La realeza británica se ha tomado la prensa internacional este último mes. Y es que no sólo están siguiendo atentamente el nacimiento del primer hijo de Meghan Markle y el príncipe Harry, sino que también no han perdido detalle de los rumores de la supuesta infidelidad del príncipe William a Kate Middleton.
Todo comenzó hace cerca de un año, cuando Kate aún estaba embarazada de su tercer hijo, el príncipe Louis. En ese momento, el tabloide In Touch publicó un artículo donde aseguraban que William le había sido infiel con una amiga cercana de ella.
Según fuentes anónimas de la publicación, se trataba de la vecina de la pareja, Rose Hanbury, una aristócrata también conocida como la marquesa de Cholmondeley.
La revista aseguraba también que luego de enterarse de los rumores, Kate habría confrontado inmediatamente a William, quien se habría reído y asegurado que se trataba sólo de mentiras.
Estas mismas fuentes, señalaron que la duquesa de Cambridge habría prohibido a su marido socializar con su “vecina” y que su amistad con ella se habría visto perjudicada.
¿Quién es Rose Hanbury?
Es una exmodelo británica de 35 años, que trabajó con la agencia Storm Models, la misma que descubrió a Kate Moss.
Rose es hija del diseñador web, Timothy Hanbury, y de la dueña de la marca de ropa Marosa, Emma Hanbury. Tiene dos hermanos, James y Marina, quien también fue modelo, aunque al igual que Rose, abandonó las pasarelas para probar suerte en la política, aunque tampoco prosperaron allí.
La marquesa también es nieta de Lady Rose Longman, quien fue una de las madrinas en la boda de la reina Isabel con el príncipe Felipe en 1947. Ambas eran muy amigas y estudiaron danza en el estudio Madame Vacani, en Londres. De hecho, cuando la mujer murió, la monarca envió una carta de condolencias escrita a mano para la familia.
Pero volviendo a Rose, tras dejar el mundo de la moda, se convirtió en investigadora y analista política, y trabajó en las sombras para el entonces ministro de educación Michael Gove.
En 2003, durante unas vacaciones en Italia, conoció al hombre que cambiaría su vida, David Rocksavage, el marqués de Cholmondeley (título que lo ubica por encima de un conde, pero debajo de un duque).
Rose y David, quien es 23 años mayor que ella, se casaron en 2009 y hoy son padres de tres hijos: Lady Iris y los gemelos Alexander, earl de Rocksavage y Oliver, lord Cholmondeley.
La llegada de los niños volvió a transformar la vida de Rose, ya que debido a su complicado embarazo y náuseas matutinas, debió renunciar a su trabajo en el Parlamento y dedicarse a su familia.
Dos peces gordos
Hanbury y su esposo viven cerca de la casa de la Reina en Sandringham, en una mansión de 106 habitaciones ubicada en Houghton Hall.
Fue en este lugar donde el matrimonio se hizo muy cercano a William y Kate, especialmente cuando los duques de Cambridge se mudaron durante un tiempo a su casa de campo en Anmer Hall, la que es considerablemente más pequeña y cuenta con sólo 10 habitaciones.
Los vínculos entre Rose y la familia real son tan estrechos, que incluso fue invitada a la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry, además de haber asistido a varias cenas reales o de Estado.
Los cuatro, además de otras parejas de la alta sociedad, se convirtieron en una especie de cofradía conocida como los Turnip Toffs, muy al estilo de Gossip Girl.
Estas poderosas familias se suelen reunir regularmente para participar en distintas actividades juntos como cenas, picnics, caza y pesca, o simplemente para desafiarse en juegos de mesa, como las mímicas, que al parecer es uno de los favoritos de Middleton.
Sin embargo, parece que la disputa entre Rose y Kate venía incluso desde antes que comenzaran los rumores de infidelidad de William. Y es que Rose se refirió a la duquesa en una ocasión como su “Rival Rural”, lo que no cayó nada bien en la princesa.
Si bien ambas mujeres tienen vidas muy parecidas e incluso son “madrinas” de las mismas instituciones benéficas, Rose sentía que debía tener más poder que Kate dentro del grupo, ya que la fortuna de Rocksavage es bastante superior a la de William, siendo estimada en £112 millones, mientras que la del príncipe es de cerca de £30 millones.
La foto de la polémica
El nombre de Rose comenzó a circular más fuerte en las últimas semanas, luego que varios medios de comunicación publicaran dos fotografías que supuestamente confirmaban el affaire del príncipe.
En ellas se ve un silueta que parece ser William conversando con una mujer en una discoteque, lo que aumentó aún más el interés en la noticia.
Pero lo que pocos saben, es que aquellas imágenes pertenecen a un video lanzado por portal TMZ que comenzó a circular en 2017, donde se ve al duque de Cambridge bailando animadamente en un centro nocturno en Suiza.
Por supuesto, en ese momento las imágenes dieron la vuelta al mundo y se rumoreó mucho sobre otra infidelidad del futuro rey e incluso se habló de divorcio, lo que claramente no ocurrió.
Según explicó en ese momento el tabloide británico The Sun, William habría estado bailando con la modelo australiana Sophie Taylor, pero en ningún momento se mencionó a Hanbury, quien ahora está siendo inculpada de entrometerse en el matrimonio de los duques de Cambridge.
Los desmentidos
Todos estos rumores acabaron con la paciencia de los duques y decidieron tomar cartas en el asunto.
Para ello contrataron a la firma de abogados Harbottle and Lewis, quienes ya habían trabajado con el príncipe Carlos en 2006, cuando se acusó a un diario de hackear el teléfono de William y Harry; y en 2010, cuando se pidió detener el acoso contra Kate Middleton.
En esta oportunidad el bufete emitió una carta negando los rumores de infidelidad. “Además de ser falsa y altamente dañina, la publicación de especulaciones falsas sobre la vida privada de nuestros clientes también constituye una violación de su privacidad en conformidad con el Artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos”, sentenciaron, según asegura el portal Daily Beast.
Si bien no queda claro si los duques tomarán acciones legales contra las publicaciones que lanzaron la información, los expertos descartan que pueda ser así ya que no es la tónica de la familia real.