¿Has vivido ocasiones en las cuales sientes el impulso de comprar cosas caras, y no le prestas atención al saldo final de tu cuenta o a las cuotas impagas de tu tarjeta de crédito?
¿Te encanta invertir y observar cómo crece tu inversión, pero evitas revisar tus números cuando el mercado sufre corridas bajistas?
Si alguna de estas descripciones coinciden con algún comportamiento presentado, puede que sufras del sesgo de normalidad, conocido también como “efecto avestruz”.
Y a pesar de lo irreverente que puede sonar, esta es una situación que puede afectar gravemente las finanzas de una persona, en especial porque con esto se evita tomar atención a las alertas y señales que, en ciertos casos, podrían llevar a tomar mejores decisiones.
Como en todo, hay acciones y soluciones que se pueden tomar al respecto. Pero primero hay que definir bien qué es el “efecto avestruz”.
¿Me convierto en una avestruz o qué?
Fuera de bromas, el concepto antes mencionado trata sobre la tendencia que tienen las personas de ignorar datos o información negativa.
En otras palabras, es evitar los problemas como una especie de mecanismo de protección. Esto, obviamente, no evita que sucedan, sino que simplemente se hace caso omiso de las señales de alerta.
¿Por qué avestruz? Porque en 2004, los investigadores Dan Galai y Orly Sade, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel, relacionaron este comportamiento a la idea popular que se tiene sobre el ave.
En específico, trata sobre la concepción que se tiene respecto a que ellas esconden la cabeza en la tierra, como forma de defensa de depredadores (lo cual es completamente erróneo).
Aquellos profesionales fueron los primeros en acuñar este término, específicamente enfocados en las actitudes de inversores en la bolsa.
Inversores que no revisan datos
Según explican en la web de Santander, los mencionados investigadores notaron que, al momento de que el mercado se comporta de forma favorable, los inversores suelen revisar más los indicadores económicos.
Al contrario, cuando la economía y la bolsa muestra resultados negativos, las personas suelen evitar revisar noticias del sector.
“Este comportamiento también lo vemos reflejado en las finanzas personales, cuando tenemos deudas que no podemos afrontar y preferimos no recibir información sobre el estado de nuestras cuentas, o cuando es necesario ahorrar y reducir gastos, pero preferimos no prestarle la atención suficiente a los ingresos de los que disponemos”, detallan en la página de internet del banco.
Consecuencias de “actuar como una avestruz”
Obviamente, ignorar las señales de alerta, sea la situación que sea, trae consecuencias.
Según Santander, algunos de los efectos del sesgo de normalidad son:
-Tomar malas decisiones: Con poca o nula información, es muy posible tomar una desacertada decisión. Un ejemplo sería la gestión del sueldo, ya que si caemos en tentación de gastar y gastar, sin ser consciente del estado de mi cuenta, es muy probable que caigamos en incapacidad de cumplir con nuestras deudas, como lo es el pago de hipotecas o subsidios, créditos, arriendo y otros gastos mensuales.
-Efecto bola de nieve: Utilizar una tarjeta de crédito, y no tener en cuenta costos asociados como los intereses y comisiones por mantención, podría generar una deuda difícil de controlar o asumir en el futuro.
-Incumplimiento de objetivos: Según Santander, “ignorar los riesgos es una actitud que pone en peligro el cumplimiento de los objetivos”. Un ejemplo de estos sería alguien que se establece una meta de ahorro, pero que debido a que no controla sus gastos, se ve imposibilitada de guardar dinero.
Amigo, no te conviertas en una avestruz
Luego de revisar todo esto, ¿Qué se puede hacer para evitar caer en el “efecto avestruz”?
Lo primero es reconocer la existencia del mismo en el inconsciente de la persona. De esta forma, cada vez que se caiga en esto, la persona podrá reconocer qué es lo que lo gatilla y sus efectos.
Lo siguiente es “identificar y seleccionar con antelación cuál es la información necesaria como referencia al momento de decidir, independiente de si se trata de algo negativo o positivo”, detallan desde Santander.
“Por último, es importante actuar a tiempo cuando la situación lo requiera y no dejar las decisiones financieras al azar o en manos de terceros”, concluyen.
Como hemos mencionado antes en BioBioChile, en estos casos la educación financiera es fundamental para tomar el control de nuestros ingresos, gastos y demás temas económicos.
¿Dónde se puede leer más al respecto? En nuestro portal tenemos varias notas con diversos consejos. Además, las páginas de los diversos bancos también suelen tener apartados de educación financiera.
Y en el caso de la Comisión para el Mercado Financiero, Banco Central, o inclusive el Sernac, también tienen sus apartados dedicados a entregar material para la formación ciudadana en temas financieros.