Desde hace un tiempo en Chile ha trascendido el concepto de “portabilidad financiera o bancaria”, que podría -a futuro- facilitar a los usuarios el cambiarse de banco con mayores facilidades y sin tantas trabas en el proceso; o bien optar por una determinada institución a la hora de cotizar un crédito.
Lo anterior, ya se planifica en la Superintendencia de Bancos (SBIF), según lo confirmó Mario Farren en 2018, quien se desempeñaba como superintendente del organismo.
En caso de concretarse la portabilidad, el escenario se pondría a favor de los consumidores.
En caso de adquirir un crédito de consumo, por ejemplo, ya no se tratará de un compromiso adquirido con el banco que se extiende hasta que se pague su totalidad, sino que un servicio con el que se podrá migrar si existe otra institución que entregue mejores condiciones.
Los beneficios
La idea es que cada persona pueda mover sus créditos y servicios asociados a su cuenta donde estime conveniente, de forma gratuita y ágil; y sin importar el momento que elija.
Jorge Contreras, director de la empresa de asesoría financiera Dominus Capital y quien cuenta con más de 20 años de experiencia en la banca, explicó que “actualmente, la forma de cambiarse de banco es realizando el proceso de cierre de la cuenta corriente, el pago de las líneas de crédito y tarjetas de crédito asociadas”.
A través de un comunicado, el experto -que conoce la realidad de países donde esto ya opera- explicó que con una portabilidad bancaria “los clientes podrán solicitar que el nuevo banco los ‘reciba’ con los mismos productos que tenían en su antiguo banco”.
“La persona podrá optar al cambio cuando las condiciones en otro banco sean más favorables en términos de tasas de interés, comisiones, o productos a los cuales tiene acceso. Eventualmente, también, es un incentivo al cambio de banco un mejor servicio al cliente, acceso a sucursales, y beneficios asociados como cliente”, añadió.
El caso de España
En España, dijo Contreras demoró un poco en entrar en régimen, porque hay algunas complejidades que al comienzo son notorias. Primero, la costumbre de entrar a un sistema digital donde no toda la población tiene la cultura tecnológica, porque tienen más edad o por otras razones.
“Entonces es importante que sea un proceso gradual, en que todos vayamos aprendiendo y la banca se pueda preparar. Hoy, la ley española obliga a las entidades a hacer todas las gestiones necesarias para que un cliente pueda trasladar su cuenta a otro banco en un plazo máximo de ocho días”, indicó.
En ese país el proceso es similar al de la portabilidad de una compañía telefónica a otra, con la diferencia de que en este caso cuando el cliente cambia de empresa puede llevarse su número de teléfono. “Al cambiar de banco, sin embargo, el número de cuenta deberá cambiarse”, subrayó Contreras.
En Chile aún no hay detalles en el anuncio que hizo la autoridad sobre las responsabilidades de las entidades en el traslado de documentos de una unidad a otra.
“Es muy necesario que el proceso sea extremadamente claro para los involucrados: las entidades financieras y los clientes”, opinó el experto.
¿Qué pasa con los créditos hipotecarios?
Este nuevo sistema busca agilizar los procesos para la obtención de este tipo de créditos, haciendo que la gente acceda a su información de manera rápida y expedita. Estos trámites generalmente son muy lentos y en ocasiones engorrosos.
“Este cambio permitirá a los usuarios trasladar fácilmente la información de los datos de su crédito hipotecario, cotizar con diferentes instituciones, y disponer de un mayor nivel de independencia, llevando su crédito hipotecario de uno a otro banco”, sostuvo Contreras.