Hace dos meses, la empresaria Kim Kardashian (38) se desafió a sí misma en uno de los eventos más populares de la moda, la Gala de Met. La socialité llegó a la convocatoria usando un acinturado vestido de Thierry Mugler que apenas la dejó respirar.
Así contó parcialmente en un video de Vogue publicado un día después del evento, tema en el que entró en detalles esta semana en entrevista para el diario Wall Street Journal en donde aseguró que la faja debajo de la exclusiva prenda dañó su cuerpo.
“Nunca sentí un dolor así en mi vida”, expresó Kim, quien debió atarse el corset de tal forma que la piel de su espalda quedó recogida y aplastada.
“Tendré que mostrarte imágenes de las consecuencias cuando me las quité, las heridas en la espalda y el estómago”, le dijo al periodista del medio internacional.
En efecto, Kardashian no podía ni siquiera sentarse el día que usó el diseño de Mugler (hecho exclusivamente para ella e inspirado en el vestido mojado que usó Sophia Loren en la película La estatua desnuda de 1957), el que requirió de tres asesores de la marca para calzarlo en su cuerpo.
En el video publicado por Vogue, se mostró que la empresaria viajó de pie en una van porque no podía flectar su cuerpo.
Tal fue la proporción de cintura que logró Kim en su paso por la alfombra que surgió el rumor de que se había quitado algunas costillas. “Ni siquiera sé si eso es posible”, respondió.
Pero los esfuerzos durante y posteriores a su paso por la Gala del Met no fueron los únicos que hizo Kim. En la entrevista también contó que tomó clases para respirar usando corset, para no desmayarse en la fiesta.
Finalmente, Kim Kardashian logró su objetivo, quedar plasmada entre las postales del Met de 2019, mientras que su marido, Kanye West, caminó a su lado con un cómodo atuendo negro de dos piezas.