Pasar a un cajero automático es algo casi habitual en la rutina de muchos chilenos.
Estos dispositivos son máquinas que entregan y reciben dinero. Funcionan mediante una tarjeta y clave secreta personal, que identifican al dueño de la cuenta bancaria.
Si bien los cajeros “cuentan con mecanismos de seguridad, para que sólo quien disponga de dicha tarjeta pueda realizar operaciones” -indica el sitio Cliente Bancario– en el último tiempo diversas bandas se han dedicado a sortear las medidas a fin de concretar robos o clonaciones.
Por lo mismo, la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) a través de su sección Cliente Bancario y las policías han difundido una serie de recomendaciones que deben aplicar los clientes a la hora de usar estos dispositivos.
Es más: hay dos recomendaciones fundamentales que muchas veces pasamos por alto.
La primera: Al finalizar una operación, no retirarse inmediatamente del cajero una vez que obtengamos nuestro dinero y tarjeta de regreso. Lo ideal es quedarse ahí hasta que vuelva a palpitar la luz verde en la ranura donde se inserta la tarjeta y la pantalla vuelva al inicio.
¿Por qué? porque en ese intertanto el cajero está reiniciándose. Una vez que se reinicie la máquina ya habrá culminado de procesar en su totalidad los datos de quien la utilizó.
La segunda: el sitio Cliente Bancario recomienda que uno “guarde los comprobantes obtenidos en los cajeros automáticos, así evitará que terceros los usen en su perjuicio”. Es muy común que los usuarios los arrojen a los basureros que están en los costados de estas máquinas.
En este mismo contexto, existen otra serie de recomendaciones que son primordiales.
-Respetar el turno para el uso del cajero automático, esperando a una distancia prudente de quien lo utiliza en ese momento.
-Evitar hacer operaciones en el cajero con personas desconocidas muy cerca de uno.
-Tapar con una mano el teclado al digitar la clave.
-Seguir sólo las recomendaciones indicadas en el recinto del cajero automático. Evitar consejos de desconocidos.
-Contar el dinero discretamente.
-Revisar frecuentemente los saldos de las cuentas bancarias.
Con respecto a la clave secreta son importantes los siguientes consejos: evitar compartirla con terceros, utilizar códigos secretos difíciles de adivinar (el número de la casa o fecha de nacimiento es demasiado recurrido) y memorizar la clave (evitar llevarla escrita).
En Chile los cajeros automáticos operan desde el año 1984 y se masificaron en 1989. Según registros, hace dos años existían más de ocho mil máquinas distribuidas a lo largo del país, permitiendo no sólo ejecutar operaciones con las cuentas corrientes sino que el pago de varios servicios y productos.
*Fuente: Comisión para el Mercado Financiero