Cada año Kate Middleton y el príncipe William conmemoran momentos especiales de su familia, compartiendo hermosas fotografías de sus hijos en redes sociales.
Cómo olvidar la primera foto navideña del príncipe George o aquella donde aparecía dando un beso a su recién nacida hermana Charlotte. Hace algunos días, también, subieron bellas imágenes de la niña y del príncipe Louis, quienes cumplieron 4 y 1 año, respectivamente.
Pero lo que pocos saben es que aquellas instantáneas fueron tomadas por la mismísima duquesa de Cambridge, quien tiene un gran talento y pasión por la fotografía. De hecho, una de las cosas a las que debió renunciar para ser parte de la familia real, fue su sueño de convertirse en fotógrafa profesional.
En 2006, luego que Kate terminara sus estudios de Historia del Arte en la Universidad de Saint Andrews, donde conoció a William, pensó seriamente en dedicarse formalmente la fotografía.
En ese momento también había dejado de trabajar en la tienda de moda Jigsaw, donde era la encargada de elegir la mercancía que se vendería, y había empezado a ayudar en el negocio de su familia (Party Pieces) como diseñadora de catálogos y fotógrafa oficial de sus productos.
“Kate tenía un impresionante portafolio de fotografías de sus viajes, y (en ese tiempo) ella había comenzado a recopilar su trabajo”, escribió la biógrafa real Katie Nicholl en su libro Kate: The Future Queen.
En el mismo libro, Emma Sayle, una amiga de Kate, aseguró que la duquesa había planeado una carrera internacional. “Ella habló sobre ir al extranjero y seguir una carrera en la fotografía. Estaba considerando ir a París y también a Nueva York”, dijo.
En su afán por pavimentar su carrera, buscó la ayuda del famoso fotógrafo Alistair Morrison, quien logró ver parte de su portafolio. “La alenté a dedicarse a la fotografía, específicamente a un maravilloso trabajo de paisajes que había hecho durante sus viajes”, reveló Morrison.
Kate estaba tan entusiasmada que también consideró montar su propia exposición, sin embargo, cambió de opinión debido a su relación con William. “Al igual que la mayoría de los artistas jóvenes, el obstáculo para Kate era la confianza, y creo que le preocupaba que la pisotearan (…) le preocupaba que la gente dijera que su trabajo estaba siendo exhibido por quien era”, agregó.
A pesar de tener el talento y la oportunidad de poder concretar sus sueños, Kate decidió seguir su corazón y optar por cumplir con sus deberes como novia del futuro rey, con quien había retomado su romance tras un breve distanciamiento en 2007.
Tras formalizar su relación, Kate debió acatar una serie de estrictas normas impuestas para los integrantes de la familia y acompañar a William en sus actividades, responsabilidades que aumentaron cuando se casaron en 2011.
Su pasión por la fotografía quedó reducida a ser compartida sólo con su familia y amigos, aunque con la llegada de las redes sociales y de sus hijos, encontró la formula perfecta para sacar provecho a su talento.
Fue así como Kate se convirtió en la encargada oficial de compartir las primicias de hijos, algo que cualquier medio de comunicación desearía.
En 2014, por ejemplo, compartió tres fotos del príncipe George en Navidad con 17 meses. Más tarde hizo lo propio en el bautizo de Charlotte, y en los primeros días de clases de ambos pequeños. También tomó las primeras fotos del príncipe Louis y varias otras que siguen acumulando likes en el Instagram oficial de su familia.
Su trabajo incluso ha sido alabado por otros artistas. La galardonada fotógrafa londinense Bronwen Sharpe cree que Kate tiene una capacidad natural para capturar “momentos auténticos”.
“Ningún otro fotógrafo podría capturar la misma conexión que ella tiene con sus hijos. Hay una verdadera calidez y amor que está presente en su trabajo”, aseguró a la revista Femail.”Ella tiene una habilidad natural para capturar a la humanidad con un gran ojo para la composición y el color”, agregó.
Su uso del color también es alabado por la fotógrafa Jaimie Harris. “Ella siempre los pone en atuendos brillantes que hacen que una foto se destaque”, explicó. “Creo que definitivamente ha mejorado desde sus primeras fotos de George y Charlotte, ahora está experimentando con diferentes luces aventurándose afuera en el jardín”, dijo.
Es así como Kate ha demostrado que Meghan Markle no es la única que tuvo que ceder su carrera por amor, aunque también se las ha arreglado para no perderse a sí misma en la realeza.