados oscuros o muy deprimidos, que lograba desarrollar a la perfección.
En 2000 consiguió uno de los roles que marcaría su carrera. Con 26 años asumió el papel del emperador romano Commodus, en Gladiador, protagonizada por Russel Crowe. La película no solo se convirtió en un éxito a nivel mundial, sino que también significó su primera nominación a los Óscar como Mejor Actor de Reparto.
Su carrera siguió con más altos que bajos, hasta que en 2005 fue elegido para interpretar al ídolo de la música country Johnny Cash, en Walk the line, junto a Reese Witherspoon.
La película requirió que Phoenix utilizara todo su talento y metodología actoral para poder canalizar la compleja personalidad del problemático y legendario músico que luchó por años contra las drogas y el alcohol.
Aunque sus fans esperaban que este rol se convirtiera en el más exitoso de su vida, otros sospechaban que algunas escenas podrían atormentarlo, como el abuso de sustancias ilegales, el excesivo consumo de alcohol y la escena de la muerte del hermano de Cash, la que podría trasladarlo a la pena de haber perdido a su propio hermano.
Phoenix desmintió los rumores y los calificó como “patrañas” y se enfureció con la prensa por seguir vinculando su trabajo con la muerte de River. “Sabes, la prensa me ha impuesto el título de hermano de luto, y debido a que no he hablado sobre eso, la suposición es que sigo aferrado a eso y toda esa mierda que no es así. No necesito sacar de mi experiencia un personaje, y nunca he entendido por qué los actores lo harían, excepto por falta de habilidad, imaginación o investigación”, sentenció a Newsweek.
Sin embargo, Walk the line fue un punto de inflexión en su vida. Al terminar el rodaje se dio cuenta que tenía un problema. “Fue entonces cuando me di cuenta de mi consumo de alcohol. No era un bebedor diario, pero no tenía nada más que hacer, nada que me detuviera”, reconoció a la revista Time Out. “Me estaba apoyando en el alcohol para hacerme sentir bien. Eso es lo que realmente fue”, añadió.
Fue así como decidió ingresar a rehabilitación para recibir tratamiento por alcoholismo, tras lo cual comenzó a asistir a reuniones de Alcohólicos Anónimos, “la mejor decisión de mi vida”.
Adiós Joaquin, hola ¿rap?
En 2008, sin embargo, las cosas se volvieron raras, por decirlo menos. Joaquin anunció su retiro oficial de la actuación para seguir una carrera en el rap.
Una de sus primeras apariciones públicas como rapero fue en un club nocturno de Miami, donde se cayó del escenario. También dio una entrevista extremadamente incómoda en el Late Show con David Letterman, luciendo casi irreconocible. Su rostro estaba cubierto por una barba, llevaba el pelo largo y había subido mucho de peso.
En el programa no podía responder coherentemente ninguna pregunta y parecía ido del lugar donde se encontraba.
En 2010, Casey Affleck (cuñado de Joaquin) estrenó un documental llamado I’m Still Here, donde muestra la transición del Phoenix de actor a rapero. En la cinta se muestra al artista pidiendo a P. Diddy que produzca su música, aspirando cocaína, con delirios psicóticos, un intento de abuso sexual y fiestas con prostitutas.
Al poco tiempo, los creadores del filme reconocieron que era un falso documental para burlarse de la prensa, y que el comportamiento errático (por decirlo menos) del actor durante los últimos años había sido para el servicio de la película. Además que su objetivo era criticar el excesivo interés de los medios de cubrir los escándalos de las celebridades y cómo eso ha hecho imposible la vida a muchos de ellos.
El falso documental terminó recaudando sólo cerca de US$500,000 y los críticos no tuvieron piedad con sus comentarios.
El actor regresó formalmente a la actuación en 2012 con The Master, por la cual recibió su tercera nominación a los premios Óscar. Esto pese a que meses antes criticó duramente a la Academia asegurando que el premio era una “mierda”, declaraciones por las que tuvo que disculparse.
“Creo que es una mierda total y absoluta, y no quiero ser parte de ello. No creo en eso. Es totalmente subjetiva. Enfrentar a las personas … Es la cosa más estúpida del mundo. Fue uno de los períodos más incómodos de mi vida cuando Walk the Line era nominada a todos los premios y todo eso. Nunca quiero volver a tener esa experiencia. No sé cómo explicarlo, y no es que piense que estoy en un lugar por encima de eso, pero simplemente no quiero sentirme cómodo con ese tipo de cosas”, afirmó.
Y es que Phoenix ha reconocido en varias ocasiones que hasta el día de hoy sufre de ansiedad, especialmente cuando actúa. “Todavía tengo náuseas el día anterior y tengo semanas de ansiedad increíble. Tienen que poner almohadillas en mis axilas porque sudo tanto que gotea por mi guardarropa”, dijo durante una entrevista de 2012 con la revista Interview. “Durante las primeras tres semanas de rodaje, estoy sudando. Es pura ansiedad y me encanta”, explicó.
Su ansiedad también pasa por su método de trabajo, por el que se involucra personalmente con sus personaje apartándose de él mismo. “Abandono mi vida cuando trabajo. No uso ropa ni escucho música que define quién soy”, dijo a The Guardian. “No me comunico con amigos o familiares. Suena intenso, pero es el proceso de llegar lo que es realmente difícil”, agregó.
Actualmente el actor pasa por uno de sus mejores momentos laborales y personales. Hace algunos meses se comprometió con la actriz Rooney Mara, además está recibiendo grandes comentarios por su papel en Joker, rol que probablemente transformará su vida y que muchos creen lo llevará a finalmente a ganar su primer Óscar.