La semana pasada Estados Unidos se vio remecido por el suicidio de Jeffrey Epstein, un financista multimillonario acusado de tráfico y explotación de menores de edad, cuyo cuerpo fue descubierto en su celda en Manhattan.
El hombre de 66 años, que también enfrentaba cargos de abuso sexual desde hace años, engañaba a adolescentes y las invitaba a su mansión para que ellas le hicieran un masaje, el que usualmente terminaba en sexo forzado. El hombre también organizaba lujosas fiestas donde las ofrecía a otros hombres poderosos.
El caso Epstein salpicó a varias figuras de relevancia mundial, quienes mantenían una relación de amistad con el sujeto. Entre ellos, Donald Trump, Bill Clinton y el príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina Isabel II.
Pero sin duda el duque de York ha sido uno de los más perjudicados con la investigación del caso. De hecho decidió esconderse en España del acoso periodístico.
Y es que dos días antes de la muerte del financista, se dieron a conocer documentos legales donde se menciona al hermano del príncipe Carlos. Los papeles pertenecían a una demanda interpuesta en 2015 por Virginia Roberts, una de las víctimas de Epstein, donde aseguraba que el hombre y su exnovia, Ghislaine Maxwell, la obligaron a mantener relaciones sexuales con el duque de York en tres ocasiones, incluyendo una orgía con otras menores de edad.
Si bien tal denuncia se había dado a conocer varios años antes, en ese momento no se revelaron mayores detalles.
Según Roberts, Epstein y Maxwell le pagaron 10 mil libras (más de ocho millones de pesos chilenos) por tener sexo con el príncipe, y el primer acercamiento que tuvo con él habría sido en 2001 en Londres, cuando ella tenía 17 años.
Aunque no hay una denuncia formal ante la policía, las fechas y lugares de encuentro mencionados por Roberts, coinciden con los registros de vuelo de Andrés. Además, junto a los documentos, se adjuntó una foto donde se ve al príncipe abrazando a Roberts, con una sonriente Maxwell detrás de ellos.
En los mismos papeles también aparece una declaración de 2016 en la que otra mujer asegura que Andrés la había tocado indebidamente en el departamento de Epstein en 2001.
El palacio de Buckingham, por su parte, negó las acusaciones. “Cualquier sugerencia de comportamiento inapropiado con menores de edad es categóricamente falsa”, declararon a NBC News.
Una larga relación
Sin embargo, la relación entre Andrés y Epstain data de hace décadas y ha llenado páginas en la prensa británica.
El financista y el príncipe fueron presentados en los años 90 por Maxwell, una socialité inglesa que en ese momento era novia de Epstein.
Según el diario The Guardian, Epstein, que provenía de una familia de escasos recursos, fue invitado a varias fiestas en el Castillo de Windsor y en Sandringham, la finca de la Reina en Norfolk. Además solían tener cenas exclusivas en Saint-Tropez y compartían vacaciones en Tailandia.
Pero sin duda, el encuentro más polémico se dio en 2011 cuando se les vio paseando por Central Park en Nueva York. Esto, dos años después de que Epstein saliera de prisión tras pasar sólo 13 meses en la cárcel por abusar sexualmente de varias adolescentes.
Según reconoció posteriormente la exesposa del príncipe, Sarah Ferguson, en ese mismo periodo el duque estaba negociando con Epstein su ayuda para pagar algunas de las deudas que aquejaban a su exmujer y madre de sus dos hijas.
Sin embargo, las críticas por dicho encuentro no se hicieron esperar y muchos pusieron en duda el juicio del duque.
Fergie, por su parte, aseguró que se arrepiente de haber recibido la ayuda de Epstein y que fue un “tremendo error de juicio” de su parte. “Aborrezco cualquier tipo de abuso contra menores”, dijo.
Las otras polémicas
Pero no sólo su relación con Epstein ha puesto en problemas a Andrés. El príncipe también ha protagonizado varios escándalos por rodearse y hacer negocios con personajes polémicos.
Uno de los escándalos más grandes, tuvo relación con sus encuentros con el segundo hijo del ex dictador libio Muamar Gadafi, mientras era representante especial para el comercio internacional y la inversión de Inglaterra.
Según The Washington Post, la primera de varias reuniones con Saif al-Islam fue en 2007 e incluso existió un encuentro con el mismísimo Gadafi durante la Guerra Civil Libia.
En esa época también fue cuestionado tras pasar unas vacaciones de cuatro días en Túnez, pagadas por el traficante de armas libio Tarek Kaituni, justo antes de su reunión con Gadafi.
El duque de York también recibió en el palacio de Buckingham a Sakher el–Materi, hijo del dictador tunecino Zine El Abidine Ben Ali poco antes de que un levantamiento popular lo expulsara del poder. El – Materi fue investigado por lavado de dinero.
Un año antes de eso se le acusó de lavado de dinero, luego de vender su mansión en Berkshire a Timar Kulibayev, yerno del presidente de Kazajistán. Esto no tendría nada raro sino fuera porque el comprador pagó mucho más del costo de evalúo de la propiedad, específicamente cuatro millones de libras más.
Y a propósito de dinero, durante el tiempo que estuvo en su cargo como representante comercial, rol que no era pagado, también fue cuestionado por sus excesivos gastos. Entre otras cosas realizaba viajes en helicóptero que podían perfectamente hacerse en auto. De hecho, llegó a pagar cinco millones de pesos por un viaje desde su hogar en Windsor a un compromiso en Shoreham, trayecto que en auto podría durar sólo una hora y media.
En 2010 exigió 620 mil libras (535 millones de pesos chilenos) extras a las 240 mil (207 mil pesos chilenos) que recibía por gastos de viaje.
Todos sus encuentros con personajes polémicos, sus propias controversias de dinero y acusaciones de venta ilegal de armas, hicieron que el parlamento repensara el puesto que tenía como representante del país en el extranjero.
En febrero de 2011, miembros del Parlamento llamaron a sacar al duque de su papel como embajador de comercio. “Parece que no hay actividad mental discernible. Siento lástima por él. No tiene amigos y está rodeado de esta gente vil”, afirmó un alto miembro de la Cámara.
Una de las últimas polémicas del príncipe, fue su elección para unirse a Royal Society, una sociedad de los científicos más eminentes de Inglaterra y el mundo. La decisión hizo que líderes del mundo de la ciencia se quejaran debido a la falta de estudios científicos del duque, quien tras terminar sus estudios secundarios no fue a la universidad y se unió a la marina británica.
En los últimos años se ha mantenido al margen de la política y se centró en sus labores de caridad como miembro de la familia real. También sacó a relucir su lado más paternal con sus hijas Beatriz y Eugenia, además de aumentar los rumores de una reconciliación con Fergie.