El pasado 15 de octubre el palacio de Kensington anunció que el príncipe Harry y Meghan Markle se convertirían en padres por primera vez.
“A sus altezas reales el duque y la duquesa de Sussex les complace anunciar que la duquesa espera un bebé para la primavera de 2019”, confirmaron en un comunicado en redes sociales, a sólo cinco meses de su boda real.
“Sus altezas reales aprecian el apoyo que han recibido de personas en todo el mundo desde su boda en mayo y están encantados de compartir esta feliz noticia con el público”, agregó el palacio.
La noticia desató la alegría en el pueblo británico y confirmó los rumores que circulaban desde hacia semanas, especialmente, luego que la madre de la exactriz norteamericana, Doria Ragland, fuera vista comprando ropa de bebé en una tienda en Los Angeles, Estados Unidos.
Las especulaciones aumentaron cuando Meghan lució un abrigo holgado en la boda de la princesa Eugenia y llevó unas carpetas cubriendo su vientre al iniciar su viaje a Australia.
Pero la “dulce espera” de Markle, no será como la de cualquier madre del mundo, ya que el bebé será el séptimo en la línea al trono de Inglaterra, por lo que la duquesa deberá seguir una serie de reglas estrictas durante los próximos meses.
Dos de estas normas, que al parecer cumplieron al pie de la letra, fueron que la Reina fuera notificada primero y que el anuncio se hiciera luego que la futura madre cumpla las 12 semanas de gestación.
Aunque no se sabe cuánto tiempo de embarazo tiene Meghan, se estima que debe estar en el cuarto mes.
Estas son otras reglas que Meghan deberá seguir:
1. Los malestares son de conocimiento público
Como miembro de la familia real, Meghan tiene la obligación de asistir a diversos eventos y ceremonias, por lo que cada ausencia debe ser explicada formalmente.
Esto incluye las molestias que podría experimentar durante el embarazo, tal como ocurrió mientras Kate Middleton esperaba a su tercer hijo, el príncipe Louis.
La duquesa de Cambridge sufrió de un fuerte caso de Hiperémesis gravídica, problema que fue explicado en un comunicado oficial como “náuseas matutinas muy agudas, que pueden requerir hidratación suplementaria, medicamentos y nutrientes”.
Si el embarazo de Meghan resulta difícil como los embarazos de Kate, no sufrirá sola…ya que el mundo entero lo sabrá.
2. Nada de zapatos cómodos
Una de las grandes molestias que experimentan las mujeres embarazadas es la hinchazón de sus pies, por lo que las zapatillas, zapatos bajos o sandalias, se convierte en su santo grial.
Las mujeres de la familia real, sin embargo, no tienen ese privilegio, al menos no en público. El protocolo dicta que ellas deben siempre elegir un calzado clásico que cubra sus dedos sin importar nada.
Es sabido que Meghan no es muy aplicada a la hora de seguir las reglas, de hecho, durante su tour por Oceanía ya rompió el protocolo al usar zapatos bajos y sandalias romanas.
3. Siempre optar por un look maternal clásico
La moda es una forma de comunicación, por lo que la familia real elige con mucho cuidado cada una de las prendas que usará. Las mujeres embarazadas no están exentas de tener que cumplir este protocolo.
De partida, siempre deben usar colores suaves y evitar todo tipo de escote, norma que Meghan también rompió hace unos días cuando apareció con un vestido que le permitía mostrar los hombros.
La regla de las medias, que la duquesa también rompió en el pasado, sigue vigente en este periodo.
4. Menos viajes al extranjero
Tras el término de la gira por Oceanía, la cual estaba planificada con meses de antelación, la duquesa de Sussex deberá pensarlo muy bien si quiere salir del país.
La norma dicta que las mujeres embarazadas deben evitar realizar viajes intercontinentales después del primer trimestre de gestación. Si bien las futuras madres de la familia real siempre serán atendidas por los mejores médicos de cada nación a la que visiten, si el bebé nace en un país distinto podría causar complicaciones debido a su nacionalidad diferente.
5. Nada de Baby Shower
Aunque los Baby Shower son una tradición en la mayoría de los países, donde los futuros padres esperan ansiosos los regalos que recibirán, la familia real no puede disfrutar de esta actividad.
De hecho, estas fiestas son vistas como de “mal gusto” por el protocolo real, por lo que ni la princesa Diana ni Kate Middleton tuvieron uno.
Según la observadora real Victoria Arbiter, esto se debe a que “no hay nada que no puedan comprar”, además si reciben regalos costosos quedan en una posición compleja, pues deben “respetuosamente” donarlos a la caridad.
Esto ya lo vivieron Kate Middleton y el príncipe William, quienes debieron donar gran parte de los millonarios obsequios que recibieron sus hijos, incluyendo algunos de los presentes que llegaron para la princesa Charlotte de 64 países, en su primer cumpleaños.
5. Meghan y Harry tendrán postnatal
Aunque lleva pocos meses trabajando para la familia real, tras dar a luz Meghan abandonará sus labores para dedicarse al cuidado del recién nacido, que será su prioridad sobre cualquier deber real.
En el caso de la duquesa de Cambridge, su último permiso por maternidad comenzó a fines de marzo (un mes antes del nacimiento príncipe Louis) y finalizó en octubre, por lo que se espera que ocurra algo parecido con Markle.
Se espera que Harry también tenga un permiso especial para ausentarse de sus labores y acompañar a su esposa, algo que según dicen los rumores, el príncipe Carlos no hizo por él ni por su hermano William.
La prensa inglesa también especula que la madre de Meghan estaría pensando en instalarse en Kensington para ayudar con el cuidado de su único nieto.
6.La Reina debe ser la primera en saber del nacimiento
Así como la reina Isabel II, abuela del príncipe Harry, debió ser la primera en enterarse del embarazo, también debe ser la primera en saber que el bebé ya ha llegado al mundo.
Una vez que la monarca esté enterada de la noticia, los felices padres podrán notificar al resto de la familia. Sin embargo, si el pequeño llega a nacer en medio de la noche, la información deberá esperar hasta el día siguiente, cuando la Reina sea informada al despertar a las 08:00 horas.
7. El sexo del bebé debe ser un misterio
El mundo no supo del sexo de los bebés de Kate Middleton hasta que se anunciaron sus nacimientos, de hecho, es posible que ni siquiera los padres lo supieran.
Lo mismo se espera que ocurra con Meghan y Harry, lo que es muy agradecido por los corredores de apuestas británicos, quienes sacan buenas ganancias apostando por el sexo del bebé o por el nombre que llevará el recién nacido.
8. Las madres reales son alentadas a amamantar
Considerando que la familia real dependió de nodrizas durante generaciones para amamantar a los niños, hoy en día se alienta a las mamás a darle pecho a los bebés.
Según el diario inglés The Guardian, “las madres que amamantan son un fenómeno relativamente nuevo. La reina actual, Isabel II, fue amamantada después de su nacimiento en 1926 y decidió continuar la práctica con sus propios hijos”.
Conociendo también los beneficios que trae la lactancia materna, es posible que Meghan también siga las recomendaciones de los médicos y de la propia Reina.
9. El bebé nacerá en un hospital y rodeado de matronas reales
Tradicionalmente, las futuras mamás de la familia real daban a luz en casa, o mejor dicho, en sus palacios. Pero esta tradición terminó gracias a la Princesa Anna y Diana. Esta última dio a luz al Príncipe William en un ala privada del Hospital St. Mary en Paddington, Londres.
Y si bien esto ahora se ha convertido en una tradición, ya que George, Charlotte y Louis también nacieron allí, aún existe un “ejército” de médicos, matronas y anestesistas disponibles sólo para ellas.
De hecho, Kate tuvo tres parteras durante el nacimiento de la princesa Charlotte, y se espera que Meghan reciba el mismo tratamiento experto.