Durante años se ha especulado sobre la relación entre los príncipes Harry y William con la esposa de su padre, Camilla Parker Bowles. Muchos afirman que los hijos de la princesa Diana no se toleran a la duquesa de Cornwell, pero al parecer se trataba de un mero rumor.
Así al menos lo deja en claro el nuevo duque de Sussex en su biografía Harry: Conversations with the Prince.
Según el periódico Express, en el libro escrito por la periodista británica Angela Levin, Harry aseguró que sí quiere mucho a la mujer y que no es una “madrastra malvada”.
“Para ser honesto, ella siempre ha sido cercana a mi y William. Ella no es una ‘madrastra malvada"”, afirmó. “No sientan pena por mi o William, sientan pena por ella”, agregó.
“Ella es una mujer maravillosa y hace a nuestro padre muy feliz, que es lo más importante”, añadió. “William y yo la queremos mucho”, sentenció también.
Recordemos que durante años Parker Bowles fue responsabilizada del quiebre del matrimonio entre la princesa Diana y príncipe Carlos, con quien mantuvo una affaire mientras este seguía casado.
Tras la muerte de Lady Di, en 1997, Carlos oficializó su romance con Camilla. Ocho años después, luego de recibir el conscentimiento de la reina Isabel II, la pareja contrajo matrimonio por el civil.
A la ceremonia asistieron los hijos de ambos, sin embargo, ni la madre ni el padre del novio concurrieron.
Según el diario inglés Mirror, en el libro, Levin explicó que “no fue fácil para el príncipe Carlos decirle a sus hijos que la mujer culpada por la ruptura de su matrimonio con su madre, se convertiría en su madrastra, pero en el otoño de 2004 eso fue lo que hizo”.
“Harry aceptó que Camilla había estado en la vida de su padre por mucho tiempo y terminó por caerle bien. Desde que era un niño pequeño, ha podido ver las cosas desde los puntos de vista de otras personas”, agregó la autora.
Pero pese a la aceptación de Harry, el resto de los ingleses no se sienten igual y de hecho hay encuestas que demuestran que no aceptarían que Camilla se convierta en Reina cuando Carlos asuma el trono.