En 1928, un almuerzo privado en el hotel Hollywood Roosevelt fue la primera ceremonia de entrega de los Premios Oscar.
Con boletos, cuyo valor rondaba los 5 dólares, lo mejor de la industria del cine se reunió para conocer a los merecedores de 15 estatuillas por su trabajo como director, actor u otra labor en el mundo artístico durante 1927 y 1928.
90 años después, la ceremonia ha cambiado, ya no es un almuerzo, sino que una gala que continúa reuniendo a lo más selecto del cine mundial y son muchos los ganadores que han subido a su escenario para consagrarse en la cima y excelencia del séptimo arte.
Sin embargo, las consecuencias de ese momento son variadas: desde el levantamiento de sus carreras o el declive de sus relaciones personales, lo que se ha atribuido a diversas “maldiciones”, cuyas estadísticas dan para pensar.
El deseo de ganar que termina en divorcio
Es probablemente la “maldición” más popular en torno a los Oscar y afecta directamente a las mujeres que han sido galardonadas en la categoría “Mejor Actriz Protagonista” o “Mejor Actriz Secundaria”.
Un estudio realizado por la Universidad de Toronto, denominado “The Oscar Curse: Status Dynamics and Gender Differences in Marital Survival”, analizó a los nominados en las categorías Mejor Actriz y Mejor Actor desde 1936, considerando sus historias matrimoniales.
De las 756 nominaciones, sólo 265 estaban casados o en una relación consagrada. De estos, un 60% experimentó al menos un divorcio o separación post Oscar. Sin embargo, al analizar a fondo las cifras, las diferencias son profundas entre hombre y mujeres, respecto del futuro de sus relaciones maritales.
Acorde al estudio, la supervivencia de sus matrimonios o relaciones peligran post Oscar. Mientras que las actrices nominadas que no ganaron el premio tienen un promedio expectativa marital de 9,51 años, quienes fueron las ganadoras de la estatuilla sólo aspiran a un promedio de 4,3 años.
En cuanto a los hombres, los no ganadores poseen un promedio de 12,66 años, mientras que los ganadores esperan en promedio relaciones de 11,97 años, lo que a juicio del estudio no es significativo.
Acorde a la investigación, esto se puede deber a factores como que el mayor riesgo de las mujeres a divorciarse se puede atribuir a la incomodidad de sus esposos debido a la fama y éxito de su esposa. Otro punto, es que estas mujeres pudieron estar insatisfechas con sus relaciones y el premio les dio el empoderamiento necesario para terminar con esta situación.
Sin embargo, de acuerdo a los investigadores, no se puede atribuir a mujeres o varones esta decisión, pero sí, que es una constante para las mujeres galardonadas con una nominación o un Oscar.
Ejemplos hay varios, Sandra Bullock ganó en 2010 y ese mismo año se divorció de su marido Jesse James, quien asumió haberle sido infiel. Otra afectada por la “maldición” fue Reese Witherspoon, galardonada en 2006 como Mejor Actriz por Walk the Line, quien se divorció de Ryan Phillippe, con quien llevaba 10 años de relación.
Las carreras que no despegan
Si bien, no existe un estudio detrás de esta “maldición”, sí hay un patrón similar en quienes han obtenido la preciada estatuilla.
Acorde a History, son varios los artistas que han visto languidecer sus carreras post reconocimiento, lo que se puede deber a falencias en el trabajo, malas decisiones o sencillas circunstancias del destino.
Por ejemplo, el actor Adrien Brody, quien sorprendió en The Pianist durante 2002 no volvió a tener un éxito similar. Quien fuera el actor más joven en recibir este reconocimiento en la categoría Mejor Actor, tenía todo para brillar, pero el relativo fracaso de King Kong y otros films en los que participó, no aportaron al relanzamiento de su carrera, una que por momentos se vio como muy prometedora.
Jean Dujardin, el ganador a Mejor Actor por The Artist en 2012, no ha vuelto a ser parte de éxitos de Hollywood en los que pudiera resaltar. A diferencia de su compatriota, Mario Cotillard, el actor volvió a Francia para ser una superestrella, sólo en su país, destacó Vanity Fair.
Una actuación prodigiosa fue la de Mo’Nique en Precious, lo que la llevó a alzar el Oscar en 2010 como Mejor Actriz de Reparto, sin embargo, luego de este éxito no hemos vuelto a verla en grandes proyectos.
Otro ejemplo de esta “maldición” es la actriz Jennifer Connelly, quien ganó como Mejor actriz de Reparto por su papel en Una mente brillante, sin embargo, luego de este éxito en 2001 no ha sido parte de proyectos exitosos que la lleven a brillar en la pantalla grande.
La maldición de Harvey Weinstein
Mira Sorvino es otra actriz que habría sido alcanzada por esta peculiar maldición de los actores que no ven despegar su carrera luego de recibir la preciada estatuilla.
Aunque con los años se descubrió que la verdadera maldición que recayó sobre esta actriz fue cruzarse con Harvey Weinstein, quien procuró hundir su carrera, luego de que en 1995 Sorvino ganara el Oscar a Mejor Actriz de Reparto por su papel en Poderosa Afrodita y rechazara al productor que intentó tener un acercamiento físico a ella para luego, perseguirla.
Acorde a El País, Peter Jackson, director y productor, comentó como Miramax, empresa de Westein, le disuadió de incluir a Mira y Ashley Judd en la trilogía de El señor de los anillos aludiendo a la “pesadilla” que sería trabajar con ellas, teniendo que evitarlas a toda costa.
Al ver esta declaración, Sorvino reconoció que el productor Harvey Weinstein descarriló su carrera. Era algo que sospechaba, pero de lo que no estaba 100% segura.