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De miedo: estos son los gastos "vampiro" y "fantasma" que vacían tu bolsillo sin que te des cuenta

23 junio 2024 | 07:25

¿Estás leyendo esto desde tu hogar? Si es así, tómate un tiempo y observa a tu alrededor.

Mira ese cargador o multitoma (zapatilla) que siempre está conectado a la corriente, aquella fuga de agua que solo se “arregló” con una cinta pero sigue goteando, esa figura que compraste solo por impulso o el electrodoméstico que está en modo espera.

Si reconoces alguno de esos aspectos, es posible que estés sufriendo de los gastos “hormiga”, “vampiro” o incluso “fantasma”, todos con nombres que pueden parecer aterradores pero que sin lugar a dudas solo significan un agujero en el bolsillo que dejan salir -quizás- pequeñas cantidades de dinero, que si se miran a lo largo de los meses o años se convierten en importantes sumas de nuestra plata.

Gastos hormiga, fantasma y vampiro: vaciando tu billetera peso a peso

En BioBioChile hemos tocado en reiteradas ocasiones qué son y el papel que tienen los gastos hormiga al momento de ordenar nuestra economía personal.

A grandes rasgos, corresponde a montos pequeños de dinero que se destinan, por ejemplo, a la típica compra de un café, un sándwich, comida a través de aplicaciones de delivery y en general las “compras impulsivas y no necesarias”.


El punto es que estos, al ser montos relativamente chicos, no significan un duro golpe o molestia, tal como una sola hormiga recorriendo nuestra pierna o brazo no nos incomoda e incluso ni nos damos cuenta.

Pero en cuanto se observa el panorama macro, se puede ver cómo se gasta $100 mil, $200 mil o mucho más al año solo por tomar un café fuera de casas todas las mañanas.

Aprendiendo a reconocerlos

Ahora bien, la experta en educación financiera y gerente de Operaciones de Regalariza, Jennifer González Carvacho, nos propone dos definiciones más, los gastos “fantasma” y “vampiro“.

El primero de estos hace referencia a aquellos “pagos automáticos que están incluidos en los gastos mensuales, pero que la persona no está plenamente consciente de ellos y que sumados generan un impacto en las finanzas”.

Ejemplos son las suscripciones de aplicaciones de videos o membresías a gimnasios, talleres, etc.; los cargos por servicios adicionales en cuentas fijas o incluso el mantenimiento de las cuentas bancarias y comisiones por retiro de dinero en cajeros automáticos.

Por otro lado, los “gastos vampiro” son más notorios que los “fantasma” (al igual que sería mil veces más notorio que un vampiro te muerda el cuello a que un fantasma bote el vaso que tenías en tu mueble al lado de la cama), “pero aún así pueden erosionar el presupuesto personal de manera silenciosa y constante”.

Aquí es donde entra el mal uso de electrodomésticos, teniendo un claro ejemplo en el dejar la puerta del refrigerador abierta mucho tiempo, dejar un cargador conectado (sin el celular), lavar la ropa en horarios de alto consumo o problemas de instalaciones eléctricas.

Estos, en el contexto de las alzas en las tarifas eléctricas, pueden hacer que la cuenta de la luz se abulte de manera considerable.

En la lista también se mencionan las fugas de agua o mal uso del recurso, mediante duchas largas, dejar la llave abierta, entre otros, lo que lleva a un mayor consumo y, por ende, mayor gasto.

Y finalmente, aquí también pueden caer las “compras de conveniencia: se trata de compras de productos o servicios costosos simplemente por comodidad o falta de planificación, como servicios de limpieza a domicilio, pago de taxi o app de viaje a un lugar al que se puede llegar en una movilización más barata, a pie o en el propio auto, entre otros”.

Enfréntalos, arréglalos y comienza a ahorrar

Desde Regalariza destacan la importancia de poner un alto a este tipo de gastos innecesarios y que, en muchos casos, son una piedra en el zapato para aquellos que desean ahorrar.

En este sentido citan la encuesta “Sueños y temores de los chilenos”, cuya cuarta versión hecha el año pasado por la Mutual de Seguros de Chile, Cadem y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, apunta a que solo un 21% de las personas declara ahorrar de forma voluntaria.

Pero más preocupante es el 73% de los encuestados que señala que no les alcanza para ahorrar.

“Muchos chilenos y chilenas actualmente están pasando por un momento financiero complejo, lo cual hace aún más urgente comprender la importancia de la educación financiera, aplicable, en especial, en estos instantes de contracción económica, donde necesitamos organizar y planificar nuestros gastos, sabiendo la diferencia entre lo que es prioridad y lo que no lo es”, señaló Jennifer.