Las estrellas de Hollywood Felicity Huffman y Lori Loughlin, acusadas de pagar sobornos para que sus hijas entraran a la universidad, comparecieron el miércoles ante una corte de Boston, Massachusetts (este).
Criticadas a diestra y siniestra desde su inculpación a mediados de marzo, ninguna de las actrices hizo declaraciones a la entrada o a la salida del tribunal, y tampoco lo hicieron sus abogados, constató una periodista de la AFP.
Loughlin, de 54 años y protagonista de “Full House” (Tres por tres), encara una pena máxima de 20 años de cárcel por el delito de transferencia fraudulenta de fondos.
Vestida con un tailleur de color tostado y un suéter gris, entró a la corte caminando a toda velocidad entre fans que le gritaban. “Estoy genial”, se limitó a decir rápidamente, respondiendo a un enjambre de periodistas que le preguntaban cómo se siente.
Fue formalmente acusada ante una corte de Los Angeles a mediados de marzo junto a su esposo, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, de pagar medio millón de dólares en sobornos para hacer pasar a sus dos hijas por grandes remadoras a fin de que fueran aceptadas por la Universidad del Sur de California (USC).
Ambos debieron pagar una fianza de un millón de dólares cada uno para quedar en libertad. Giannulli llegó a la corte este miércoles poco antes que Loughlin.
A raíz del escándalo, una de las hijas de ambos, Olivia Jade Giannulli, perdió su trabajo como “influencer” de Instagram para las marcas TRESemmé y Sephora, según la prensa estadounidense.
Huffman, de 56 años, y su esposo, William H. Macy, estrella del show “Shameless”, son acusados por su lado de pagar 15.000 dólares para que su hija mayor tuviera un buen resultado en el examen de admisión de la universidad.
Huffman, de pantalón y chaqueta negra y con una camisa turquesa, llegó sola al tribunal, tres horas antes del horario previsto y de la mano de un hombre no identificado.
Macy es mencionado en el caso pero no fue imputado como Huffman, que debió pagar una fianza de 250.000 dólares para quedar en libertad.
El jefe del esquema, William Rick Singer, acordó declararse culpable de cargos de fraude y coopera con las autoridades.
Según la fiscalía de Massachusetts, Singer llegó a cobrar hasta 6,5 millones de dólares para garantizar una admisión, a través de trampas en los exámenes o sobornos a entrenadores para reclutar estudiantes sin habilidades deportivas.
Un total de 50 personas fueron inculpadas en el escándalo, entre ellas 33 padres adinerados, “un catálogo de riqueza y privilegio”, administradores de exámenes de admisión universitaria y entrenadores deportivos, según el fiscal de Massachusetts Andrew Lelling.
Hasta el momento ningún padre se ha declarado culpable en este escándalo que involucra a las prestigiosas universidades de Yale, Stanford, Georgetown, Wake Forest, la Universidad del Sur de California (USC), la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y la Universidad de Texas en Austin.
Ningún alumno y ninguna universidad han sido inculpados.